¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez. A unos días de que termine el año, la Municipalidad de Puntarenas recibió una bofetada de realidad que nos deja a todos, bueno, bastante feos. Resulta que la Contraloría General de la República, ni loca aprobó el presupuesto ordinario para el 2026, dejando varados casi 18 mil millones de colones. Esto no es un chiste, mi gente, esto es serio y pinta para un 2026 complicado.
Y ojo, que no es porque faltaban guantes, sino por la forma chapucera en que el Concejo Municipal intentó aprobarlo. Parece que se les olvidó leer el manualito de procedimientos y discutieron el presupuesto en una sesión que debiera haber sido exclusiva para eso, revuelto con otras cosas. ¡Un despiche!, como diría mi abuela. Además, se descubrió que hubo intentos de modificar actas ya firmadas, lo cual levantó todas las alertas en la Contraloría sobre si acá andamos manejando las cosas con toda la transparencia que ameritan.
Las consecuencias, pues miren, son directas: adiós a cualquier posibilidad de ajustar partidas por inflación, adiós a iniciar nuevos proyectos que no estuvieran planeados el año pasado, y adiós a poder reaccionar rápido ante cualquier emergencia que surja. Esto significa que la Municipalidad tendrá que operar con el mismo presupuesto del 2025, una verdadera camisa de fuerza que limita muchísimo el crecimiento y el bienestar del cantón.
Pero eso no es todo, porque esto también pone en peligro proyectos vitales para la salud de todos nosotros. El más importante de ellos es la planta de tratamiento del Mercado de Puntarenas, una obra que no es un lujo, sino una necesidad imperante para evitar la contaminación y proteger la salud de comerciantes, turistas y residentes. ¡Imagínate la carga que representa no tener esa planta funcionando!
La Ministra de Salud, Mary Munive, no se mordió la lengua al criticar la situación. Declaró que esto no es un hecho aislado, sino parte de un “patrón de mala gestión, improvisación y desinterés por cumplir la ley”. Dijo, sin tapujos, que la situación refleja una falta de responsabilidad y compromiso con el bienestar de la comunidad, y eso, mis amigos, duele en el alma. Las aguas están revueltas, ahí no hay duda.
Para rematar, Marlen Luna Alfaro, presidenta del IFAM, tuvo que salir al paso para darle un jalón de orejas al alcalde y al Concejo Municipal. Advirtió que estas deficiencias afectan directamente la calidad de los servicios básicos que reciben los puntarenenses y exigió una corrección de rumbo inmediata. Quiere decir que la presión está puesta y no hay margen para errores, diay.
Ahora, la ciudadanía porteña vive con la incertidumbre de un 2026 que arranca con el pie izquierdo, con la inversión pública frenada y sin saber qué nos espera. Es un momento de reflexión y de exigir responsabilidades a nuestros representantes, porque al final del día, somos nosotros quienes sufrimos las consecuencias de sus decisiones. Ojalá esto sirva de lección para que nadie vuelva a jalársela una torta y nos deje en esta situación.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Crees que la Municipalidad de Puntarenas podrá encontrar una solución rápida a este embrollo legal y evitar que las obras clave queden paralizadas, o estamos condenados a un 2026 estancado? Déjame saber tu opinión en los comentarios.
Y ojo, que no es porque faltaban guantes, sino por la forma chapucera en que el Concejo Municipal intentó aprobarlo. Parece que se les olvidó leer el manualito de procedimientos y discutieron el presupuesto en una sesión que debiera haber sido exclusiva para eso, revuelto con otras cosas. ¡Un despiche!, como diría mi abuela. Además, se descubrió que hubo intentos de modificar actas ya firmadas, lo cual levantó todas las alertas en la Contraloría sobre si acá andamos manejando las cosas con toda la transparencia que ameritan.
Las consecuencias, pues miren, son directas: adiós a cualquier posibilidad de ajustar partidas por inflación, adiós a iniciar nuevos proyectos que no estuvieran planeados el año pasado, y adiós a poder reaccionar rápido ante cualquier emergencia que surja. Esto significa que la Municipalidad tendrá que operar con el mismo presupuesto del 2025, una verdadera camisa de fuerza que limita muchísimo el crecimiento y el bienestar del cantón.
Pero eso no es todo, porque esto también pone en peligro proyectos vitales para la salud de todos nosotros. El más importante de ellos es la planta de tratamiento del Mercado de Puntarenas, una obra que no es un lujo, sino una necesidad imperante para evitar la contaminación y proteger la salud de comerciantes, turistas y residentes. ¡Imagínate la carga que representa no tener esa planta funcionando!
La Ministra de Salud, Mary Munive, no se mordió la lengua al criticar la situación. Declaró que esto no es un hecho aislado, sino parte de un “patrón de mala gestión, improvisación y desinterés por cumplir la ley”. Dijo, sin tapujos, que la situación refleja una falta de responsabilidad y compromiso con el bienestar de la comunidad, y eso, mis amigos, duele en el alma. Las aguas están revueltas, ahí no hay duda.
Para rematar, Marlen Luna Alfaro, presidenta del IFAM, tuvo que salir al paso para darle un jalón de orejas al alcalde y al Concejo Municipal. Advirtió que estas deficiencias afectan directamente la calidad de los servicios básicos que reciben los puntarenenses y exigió una corrección de rumbo inmediata. Quiere decir que la presión está puesta y no hay margen para errores, diay.
Ahora, la ciudadanía porteña vive con la incertidumbre de un 2026 que arranca con el pie izquierdo, con la inversión pública frenada y sin saber qué nos espera. Es un momento de reflexión y de exigir responsabilidades a nuestros representantes, porque al final del día, somos nosotros quienes sufrimos las consecuencias de sus decisiones. Ojalá esto sirva de lección para que nadie vuelva a jalársela una torta y nos deje en esta situación.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Crees que la Municipalidad de Puntarenas podrá encontrar una solución rápida a este embrollo legal y evitar que las obras clave queden paralizadas, o estamos condenados a un 2026 estancado? Déjame saber tu opinión en los comentarios.
