¡Ay, pata negra! La Ruta 32, la espina dorsal que conecta San José con Limón, sigue cerrada y el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) parece que anda buscando aguja en un palomar para definir cuándo vamos a poder pasar tranquilos por ahí. Después de semanas de promesas rotas y excusas dignas de novela, la paciencia de los viajeros ya está que tranca.
La última jugada del MOPT fue un video grabado donde el ministro Efraím Zeledón, con cara de “yo estoy haciendo lo posible”, explicó que siguen perforando la roca gigante que amenaza con caerse en cualquier momento, provocando un bache monumental. Parece que le tienen miedo a que esa roca se les venga encima, y vaya que razón tienen, porque es una verdadera torta de piedra suspendida sobre la carretera.
El problema empezó hace unos días, cuando descubrieron que una roca de casi 2.500 toneladas podría desprenderse y causar un desastre. Desde entonces, cerraron la ruta, prometiendo reabrirla pronto. La semana anterior decían que sería este lunes, pero bueno, ya sabemos cómo andan las cosas por acá. Intentaron dinamitar la roca, pero las condiciones climáticas fueron poco cooperativas, como si hasta el clima estuviera conspirando para mantenernos varados.
Mientras tanto, el pueblo limonense, el transporte de mercancías y todos aquellos que dependen de esa ruta vital, sufren las consecuencias. Las alternativas, como la vieja carretera por Turrialba, se están viendo saturadas. Y hablando de Turrialba, el alcalde Carlos Hidalgo ha levantado la voz pidiendo ayuda al MOPT y al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) para mejorar esa vía, que ahora recibe un tráfico brutal, especialmente de camiones pesados, y eso, como imaginarán, trae sus propios problemas: trancazos, riesgo de accidentes y un estrés que ni se diga.
“Continuamos con perforaciones hoy (lunes) al final de la tarde finalizar o mañana (martes) a primera hora, para preparar el terreno para la voladura, que es lo que nos permitirá quitar definitivamente esta piedra, esta roca enorme, y poder dar paso seguro a los usuarios”, declaró el ministro Zeledón en el video, como si decirnos “compadre, dale tiempo, estamos haciendo lo que podemos”. Pero la verdad, muchos ya hemos perdido la fe en esas promesas.
La situación ha generado mucha frustración entre los conductores y transportistas, quienes se sienten abandonados por las autoridades. Algunos incluso temen que el retraso en la solución del problema cause mayores pérdidas económicas y afecte el suministro de productos básicos a la región Caribeña. Dicen que el brete está grande, y no es pa’ bromear.
Y claro, mientras el MOPT se toma su tiempo, los viajeros buscan alternativas, muchas veces improvisadas y costosas. Algunos optan por rutas más largas y peligrosas, otros se resignan a esperar, mientras que algunos más, simplemente, se desesperan. Esta vara se ha puesto difícil, diay.
En fin, la historia de la Ruta 32 es un claro ejemplo de la eterna lucha entre la burocracia, los imprevistos y la necesidad urgente de infraestructura confiable en nuestro país. ¿Ustedes creen que el MOPT realmente va a solucionar este problema a tiempo, o deberíamos empezar a prepararnos para otro verano de estresazo y esperas interminables en la carretera?
La última jugada del MOPT fue un video grabado donde el ministro Efraím Zeledón, con cara de “yo estoy haciendo lo posible”, explicó que siguen perforando la roca gigante que amenaza con caerse en cualquier momento, provocando un bache monumental. Parece que le tienen miedo a que esa roca se les venga encima, y vaya que razón tienen, porque es una verdadera torta de piedra suspendida sobre la carretera.
El problema empezó hace unos días, cuando descubrieron que una roca de casi 2.500 toneladas podría desprenderse y causar un desastre. Desde entonces, cerraron la ruta, prometiendo reabrirla pronto. La semana anterior decían que sería este lunes, pero bueno, ya sabemos cómo andan las cosas por acá. Intentaron dinamitar la roca, pero las condiciones climáticas fueron poco cooperativas, como si hasta el clima estuviera conspirando para mantenernos varados.
Mientras tanto, el pueblo limonense, el transporte de mercancías y todos aquellos que dependen de esa ruta vital, sufren las consecuencias. Las alternativas, como la vieja carretera por Turrialba, se están viendo saturadas. Y hablando de Turrialba, el alcalde Carlos Hidalgo ha levantado la voz pidiendo ayuda al MOPT y al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) para mejorar esa vía, que ahora recibe un tráfico brutal, especialmente de camiones pesados, y eso, como imaginarán, trae sus propios problemas: trancazos, riesgo de accidentes y un estrés que ni se diga.
“Continuamos con perforaciones hoy (lunes) al final de la tarde finalizar o mañana (martes) a primera hora, para preparar el terreno para la voladura, que es lo que nos permitirá quitar definitivamente esta piedra, esta roca enorme, y poder dar paso seguro a los usuarios”, declaró el ministro Zeledón en el video, como si decirnos “compadre, dale tiempo, estamos haciendo lo que podemos”. Pero la verdad, muchos ya hemos perdido la fe en esas promesas.
La situación ha generado mucha frustración entre los conductores y transportistas, quienes se sienten abandonados por las autoridades. Algunos incluso temen que el retraso en la solución del problema cause mayores pérdidas económicas y afecte el suministro de productos básicos a la región Caribeña. Dicen que el brete está grande, y no es pa’ bromear.
Y claro, mientras el MOPT se toma su tiempo, los viajeros buscan alternativas, muchas veces improvisadas y costosas. Algunos optan por rutas más largas y peligrosas, otros se resignan a esperar, mientras que algunos más, simplemente, se desesperan. Esta vara se ha puesto difícil, diay.
En fin, la historia de la Ruta 32 es un claro ejemplo de la eterna lucha entre la burocracia, los imprevistos y la necesidad urgente de infraestructura confiable en nuestro país. ¿Ustedes creen que el MOPT realmente va a solucionar este problema a tiempo, o deberíamos empezar a prepararnos para otro verano de estresazo y esperas interminables en la carretera?