¡Dengue!, ¿se imaginan esto? Astrónomos y gente de ciencia boquiabiertos por una foto del universo que, encima, la eligieron unos puros mocosos chilenos. Aquí en Costa Rica, pues, seguimos viendo si llegamos a pagar la factura de la luz este mes, pero bueno, al menos nos quedamos con la maravilla de la Nebulosa Mariposa, una verdadera joya cósmica.
Resulta que esta nebulosa, ubicada a unas 3.000 años luz de distancia en la constelación de Escorpio –pa’ que se armen de telescopios–, es el ‘último aliento’ de una estrella que ya se fue al otro lado. No es cualquier cosa, eh; es como ver el epílogo de una vida, pero a escala galáctica. Un espectáculo digno de ser visto, diay.
La foto, que salió publicada hace poquito, fue tomada por el Telescopio Gemini Sur en Chile, un aparatito de esos que cuestan ojo de buey y sirven pa’ ver cosas que nosotros, con nuestros ojos normales, ni soñamos. Pero lo más interesante es que no fue un comité de científicos aburridos los que eligieron qué fotografiar. Sino unos chamaquitos chilenos, que hicieron una votación y decidieron que la Nebulosa Mariposa merecía estar en la portada de la ciencia mundial. ¡Imagínense eso, cholos decidiendo qué vemos del universo!
Según los expertos –pa' que no piensen que estoy inventando–, la nebulosa es una ‘nebulosa planetaria de emisión’. Suena complicado, pero básicamente significa que la estrella, en su agonía, lanzó sus capas exteriores al espacio, creando esas nubes de gas brillantes que parecen alas de mariposa. Las fuerzas magnéticas, dicen, ayudan a darle esa forma tan particular, como si alguien la hubiera dibujado con mucho cuidado.
Y ahí entra la magia, brete. Porque esta imagen, además de ser una belleza visual, nos da una probadita de lo que le espera a nuestro propio Sol dentro de unos 5 mil millones de años. Sí, sí, ¡muchísimo tiempo! Pero algún día, nuestra estrella también se va a inflar y a lanzar sus restos al espacio, formando, quizás, una nebulosa igual de impresionante para alguna civilización que esté mirando hacia nuestro rincón del universo. ¡Un karma cósmico, vamos!
Pero no todo es filosofía barata, chunches. Esta foto es importante porque nos permite entender mejor cómo funcionan las estrellas y cómo evoluciona el universo. Estudiar la Nebulosa Mariposa es como leer un libro abierto sobre la física y la química del cosmos, solo que en lugar de letras hay gas brillante y polvo espacial. ¡Y todo eso gracias a unos niños que saben elegir bien sus objetos de estudio!
Ahora, dejando atrás las explicaciones científicas, pensemos en lo bello de todo esto. Ver una imagen así te hace sentir pequeño, insignificante incluso. Pero también te llena de asombro y gratitud por poder contemplar tanta grandeza. Te recuerda que somos parte de algo mucho más grande que nosotros mismos, un universo infinito lleno de misterios por descubrir. Y, sinceramente, en estos tiempos de locura, cualquier dosis de esperanza y belleza viene que canta.
Así que díganme, amigos, ¿qué les provoca esta imagen? ¿Les parece aterrador pensar en la muerte de las estrellas, o simplemente admirable la belleza que pueden crear en su despedida? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan ustedes de esta vaya vara que nos regaló el universo!
Resulta que esta nebulosa, ubicada a unas 3.000 años luz de distancia en la constelación de Escorpio –pa’ que se armen de telescopios–, es el ‘último aliento’ de una estrella que ya se fue al otro lado. No es cualquier cosa, eh; es como ver el epílogo de una vida, pero a escala galáctica. Un espectáculo digno de ser visto, diay.
La foto, que salió publicada hace poquito, fue tomada por el Telescopio Gemini Sur en Chile, un aparatito de esos que cuestan ojo de buey y sirven pa’ ver cosas que nosotros, con nuestros ojos normales, ni soñamos. Pero lo más interesante es que no fue un comité de científicos aburridos los que eligieron qué fotografiar. Sino unos chamaquitos chilenos, que hicieron una votación y decidieron que la Nebulosa Mariposa merecía estar en la portada de la ciencia mundial. ¡Imagínense eso, cholos decidiendo qué vemos del universo!
Según los expertos –pa' que no piensen que estoy inventando–, la nebulosa es una ‘nebulosa planetaria de emisión’. Suena complicado, pero básicamente significa que la estrella, en su agonía, lanzó sus capas exteriores al espacio, creando esas nubes de gas brillantes que parecen alas de mariposa. Las fuerzas magnéticas, dicen, ayudan a darle esa forma tan particular, como si alguien la hubiera dibujado con mucho cuidado.
Y ahí entra la magia, brete. Porque esta imagen, además de ser una belleza visual, nos da una probadita de lo que le espera a nuestro propio Sol dentro de unos 5 mil millones de años. Sí, sí, ¡muchísimo tiempo! Pero algún día, nuestra estrella también se va a inflar y a lanzar sus restos al espacio, formando, quizás, una nebulosa igual de impresionante para alguna civilización que esté mirando hacia nuestro rincón del universo. ¡Un karma cósmico, vamos!
Pero no todo es filosofía barata, chunches. Esta foto es importante porque nos permite entender mejor cómo funcionan las estrellas y cómo evoluciona el universo. Estudiar la Nebulosa Mariposa es como leer un libro abierto sobre la física y la química del cosmos, solo que en lugar de letras hay gas brillante y polvo espacial. ¡Y todo eso gracias a unos niños que saben elegir bien sus objetos de estudio!
Ahora, dejando atrás las explicaciones científicas, pensemos en lo bello de todo esto. Ver una imagen así te hace sentir pequeño, insignificante incluso. Pero también te llena de asombro y gratitud por poder contemplar tanta grandeza. Te recuerda que somos parte de algo mucho más grande que nosotros mismos, un universo infinito lleno de misterios por descubrir. Y, sinceramente, en estos tiempos de locura, cualquier dosis de esperanza y belleza viene que canta.
Así que díganme, amigos, ¿qué les provoca esta imagen? ¿Les parece aterrador pensar en la muerte de las estrellas, o simplemente admirable la belleza que pueden crear en su despedida? Dejen sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan ustedes de esta vaya vara que nos regaló el universo!
