¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez, con la pega del salario y la bronca de la educación. Los sindicatos más fuertes del país – APSE, ANEP, ADEM, UCEPA – están organizando una movilización masiva este miércoles para decirle al gobierno que ya basta de huecas y que cumplan con lo que prometieron. Vamos a ver qué pasa con esto, porque parece que cada año tenemos que salir a batallar por lo mismo.
La movilización, que promete estar a toda máquina, partirá puntualmente a las nueve de la mañana desde el parque de La Merced, en San José. Imagínate, un mar de gente con carteles y pancartas, marchando hacia el Ministerio de Hacienda. El objetivo, claro, es presionar al gobierno para que se espabilen y abran los ojos a las demandas del sector público. Ya van casi seis años con los salarios congelados, ¡qué torta!
Y no solo eso, la vaina va más allá del salario. Los sindicatos exigen también que se haga efectivo el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la educación pública. Esto es crucial, pues sin ese porcentaje, las escuelas sufren, los maestros andan agobiados y la calidad educativa se va por el caño abajo. Además, quieren que se descongelen las pensiones del RTR, para que nuestros jubilados puedan vivir con dignidad.
Según Vivian Chaves, presidenta de APSE, el gobierno ha hecho caso omiso a sus peticiones. Intentaron hablar con ellos en agosto, entregando una carta en Casa Presidencial, pero fueron echados de allí como si fueran mosquitos. ¡Qué despiste!, dijo Chaves, visiblemente molesta. “Nos piden dos semanas para responder, pasan las dos semanas y silencio”, agregó, con cara de pocos amigos. Parece que el gobierno prefiere hacerse los dormidos, pero la calle les recordará quién manda.
María Gómez Molina, secretaria general de UCEPA, puso énfasis en la difícil situación que atraviesa el personal de apoyo de las escuelas públicas. Conserjes, guardas, agentes de seguridad, señoras de los comedores… ¡son los más mal pagados del Ministerio de Educación! Gómez describió una serie de problemas graves causados por la falta de presupuesto: falta de materiales de limpieza, agentes de seguridad sin equipos básicos, casetas en pésimas condiciones. “¡El recorte presupuestario nos afecta directamente en nuestras funciones y en la seguridad de las instituciones educativas!”, alertó.
Gilberth Díaz, presidente del SEC, añadió que la marcha es una medida desesperada para obligar al gobierno a tomar cartas en el asunto. “Llevamos seis años con salarios congelados y no podemos seguir creyendo en promesas vacías. Eso de que el otro año nos darán ¢10.000 no es serio”, sentenció. Díaz instó a todos los sectores de la sociedad a unirse a la protesta, incluyendo al magisterio, los padres de familia y los estudiantes. Esta lucha es de todos nosotros, no solo de los sindicatos.
Esta marcha no es la primera demostración de fuerza del sector educativo. Hace apenas unas semanas, organizaciones sociales, sindicales y universitarias se manifestaron frente a Casa Presidencial exigiendo mejoras en la educación y el respeto a la democracia. Parece que el mensaje no ha llegado todavía a los oídos del gobierno, y por eso es necesario intensificar la presión.
Ahora bien, luego de tanta pelea y reclamo, me pregunto: ¿Crees que realmente el gobierno escuchará las demandas de los sindicatos y tomará medidas concretas para mejorar la situación del sector público, o seguiremos viendo las mismas promesas incumplidas año tras año?
La movilización, que promete estar a toda máquina, partirá puntualmente a las nueve de la mañana desde el parque de La Merced, en San José. Imagínate, un mar de gente con carteles y pancartas, marchando hacia el Ministerio de Hacienda. El objetivo, claro, es presionar al gobierno para que se espabilen y abran los ojos a las demandas del sector público. Ya van casi seis años con los salarios congelados, ¡qué torta!
Y no solo eso, la vaina va más allá del salario. Los sindicatos exigen también que se haga efectivo el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) destinado a la educación pública. Esto es crucial, pues sin ese porcentaje, las escuelas sufren, los maestros andan agobiados y la calidad educativa se va por el caño abajo. Además, quieren que se descongelen las pensiones del RTR, para que nuestros jubilados puedan vivir con dignidad.
Según Vivian Chaves, presidenta de APSE, el gobierno ha hecho caso omiso a sus peticiones. Intentaron hablar con ellos en agosto, entregando una carta en Casa Presidencial, pero fueron echados de allí como si fueran mosquitos. ¡Qué despiste!, dijo Chaves, visiblemente molesta. “Nos piden dos semanas para responder, pasan las dos semanas y silencio”, agregó, con cara de pocos amigos. Parece que el gobierno prefiere hacerse los dormidos, pero la calle les recordará quién manda.
María Gómez Molina, secretaria general de UCEPA, puso énfasis en la difícil situación que atraviesa el personal de apoyo de las escuelas públicas. Conserjes, guardas, agentes de seguridad, señoras de los comedores… ¡son los más mal pagados del Ministerio de Educación! Gómez describió una serie de problemas graves causados por la falta de presupuesto: falta de materiales de limpieza, agentes de seguridad sin equipos básicos, casetas en pésimas condiciones. “¡El recorte presupuestario nos afecta directamente en nuestras funciones y en la seguridad de las instituciones educativas!”, alertó.
Gilberth Díaz, presidente del SEC, añadió que la marcha es una medida desesperada para obligar al gobierno a tomar cartas en el asunto. “Llevamos seis años con salarios congelados y no podemos seguir creyendo en promesas vacías. Eso de que el otro año nos darán ¢10.000 no es serio”, sentenció. Díaz instó a todos los sectores de la sociedad a unirse a la protesta, incluyendo al magisterio, los padres de familia y los estudiantes. Esta lucha es de todos nosotros, no solo de los sindicatos.
Esta marcha no es la primera demostración de fuerza del sector educativo. Hace apenas unas semanas, organizaciones sociales, sindicales y universitarias se manifestaron frente a Casa Presidencial exigiendo mejoras en la educación y el respeto a la democracia. Parece que el mensaje no ha llegado todavía a los oídos del gobierno, y por eso es necesario intensificar la presión.
Ahora bien, luego de tanta pelea y reclamo, me pregunto: ¿Crees que realmente el gobierno escuchará las demandas de los sindicatos y tomará medidas concretas para mejorar la situación del sector público, o seguiremos viendo las mismas promesas incumplidas año tras año?