¡Ay, Dios mío, qué brete se armó!
El sector agrícola está que arde, y ahora salió a la luz una denuncia que te pone los pelos de punta. Roy Fallas, un agricultor de pura cepa, presentó una querella ante el OIJ contra dos oficiales de la Fuerza Pública por supuesta agresión durante una marcha pacífica que se hizo el pasado 11 de noviembre, camino a Casa Presidencial. Don Roy, claro, está haciendo todo el ruido posible para que esto se escuche hasta en el canton.
La movilización, donde participaron decenas de campesinos y sus familias –incluida la esposa y hasta la mamacha de Don Roy, ¡una adulta mayor!– buscaba visibilizar la difícil situación que atraviesa el campo tico. Han sido meses, diría yo años, de incertidumbre, precios bajos y dificultades para sacar adelante sus cultivos. No iban buscando chinchar ni causar problemas, sino que alguien les preste atención, diay.
Según el relato del señor Fallas, todo empezó tranquilo, una marcha pacífica como manda la ley. Pero ahí llegó la Fuerza Pública, con toda la pinta de estar listos para un pleito, bloqueando el paso y creando tensión. De repente, dice Don Roy, lo agarraron por el cuello, tratando de detenerlo. “Me estrangularon, mae,” contó entre lágrimas, “y así lo tienen tomado al campo, desde hace tiempo.”
Su abogado, Gerardo Huertas, no se quedó callado. Afirmó que la policía llegó con actitud agresiva, prohibiendo el avance de la marcha. Lo peor de todo es que, según Huertas, los agentes abusaron de su autoridad, asfixiando al agricultor. “Esto es la criminalización de la protesta”, sentenció el abogado, “y debemos cuidarnos porque así empiezan las dictaduras”. Un vare serio, eso sí.
Además de la denuncia por agresión, a Don Roy le abrieron otra causa por resistencia, lo cual el abogado califica de “falsa”. Huertas explica que el Ministerio Público parece querer juntar todas las causas para complicarle las cosas al agricultor. Pero él está decidido a defenderlo, argumentando que Roy es la víctima, no el responsable. Lo quieren dejar plantado, pero Don Roy tiene gente buena que lo respalda.
La solidaridad con Don Roy no se ha hecho esperar. Desde que salió el caso, ha recibido mensajes de apoyo de todos lados, tanto en persona como por redes sociales. Muchos ticos han expresado su indignación por la actuación policial y han llamado a apoyar al sector agrícola comprando directamente a los productores en las ferias del agricultor. Es la mejor manera de mostrarles que no estamos solos en esta lucha, chunches.
Y hablando de apoyar al campo, ¿usted qué opina? Con tanta controversia alrededor de la seguridad ciudadana y la libertad de expresión, ¿cree que el gobierno debería revisar sus protocolos para el manejo de manifestaciones públicas y garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos, incluso de aquellos que no están de acuerdo con sus políticas?
El sector agrícola está que arde, y ahora salió a la luz una denuncia que te pone los pelos de punta. Roy Fallas, un agricultor de pura cepa, presentó una querella ante el OIJ contra dos oficiales de la Fuerza Pública por supuesta agresión durante una marcha pacífica que se hizo el pasado 11 de noviembre, camino a Casa Presidencial. Don Roy, claro, está haciendo todo el ruido posible para que esto se escuche hasta en el canton.
La movilización, donde participaron decenas de campesinos y sus familias –incluida la esposa y hasta la mamacha de Don Roy, ¡una adulta mayor!– buscaba visibilizar la difícil situación que atraviesa el campo tico. Han sido meses, diría yo años, de incertidumbre, precios bajos y dificultades para sacar adelante sus cultivos. No iban buscando chinchar ni causar problemas, sino que alguien les preste atención, diay.
Según el relato del señor Fallas, todo empezó tranquilo, una marcha pacífica como manda la ley. Pero ahí llegó la Fuerza Pública, con toda la pinta de estar listos para un pleito, bloqueando el paso y creando tensión. De repente, dice Don Roy, lo agarraron por el cuello, tratando de detenerlo. “Me estrangularon, mae,” contó entre lágrimas, “y así lo tienen tomado al campo, desde hace tiempo.”
Su abogado, Gerardo Huertas, no se quedó callado. Afirmó que la policía llegó con actitud agresiva, prohibiendo el avance de la marcha. Lo peor de todo es que, según Huertas, los agentes abusaron de su autoridad, asfixiando al agricultor. “Esto es la criminalización de la protesta”, sentenció el abogado, “y debemos cuidarnos porque así empiezan las dictaduras”. Un vare serio, eso sí.
Además de la denuncia por agresión, a Don Roy le abrieron otra causa por resistencia, lo cual el abogado califica de “falsa”. Huertas explica que el Ministerio Público parece querer juntar todas las causas para complicarle las cosas al agricultor. Pero él está decidido a defenderlo, argumentando que Roy es la víctima, no el responsable. Lo quieren dejar plantado, pero Don Roy tiene gente buena que lo respalda.
La solidaridad con Don Roy no se ha hecho esperar. Desde que salió el caso, ha recibido mensajes de apoyo de todos lados, tanto en persona como por redes sociales. Muchos ticos han expresado su indignación por la actuación policial y han llamado a apoyar al sector agrícola comprando directamente a los productores en las ferias del agricultor. Es la mejor manera de mostrarles que no estamos solos en esta lucha, chunches.
Y hablando de apoyar al campo, ¿usted qué opina? Con tanta controversia alrededor de la seguridad ciudadana y la libertad de expresión, ¿cree que el gobierno debería revisar sus protocolos para el manejo de manifestaciones públicas y garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos, incluso de aquellos que no están de acuerdo con sus políticas?
