¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un brete. Resulta que tenemos una roca del tamaño de un autobús escolar amenazando con caerse encima de la ruta 32, justo en el kilómetro 31. Imagínate el susto que se llevaron los que andaban por ahí; qué torta, ¡imaginen el golpe!
Según nos cuentan los expertos del MOPT y el Conavi, esta mole de piedra, que pesa cerca de dos mil quinientas toneladas, se estaba moviendo como loca. Unas lluvias bien chingonas habían debilitado la base, y ya era cuestión de días que se fuera al traste toda la carretera. Hablando en serio, la cosa estaba seria.
Así que, como buenos chapines que somos, decidimos actuar rápido. Este viernes mandamos a traer excavadoras, grúas de esas gigantescas, y hasta vagonetas especiales para movernos entre la maquinaria. Además, contratamos unos tipos que saben mucho de explosivos –con cuidado, eh, que no queremos hacer más daño del que ya hay– para provocar el desprendimiento controlado de la roca. Un plan bien pensado, pa' que la roca caiga donde queremos y no nos agarre desprevenidos.
El operativo ha sido una locura desde temprano, mae. Gente trabajando día y noche para tener esto listo lo antes posible. Se espera que la vía se abra nuevamente el lunes, siempre y cuando San Pedro nos dé un respiro y deje de mandar agua de techo. Porque aquí en Costa Rica, ni planes perfectos resisten a una aguacero repentino, ¿verdad?
Y hablando de planes, sé que muchos van a decir: "¡Otra vez cierran la ruta!", y tienen razón. El tráfico va a estar hecho un relajo. Por eso, les recomendamos tomar rutas alternativas: Vara Blanca para los carros pequeños, la 10 por Turrialba-Siquirres, o Bajos de Chilamate-Vuelta de Kooper. Pero ojo, no se metan por caminos que no conozcan, que luego se arman mayores problemas.
El Ministro de Obras Públicas ya salió a declarar que entienden el problema que esto causa a todos: conductores, papás llevando a sus hijos a la escuela, carreteros que necesitan llegar a su destino... Pero insiste en que la seguridad es lo primero. No podemos arriesgarnos a que alguien salga lastimado porque queremos ahorrar unos minutos. Esa es la bronca, pura precaución.
Se han reforzado los controles de tránsito en las rutas alternativas para evitar que los camiones pesados se vayan por donde no deben, causando accidentes aún peores. Hay oficiales vigilando a rajatabla que todo esté en orden. ¡Eso es bueno, apretarlos un poquito nunca viene mal! Y así, con un poco de paciencia y colaboración, vamos superando estos obstáculos que la naturaleza nos pone en el camino. Es parte de vivir en este país tan bello, aunque a veces también un poquito complicado.
Ahora dime, ¿qué opinas tú? ¿Crees que las autoridades están haciendo lo correcto al cerrar la ruta, aunque cause tantos inconvenientes? O quizás tienes alguna otra idea de cómo solucionar esta vara sin poner en peligro a nadie. ¡Déjanos tus comentarios abajo y a ver qué sale de esta conversación!
Según nos cuentan los expertos del MOPT y el Conavi, esta mole de piedra, que pesa cerca de dos mil quinientas toneladas, se estaba moviendo como loca. Unas lluvias bien chingonas habían debilitado la base, y ya era cuestión de días que se fuera al traste toda la carretera. Hablando en serio, la cosa estaba seria.
Así que, como buenos chapines que somos, decidimos actuar rápido. Este viernes mandamos a traer excavadoras, grúas de esas gigantescas, y hasta vagonetas especiales para movernos entre la maquinaria. Además, contratamos unos tipos que saben mucho de explosivos –con cuidado, eh, que no queremos hacer más daño del que ya hay– para provocar el desprendimiento controlado de la roca. Un plan bien pensado, pa' que la roca caiga donde queremos y no nos agarre desprevenidos.
El operativo ha sido una locura desde temprano, mae. Gente trabajando día y noche para tener esto listo lo antes posible. Se espera que la vía se abra nuevamente el lunes, siempre y cuando San Pedro nos dé un respiro y deje de mandar agua de techo. Porque aquí en Costa Rica, ni planes perfectos resisten a una aguacero repentino, ¿verdad?
Y hablando de planes, sé que muchos van a decir: "¡Otra vez cierran la ruta!", y tienen razón. El tráfico va a estar hecho un relajo. Por eso, les recomendamos tomar rutas alternativas: Vara Blanca para los carros pequeños, la 10 por Turrialba-Siquirres, o Bajos de Chilamate-Vuelta de Kooper. Pero ojo, no se metan por caminos que no conozcan, que luego se arman mayores problemas.
El Ministro de Obras Públicas ya salió a declarar que entienden el problema que esto causa a todos: conductores, papás llevando a sus hijos a la escuela, carreteros que necesitan llegar a su destino... Pero insiste en que la seguridad es lo primero. No podemos arriesgarnos a que alguien salga lastimado porque queremos ahorrar unos minutos. Esa es la bronca, pura precaución.
Se han reforzado los controles de tránsito en las rutas alternativas para evitar que los camiones pesados se vayan por donde no deben, causando accidentes aún peores. Hay oficiales vigilando a rajatabla que todo esté en orden. ¡Eso es bueno, apretarlos un poquito nunca viene mal! Y así, con un poco de paciencia y colaboración, vamos superando estos obstáculos que la naturaleza nos pone en el camino. Es parte de vivir en este país tan bello, aunque a veces también un poquito complicado.
Ahora dime, ¿qué opinas tú? ¿Crees que las autoridades están haciendo lo correcto al cerrar la ruta, aunque cause tantos inconvenientes? O quizás tienes alguna otra idea de cómo solucionar esta vara sin poner en peligro a nadie. ¡Déjanos tus comentarios abajo y a ver qué sale de esta conversación!