¡Ay, Dios mío! Qué pesar nos ha dado saber de la tragedia en Quesada Durán. Cuatro vidas segadas por un incendio… Tres nenas inocentes y una adulta. El corazón se te apaga al pensar en la familia entera. Según Bomberos, llegó el reporte a las 10:35 a.m. y vaya si se prendió todo rápido. Al parecer, se salió de control en cuestión de segundos.
Lo primero que te impacta es que esto ya no es novedad. Parece que estamos viviendo en una novela de terror, porque no hace mucho, allá por el mes de julio en Desamparados, ocurrió otra calamidad similar, con tres niños y una mujer perdiendo la vida también por fuego. Y recordemos el hotel en San José, donde se fueron al traste cinco personas. ¡Qué sal!
Luis Salas, el jefe de operaciones de Bomberos, nos cuenta que al llegar encontraron las casas envueltas en llamas, ahí estaban los cuerpos. Y no solo eso, el fuego se extendió a otras dos viviendas y hasta a una ebanistería. Imagínate el susto de la gente que vive cerca, corriendo por sus vidas. Los bomberos hicieron lo que pudieron, lucharon contra el fuego con todas sus fuerzas para que no agarrara más bretes.
Por ahora, las autoridades todavía no nos dan nombres ni edades de las víctimas. Dicen que están investigando, buscando qué pudo haber causado todo esto. Pero vamos, uno piensa... ¿cuántas veces hemos escuchado hablar de descuidos con velas, cables viejos, electrodomésticos averiados? Es hora de darle duro al tema de la prevención, porque así no podemos seguir. La gente necesita estar informada de cómo cuidarse y proteger a sus familias.
Si revisamos los números de Bomberos, la cosa se pone aún más fea. En 2025, llevamos ya 25 vidas perdidas por incendios. ¡Un número escalofriante! Comparémoslo con años anteriores: en 2018 tuvimos 31, sí, pero desde entonces la cifra ha ido fluctuando, aunque nunca bajando de manera significativa. Desde 2010, más de 241 personas han perdido la vida en estos siniestros, y casi 40 de ellos eran menores de edad. Esto es preocupante, changuiños.
Y claro, hay quienes dicen que es cosa de educación, de conciencia ciudadana. Tal vez tengan razón, pero también creo que necesitamos más controles, más revisiones técnicas en las casas, especialmente en zonas humildes donde las condiciones suelen ser precarias. Deberíamos ver si se puede implementar algún tipo de programa de apoyo para mejorar las instalaciones eléctricas y reducir el riesgo de accidentes.
Muchos se preguntan, ¿por qué seguimos viendo estas tragedias repetirse? Es cierto que los incendios ocurren, forman parte del riesgo de vivir, pero cuando se convierten en estadísticas recurrentes, empieza a oler a negligencia. ¿Estamos haciendo lo suficiente para prevenir? ¿Realmente la información llega a todos los hogares? Hay que chequear bien la vara, porque esto no puede seguir así. ¿No deberíamos exigir a nuestros representantes más compromiso con la seguridad de las personas?
En fin, toda esta situación nos deja con un sabor amargo en la boca. Un recordatorio brutal de que la prevención es clave y que no podemos bajar la guardia. Necesitamos un cambio cultural, un despertar colectivo para tomar cartas en el asunto. Pero me pregunto, fijos: ¿crees tú que el gobierno está haciendo lo suficiente para combatir este problema creciente de incendios estructurales, o deberíamos esperar medidas más contundentes y rápidas antes de que ocurra otra tragedia?
Lo primero que te impacta es que esto ya no es novedad. Parece que estamos viviendo en una novela de terror, porque no hace mucho, allá por el mes de julio en Desamparados, ocurrió otra calamidad similar, con tres niños y una mujer perdiendo la vida también por fuego. Y recordemos el hotel en San José, donde se fueron al traste cinco personas. ¡Qué sal!
Luis Salas, el jefe de operaciones de Bomberos, nos cuenta que al llegar encontraron las casas envueltas en llamas, ahí estaban los cuerpos. Y no solo eso, el fuego se extendió a otras dos viviendas y hasta a una ebanistería. Imagínate el susto de la gente que vive cerca, corriendo por sus vidas. Los bomberos hicieron lo que pudieron, lucharon contra el fuego con todas sus fuerzas para que no agarrara más bretes.
Por ahora, las autoridades todavía no nos dan nombres ni edades de las víctimas. Dicen que están investigando, buscando qué pudo haber causado todo esto. Pero vamos, uno piensa... ¿cuántas veces hemos escuchado hablar de descuidos con velas, cables viejos, electrodomésticos averiados? Es hora de darle duro al tema de la prevención, porque así no podemos seguir. La gente necesita estar informada de cómo cuidarse y proteger a sus familias.
Si revisamos los números de Bomberos, la cosa se pone aún más fea. En 2025, llevamos ya 25 vidas perdidas por incendios. ¡Un número escalofriante! Comparémoslo con años anteriores: en 2018 tuvimos 31, sí, pero desde entonces la cifra ha ido fluctuando, aunque nunca bajando de manera significativa. Desde 2010, más de 241 personas han perdido la vida en estos siniestros, y casi 40 de ellos eran menores de edad. Esto es preocupante, changuiños.
Y claro, hay quienes dicen que es cosa de educación, de conciencia ciudadana. Tal vez tengan razón, pero también creo que necesitamos más controles, más revisiones técnicas en las casas, especialmente en zonas humildes donde las condiciones suelen ser precarias. Deberíamos ver si se puede implementar algún tipo de programa de apoyo para mejorar las instalaciones eléctricas y reducir el riesgo de accidentes.
Muchos se preguntan, ¿por qué seguimos viendo estas tragedias repetirse? Es cierto que los incendios ocurren, forman parte del riesgo de vivir, pero cuando se convierten en estadísticas recurrentes, empieza a oler a negligencia. ¿Estamos haciendo lo suficiente para prevenir? ¿Realmente la información llega a todos los hogares? Hay que chequear bien la vara, porque esto no puede seguir así. ¿No deberíamos exigir a nuestros representantes más compromiso con la seguridad de las personas?
En fin, toda esta situación nos deja con un sabor amargo en la boca. Un recordatorio brutal de que la prevención es clave y que no podemos bajar la guardia. Necesitamos un cambio cultural, un despertar colectivo para tomar cartas en el asunto. Pero me pregunto, fijos: ¿crees tú que el gobierno está haciendo lo suficiente para combatir este problema creciente de incendios estructurales, o deberíamos esperar medidas más contundentes y rápidas antes de que ocurra otra tragedia?