¡Aguántate que esto viene duro, pura vaina! Resulta que más de cincuenta emisoras de radio, sí, CINCUENTA, ni siquiera pudieron ponerle pata encima a la subasta de frecuencias. Imagínate el movidón, mi pana. La SUTEL, con toda su maquinaria, viendo cómo se quedan afuera estaciones que llevan años echándole rancho al aire y acompañándonos en las buenas y en las malas. Un despiche total, si me preguntas.
Desde antes de diciembre, la cosa andaba caliente con este tema de la subasta. El MICITT le dio luz verde a la Superintendencia para empezar a rifar las frecuencias de AM, FM y televisión abierta. Dicen que quieren optimizar el espectro radioeléctrico y meter más competencia, como si ya no hubiera suficiente lucha por ahí. Pero la verdad, parece que la jugada salió bastante torcida, porque muchos emisores se sienten como si estuvieran jugando a perder desde el principio.
Y ojo, no hablamos de cualquier emisora, eh. Figuras como Radio Musical, Hit 104.7, Radio Santa Clara, Élite Radio e incluso TV Sur Canal 14 dijeron basta. No estaban dispuestos a echarle más billetes a esa licitación, pues los precios que puso la SUTEL –desde unos míseros $18,000 para una frecuencia regional de FM hasta casi dos millones de dólares para la tele nacional– les parecían una locura. Una verdadera torta, diay.
Lo que más preocupa a los dueños de estas estaciones es que el pliego de condiciones es demasiado exigente, tanto en lo técnico como en lo financiero. Dicen que el sistema favorece a los tiburones, a los que tienen el bolsillo hondo, y deja fuera a los medianos y pequeños, esos que precisamente dan contenido local, música nuestra y voces que conocemos de toda la vida. ¡Imagínate perdés un brete así!
Hasta el Presidente Rodrigo Chaves tuvo que meterse en la onda, y va a hablar este miércoles en su acostumbrada conferencia para aclarar algunas cosas y tratar de apagar un poquito el fuego. Parece que hubo cierta desinformación circulando, y ahora toca ponerle pañitos a la bola para evitar que la gente se vaya totalmente enojada. La Presidencia dice que el objetivo es el bienestar de todos, y que hasta citó a radios católicas y evangélicas para escuchar sus inquietudes… bueno, veremos qué sale de eso, mi pana.
Pero no todas las emisoras se quedaron calladas. La Cadena Musical, con sus 74 años de trayectoria, tiró la toalla con bronca, diciendo que les reconocen el derecho de renovación y que las condiciones actuales son imposibles de cumplir. Han metido demanda al Tribunal Contencioso y están pidiendo apoyo a su audiencia para defender la libertad de expresión. ¡Con razón tanta pena, llevan más de noventa años poniendo música y compañía en nuestros hogares!
Y no son las únicas. Emisoras de Puntarenas y Limón también se sumaron al coro de protesta, argumentando que hay irregularidades legales y técnicas que dificultan su participación. Temen que esto lleve al cierre de muchas emisoras y a una pérdida irreparable de diversidad en el medio. Dicen que si esto sigue así, nos vamos a quedar con pocas opciones y la información controlada por unos pocos poderosos... ¡una sal, mi hermano!
Ahora bien, la gran pregunta es: ¿qué futuro le espera a la radio en Costa Rica? ¿Podremos seguir escuchando esas voces locales que nos acompañan desde siempre, o estamos frente a una época de cambios drásticos que dejarán atrás a muchos emisores y limitarán nuestro acceso a la información? ¿Crees que el gobierno debería reconsiderar los términos de la subasta para proteger a las emisoras más pequeñas y asegurar la diversidad de contenidos?
Desde antes de diciembre, la cosa andaba caliente con este tema de la subasta. El MICITT le dio luz verde a la Superintendencia para empezar a rifar las frecuencias de AM, FM y televisión abierta. Dicen que quieren optimizar el espectro radioeléctrico y meter más competencia, como si ya no hubiera suficiente lucha por ahí. Pero la verdad, parece que la jugada salió bastante torcida, porque muchos emisores se sienten como si estuvieran jugando a perder desde el principio.
Y ojo, no hablamos de cualquier emisora, eh. Figuras como Radio Musical, Hit 104.7, Radio Santa Clara, Élite Radio e incluso TV Sur Canal 14 dijeron basta. No estaban dispuestos a echarle más billetes a esa licitación, pues los precios que puso la SUTEL –desde unos míseros $18,000 para una frecuencia regional de FM hasta casi dos millones de dólares para la tele nacional– les parecían una locura. Una verdadera torta, diay.
Lo que más preocupa a los dueños de estas estaciones es que el pliego de condiciones es demasiado exigente, tanto en lo técnico como en lo financiero. Dicen que el sistema favorece a los tiburones, a los que tienen el bolsillo hondo, y deja fuera a los medianos y pequeños, esos que precisamente dan contenido local, música nuestra y voces que conocemos de toda la vida. ¡Imagínate perdés un brete así!
Hasta el Presidente Rodrigo Chaves tuvo que meterse en la onda, y va a hablar este miércoles en su acostumbrada conferencia para aclarar algunas cosas y tratar de apagar un poquito el fuego. Parece que hubo cierta desinformación circulando, y ahora toca ponerle pañitos a la bola para evitar que la gente se vaya totalmente enojada. La Presidencia dice que el objetivo es el bienestar de todos, y que hasta citó a radios católicas y evangélicas para escuchar sus inquietudes… bueno, veremos qué sale de eso, mi pana.
Pero no todas las emisoras se quedaron calladas. La Cadena Musical, con sus 74 años de trayectoria, tiró la toalla con bronca, diciendo que les reconocen el derecho de renovación y que las condiciones actuales son imposibles de cumplir. Han metido demanda al Tribunal Contencioso y están pidiendo apoyo a su audiencia para defender la libertad de expresión. ¡Con razón tanta pena, llevan más de noventa años poniendo música y compañía en nuestros hogares!
Y no son las únicas. Emisoras de Puntarenas y Limón también se sumaron al coro de protesta, argumentando que hay irregularidades legales y técnicas que dificultan su participación. Temen que esto lleve al cierre de muchas emisoras y a una pérdida irreparable de diversidad en el medio. Dicen que si esto sigue así, nos vamos a quedar con pocas opciones y la información controlada por unos pocos poderosos... ¡una sal, mi hermano!
Ahora bien, la gran pregunta es: ¿qué futuro le espera a la radio en Costa Rica? ¿Podremos seguir escuchando esas voces locales que nos acompañan desde siempre, o estamos frente a una época de cambios drásticos que dejarán atrás a muchos emisores y limitarán nuestro acceso a la información? ¿Crees que el gobierno debería reconsiderar los términos de la subasta para proteger a las emisoras más pequeñas y asegurar la diversidad de contenidos?