¡Ay, Dios mío! La cosa está que arde en Puntarenas. Los pescadores, esos que nos dan el pescado fresco pa' la mesa, están que traman y protestan al frente del Tribunal Contencioso Administrativo porque le metieron freno a la exportación de tiburones. Imagínate la bronca: ahora no pueden mandar los tiburones afuera y dicen que esto les va a secar el brete.
La medida, que cayó como balde de agua fría el jueves pasado, fue ordenada por el Tribunal y afecta a varias especies, como el tiburón zorro, el tiburón sedujo y el gris. El abogado Walter Brenes, ese mismo que ya le pegó duro al tema del tiburón martillo hace unos años, fue quien movió los hilos, argumentando que estas especies están en peligro de extinción y que no podemos seguir poniendo en riesgo la biodiversidad marina de Costa Rica. Claro, él dice que el gobierno no ha hecho nada pa' solucionar el problema.
Pero los pescadores, que no se andan con rodeos, aseguran que las poblaciones de tiburón están sanitas, bien gordas. Minor González, líder del movimiento, soltó que “hoy estamos acá para que no se repita la historia” y prometió defender la pesca palangre hasta el final. Lo que le preocupa es que esto les vaya a pasar como a los productores de camarón durante el tiempo de Carlos Alvarado, cuando casi los quiebran con restricciones y permisos. ¡Qué sal!
Según el regidor Mario Rodríguez, la vaina es aún más complicada porque la parte más valiosa del tiburón es la aleta, que se manda a México y otros países para hacer aceite y suplementos alimenticios. Él dice que si prohíben la exportación, pura pérdida de tiempo porque luego siguen pescando el tiburón, pero sin poder sacar provecho de la aleta. "¿Pa' qué diablos van a pescar si no pueden vender la aleta?", se preguntó el edil, bastante frustrado.
Desde el MAG y el Incopesca afirman que ya respondieron al tribunal con pruebas científicas y legales para demostrar que los argumentos de Brenes no son correctos. El ministro Víctor Carvajal Porras aseguró que su prioridad es proteger a las comunidades costeras y garantizar sus derechos. Pero parece que eso no convence mucho a los pescadores, que ven cómo sus negocios se van al traste.
El diputado Alexander Barrantes, que milita en el oficialismo, tampoco se quedó callado y criticó la decisión del tribunal, calificándola como “un golpe social” para Puntarenas, una provincia que ya anda muy apretadita económicamente. Él espera que se tomen cartas en el asunto pronto para evitar que la situación empeore. Este mae dice que ya pasó cuatro veces que se intenta esta medida y nunca ha sido aceptada.
Mientras tanto, los pescadores de Puntarenas, Golfito y Quepos siguen echándole ganas y esperando una solución rápida. Dicen que necesitan que el gobierno les dé una mano, porque sino, la cosa está podrida. El abogado Brenes, por su lado, no baja la guardia y responsabiliza a las autoridades de no haber buscado alternativas pa' los pescadores y de haber ignorado los problemas en el sector pesquero. Dice que el ministro Tattenbach no entiende ni papa de temas ambientales.
Ahora, díganme, compas del foro: ¿creen que la prohibición de exportar tiburón es necesaria para proteger el medio ambiente, o es un exceso que perjudica gravemente a los pescadores y a la economía de Puntarenas? ¡Vamos a debatir sobre esto!
La medida, que cayó como balde de agua fría el jueves pasado, fue ordenada por el Tribunal y afecta a varias especies, como el tiburón zorro, el tiburón sedujo y el gris. El abogado Walter Brenes, ese mismo que ya le pegó duro al tema del tiburón martillo hace unos años, fue quien movió los hilos, argumentando que estas especies están en peligro de extinción y que no podemos seguir poniendo en riesgo la biodiversidad marina de Costa Rica. Claro, él dice que el gobierno no ha hecho nada pa' solucionar el problema.
Pero los pescadores, que no se andan con rodeos, aseguran que las poblaciones de tiburón están sanitas, bien gordas. Minor González, líder del movimiento, soltó que “hoy estamos acá para que no se repita la historia” y prometió defender la pesca palangre hasta el final. Lo que le preocupa es que esto les vaya a pasar como a los productores de camarón durante el tiempo de Carlos Alvarado, cuando casi los quiebran con restricciones y permisos. ¡Qué sal!
Según el regidor Mario Rodríguez, la vaina es aún más complicada porque la parte más valiosa del tiburón es la aleta, que se manda a México y otros países para hacer aceite y suplementos alimenticios. Él dice que si prohíben la exportación, pura pérdida de tiempo porque luego siguen pescando el tiburón, pero sin poder sacar provecho de la aleta. "¿Pa' qué diablos van a pescar si no pueden vender la aleta?", se preguntó el edil, bastante frustrado.
Desde el MAG y el Incopesca afirman que ya respondieron al tribunal con pruebas científicas y legales para demostrar que los argumentos de Brenes no son correctos. El ministro Víctor Carvajal Porras aseguró que su prioridad es proteger a las comunidades costeras y garantizar sus derechos. Pero parece que eso no convence mucho a los pescadores, que ven cómo sus negocios se van al traste.
El diputado Alexander Barrantes, que milita en el oficialismo, tampoco se quedó callado y criticó la decisión del tribunal, calificándola como “un golpe social” para Puntarenas, una provincia que ya anda muy apretadita económicamente. Él espera que se tomen cartas en el asunto pronto para evitar que la situación empeore. Este mae dice que ya pasó cuatro veces que se intenta esta medida y nunca ha sido aceptada.
Mientras tanto, los pescadores de Puntarenas, Golfito y Quepos siguen echándole ganas y esperando una solución rápida. Dicen que necesitan que el gobierno les dé una mano, porque sino, la cosa está podrida. El abogado Brenes, por su lado, no baja la guardia y responsabiliza a las autoridades de no haber buscado alternativas pa' los pescadores y de haber ignorado los problemas en el sector pesquero. Dice que el ministro Tattenbach no entiende ni papa de temas ambientales.
Ahora, díganme, compas del foro: ¿creen que la prohibición de exportar tiburón es necesaria para proteger el medio ambiente, o es un exceso que perjudica gravemente a los pescadores y a la economía de Puntarenas? ¡Vamos a debatir sobre esto!
