¡Ay, Dios mío! Se armó un brete en la Asamblea Legislativa este martes, imagínate. La diputada Daniela Rojas soltó la bomba durante un foro organizado por la Comisión de Participación Ciudadana: entregándole todas las riendas del país a un solo partido político sería meterla en un lío gordo, un riesgo pa' la mismísima democracia tica. Y eso que estamos hablando de un sistema que siempre ha sido reconocido por su estabilidad, ¿verdad?
Para entender bien la vara, hay que recordar que desde tiempos inmemoriales Costa Rica ha funcionado con gobiernos de coalición, donde diferentes partidos se unen para gobernar. Esto ha permitido tener distintos puntos de vista representados y evitar que un grupo pequeño tome decisiones unilaterales que puedan afectar al país entero. Pero últimamente, con la polarización política que nos afecta a todos, se ha levantado la idea de que un partido único podría simplificar las cosas… ¡Qué equivocados estaríamos!
Daniela Rojas, quien viene haciendo un buen trabajo en temas de transparencia y participación ciudadana, argumentó que esta propuesta no solo es peligrosa porque limita la diversidad de opiniones, sino también porque abre la puerta a la corrupción y al abuso de poder. “Si no tenemos contrapesos, si no tenemos una oposición fuerte, cómo vamos a controlar que los gobernantes hagan lo correcto?”, se preguntó durante su intervención. Un comentario muy certero, diría yo.
Durante la entrevista posterior al foro, la diputada explicó que aunque entiende la frustración de algunos ciudadanos con el sistema político actual –diay, nadie niega que a veces da para sacarse las canas–, la solución no es concentrar el poder, sino fortalecer las instituciones democráticas y promover la participación activa de la gente en la toma de decisiones. Esa es la clave, chavón, involucrarse más y exigirle cuentas a nuestros representantes.
Además, Rojas destacó la importancia de garantizar la independencia del Poder Judicial y de los medios de comunicación, elementos esenciales para proteger los derechos fundamentales y combatir la impunidad. Según ella, cualquier intento de coartar estas libertades sería una señal de alerta para toda la sociedad. Verdad que sí, esto nos concierne a todos, no solo a los políticos.
Pero la cosa no queda ahí. Expertos en ciencia política consultados por este medio coincidieron en que la idea de un gobierno de partido único es contraria a los principios básicos de la democracia liberal, que se basa en la separación de poderes, el respeto a los derechos individuales y la alternancia en el poder. Lo que propondrían sería regresar a tiempos oscuros que pensábamos habíamos dejado atrás hace mucho tiempo. Qué despiche.
En medio de este panorama, muchos se preguntan qué tan factible es que una propuesta así llegue a concretarse. Aunque hasta ahora no cuenta con un amplio respaldo legislativo, la discusión pública ya está abierta y es importante que la ciudadanía esté informada y participe activamente en ella. Porque al final del día, nosotros somos quienes debemos decidir qué tipo de país queremos construir. Y no podemos permitir que nadie nos quite ese derecho. No vaya a ser que nos jalamos una torta monumental como nación.
Y tú, ¿qué opinas? Con tanta conversación sobre concentración de poder, ¿crees que necesitamos urgentemente reformar nuestro sistema político para hacerlo más transparente y participativo, o debería enfocarnos en fortalecer las instituciones que ya tenemos? ¡Déjanos tus comentarios y juntos analicemos este asunto que nos afecta a todos!
Para entender bien la vara, hay que recordar que desde tiempos inmemoriales Costa Rica ha funcionado con gobiernos de coalición, donde diferentes partidos se unen para gobernar. Esto ha permitido tener distintos puntos de vista representados y evitar que un grupo pequeño tome decisiones unilaterales que puedan afectar al país entero. Pero últimamente, con la polarización política que nos afecta a todos, se ha levantado la idea de que un partido único podría simplificar las cosas… ¡Qué equivocados estaríamos!
Daniela Rojas, quien viene haciendo un buen trabajo en temas de transparencia y participación ciudadana, argumentó que esta propuesta no solo es peligrosa porque limita la diversidad de opiniones, sino también porque abre la puerta a la corrupción y al abuso de poder. “Si no tenemos contrapesos, si no tenemos una oposición fuerte, cómo vamos a controlar que los gobernantes hagan lo correcto?”, se preguntó durante su intervención. Un comentario muy certero, diría yo.
Durante la entrevista posterior al foro, la diputada explicó que aunque entiende la frustración de algunos ciudadanos con el sistema político actual –diay, nadie niega que a veces da para sacarse las canas–, la solución no es concentrar el poder, sino fortalecer las instituciones democráticas y promover la participación activa de la gente en la toma de decisiones. Esa es la clave, chavón, involucrarse más y exigirle cuentas a nuestros representantes.
Además, Rojas destacó la importancia de garantizar la independencia del Poder Judicial y de los medios de comunicación, elementos esenciales para proteger los derechos fundamentales y combatir la impunidad. Según ella, cualquier intento de coartar estas libertades sería una señal de alerta para toda la sociedad. Verdad que sí, esto nos concierne a todos, no solo a los políticos.
Pero la cosa no queda ahí. Expertos en ciencia política consultados por este medio coincidieron en que la idea de un gobierno de partido único es contraria a los principios básicos de la democracia liberal, que se basa en la separación de poderes, el respeto a los derechos individuales y la alternancia en el poder. Lo que propondrían sería regresar a tiempos oscuros que pensábamos habíamos dejado atrás hace mucho tiempo. Qué despiche.
En medio de este panorama, muchos se preguntan qué tan factible es que una propuesta así llegue a concretarse. Aunque hasta ahora no cuenta con un amplio respaldo legislativo, la discusión pública ya está abierta y es importante que la ciudadanía esté informada y participe activamente en ella. Porque al final del día, nosotros somos quienes debemos decidir qué tipo de país queremos construir. Y no podemos permitir que nadie nos quite ese derecho. No vaya a ser que nos jalamos una torta monumental como nación.
Y tú, ¿qué opinas? Con tanta conversación sobre concentración de poder, ¿crees que necesitamos urgentemente reformar nuestro sistema político para hacerlo más transparente y participativo, o debería enfocarnos en fortalecer las instituciones que ya tenemos? ¡Déjanos tus comentarios y juntos analicemos este asunto que nos afecta a todos!
