¡Ay, Dios mío! La situación económica del país parece que no da tregua, porque la deuda acumulada en tarjetas de crédito ha llegado a la friolera de ¢1.61 billones. Un número que te hace voltear a ver si estás viendo bien, diay. Según el reporte más reciente del MEIC, la gente sigue pegándose unas aventuritas con el plástico, pese a que hay algunos esfuerzos por controlar el gasto.
Lo que preocupa aún más es que, contra todo pronóstico, se han sacado cerca de 300 mil tarjetas nuevas en los últimos seis mese. ¡Eso sí es andar con cuidado! Con esto, ya estamos hablando de más de tres millones de tarjetas circulando por ahí, dando vueltas y sumando intereses a toda hora. Imagínate la cantidad de hartas que se van a agarrar algunas personas si no le agarran la onda a manejar bien sus finanzas, chunches.
Pero ojo, no todo es tan negativo, porque el informe también indica que hubo una pequeña bajada en el saldo total adeudado, aunque de eso hablaremos más adelante. Lo cierto es que, con tanta facilidad para conseguir crédito, muchos se dejan llevar y terminan en problemas. Es como si se les olvidara que “el que mucho abarca poco aprieta”, brete.
Gran parte de esta deuda, alrededor del 83%, está en colones, lo que significa que los cambios en las tasas de interés nacionales afectan directamente a la mayoría de los usuarios. Luego le siguen los 480 millones de dólares, que siempre son un dolor de cabeza por la fluctuación del tipo de cambio. ¡Qué sal tener que preocuparse por eso encima!, mae.
Ahora, hablemos de quiénes mandan en este juego. El MEIC reveló que tres bancos – Banco Popular, BAC San José y Banco Promerica – se llevan la gran mayoría del pastel, controlando el 63% de todas las tarjetas que circulan. Eso genera preocupación, porque limita la competencia y puede significar precios más altos y condiciones menos favorables para nosotros, los clientes. Es como decir que tenemos pocas opciones para elegir, y eso nunca es bueno, que nivel!
Pero aquí viene la paradoja, y es que a pesar de que se emiten tantísimas tarjetas nuevas, el saldo total de la deuda ha descendido un poquito. El viceministro del MEIC, Marco Arroyo, nos puso en alerta diciendo que no debemos relajarnos ni creer que hemos salido del paso. Él recalcó la importancia de la educación financiera para saber cómo usar la tarjeta de crédito de manera responsable y evitar meterse en líos económicos. Arroyo nos recordó que es fundamental saber hasta dónde podemos llegar sin irnos al traste.
Y no solo eso, porque los ahorros también están dando señales de alerta. Las cuentas de débito también muestran una disminución generalizada, indicando que la gente está gastando más de lo que guarda. Esto, según el MEIC, está ligado al hecho de que estamos utilizando nuestro dinero principalmente para consumir o invertir, dejando de lado la cultura del ahorro. Se ve que los tiempos han cambiado, y ahora la prisa por gastar ha ganado terreno sobre la prudencia, que pena.
En resumen, la situación es complicada y requiere atención. Tenemos que ser conscientes de nuestros gastos, aprender a administrar nuestro dinero inteligentemente y buscar alternativas para ahorrar. Porque, al final del día, nadie va a solucionar nuestras finanzas por nosotros. Entonces, ¿crees que las campañas de educación financiera realmente funcionan en Costa Rica, o deberíamos buscar otras estrategias para frenar esta espiral de deuda?
Lo que preocupa aún más es que, contra todo pronóstico, se han sacado cerca de 300 mil tarjetas nuevas en los últimos seis mese. ¡Eso sí es andar con cuidado! Con esto, ya estamos hablando de más de tres millones de tarjetas circulando por ahí, dando vueltas y sumando intereses a toda hora. Imagínate la cantidad de hartas que se van a agarrar algunas personas si no le agarran la onda a manejar bien sus finanzas, chunches.
Pero ojo, no todo es tan negativo, porque el informe también indica que hubo una pequeña bajada en el saldo total adeudado, aunque de eso hablaremos más adelante. Lo cierto es que, con tanta facilidad para conseguir crédito, muchos se dejan llevar y terminan en problemas. Es como si se les olvidara que “el que mucho abarca poco aprieta”, brete.
Gran parte de esta deuda, alrededor del 83%, está en colones, lo que significa que los cambios en las tasas de interés nacionales afectan directamente a la mayoría de los usuarios. Luego le siguen los 480 millones de dólares, que siempre son un dolor de cabeza por la fluctuación del tipo de cambio. ¡Qué sal tener que preocuparse por eso encima!, mae.
Ahora, hablemos de quiénes mandan en este juego. El MEIC reveló que tres bancos – Banco Popular, BAC San José y Banco Promerica – se llevan la gran mayoría del pastel, controlando el 63% de todas las tarjetas que circulan. Eso genera preocupación, porque limita la competencia y puede significar precios más altos y condiciones menos favorables para nosotros, los clientes. Es como decir que tenemos pocas opciones para elegir, y eso nunca es bueno, que nivel!
Pero aquí viene la paradoja, y es que a pesar de que se emiten tantísimas tarjetas nuevas, el saldo total de la deuda ha descendido un poquito. El viceministro del MEIC, Marco Arroyo, nos puso en alerta diciendo que no debemos relajarnos ni creer que hemos salido del paso. Él recalcó la importancia de la educación financiera para saber cómo usar la tarjeta de crédito de manera responsable y evitar meterse en líos económicos. Arroyo nos recordó que es fundamental saber hasta dónde podemos llegar sin irnos al traste.
Y no solo eso, porque los ahorros también están dando señales de alerta. Las cuentas de débito también muestran una disminución generalizada, indicando que la gente está gastando más de lo que guarda. Esto, según el MEIC, está ligado al hecho de que estamos utilizando nuestro dinero principalmente para consumir o invertir, dejando de lado la cultura del ahorro. Se ve que los tiempos han cambiado, y ahora la prisa por gastar ha ganado terreno sobre la prudencia, que pena.
En resumen, la situación es complicada y requiere atención. Tenemos que ser conscientes de nuestros gastos, aprender a administrar nuestro dinero inteligentemente y buscar alternativas para ahorrar. Porque, al final del día, nadie va a solucionar nuestras finanzas por nosotros. Entonces, ¿crees que las campañas de educación financiera realmente funcionan en Costa Rica, o deberíamos buscar otras estrategias para frenar esta espiral de deuda?
