¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo. La Asamblea Legislativa volvió a darle la tabaza al Presidente Rodrigo Chaves esta semana, negándose por tercera vez levantarle la inmunidad y permitir que avance una investigación por presuntas conductas de beligerancia política. Tres votes, señores, ¡solo tres! La diferencia entre que el país pudiera tener respuestas y que sigamos en este brete interminable.
La votación de este martes dejó a muchos con la boca abierta, porque francamente, era de esperarse algo diferente. La solicitud del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), presentada hace meses, acumulaba 15 denuncias contra el Presidente, acusándolo de escupirle al pene al debido proceso y de usar su plataforma para atacar a sus críticos. Pero parece que algunos diputados prefirieron hacerles la vaca al Presidente y meterse en la tela de araña del ‘cálculo político’.
Como si fuera sorpresa para nadie, las diputadas Alejandra Larios (Liberación) y Rocío Alfaro (Frente Amplio) fueron las primeras en soltar la lengua después de la votación. Larios, sin pelos en la lengua, remarcó que el expediente del TSE pinta feo para el Presidente, evidenciando una conducta sistemática, ni tantito tímida, de ataques y descalificaciones. Dijo que ya le habían puesto el dedo en el hocico varias veces y él sigue haciendo lo mismo. ¡Qué manera de echarle gasolina al fuego!
Alfaro, por su parte, soltó una carcajada amarga. “Era lo que esperaba. Claramente, les importa más quedar bien con el Presidente que investigar estas denuncias. Parece que el Código Electoral se ha ido al traste”, exclamó, visiblemente frustrada. Lamentablemente, parece que algunos legisladores han perdido el norte y priorizan mantener sus relaciones personales sobre el bienestar de la república.
Y ahí entró Alejandro Pacheco, jefe de fracción del PUSC, tratando de ponerle paños fríos a la situación. Reconoció que los 35 votos a favor no fueron suficientes, pero enfatizó que el resultado debería servir como un llamado de atención para el Presidente. “Tiene que poner sus barbas en remojo y reconsiderar su actitud,” aconsejó Pacheco, como diciendo “oye, mae, contrástale un poquito”.
Pero, vamos a ser honestos, esto no es nuevo. Desde que asumió el cargo, Chaves ha sido protagonista de polémicas constantes, enfrentándose a funcionarios públicos, atacando a la prensa e incluso cuestionando la independencia del Poder Judicial. Su estilo autocrático y su afán por controlar todo han generado un clima de tensión y polarización en el país. Ya ni nos sorprende, ¡pero eso no significa que esté bien!
Ahora bien, analizando la cosa, la inamovilidad del Presidente refleja una realidad preocupante: la influencia del poder económico y personal en la toma de decisiones políticas. Muchos sospechan que algunos legisladores están recibiendo favores o promesas a cambio de su apoyo, creando un círculo vicioso de corrupción y clientelismo. ¡Uy, qué vara más fea!
En fin, amigos, la incertidumbre persiste. El futuro político del Presidente sigue siendo una incógnita, y la confianza de los ciudadanos en las instituciones continúa erosionándose. ¿Será que realmente hay esperanza de que el Presidente cambie su comportamiento y empiece a gobernar pensando en el país, o estamos condenados a seguir viviendo bajo el signo de la controversia y la impunidad? ¿Ustedes creen que algún día veremos a Chaves pedir disculpas públicamente por alguna de sus acciones?
La votación de este martes dejó a muchos con la boca abierta, porque francamente, era de esperarse algo diferente. La solicitud del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), presentada hace meses, acumulaba 15 denuncias contra el Presidente, acusándolo de escupirle al pene al debido proceso y de usar su plataforma para atacar a sus críticos. Pero parece que algunos diputados prefirieron hacerles la vaca al Presidente y meterse en la tela de araña del ‘cálculo político’.
Como si fuera sorpresa para nadie, las diputadas Alejandra Larios (Liberación) y Rocío Alfaro (Frente Amplio) fueron las primeras en soltar la lengua después de la votación. Larios, sin pelos en la lengua, remarcó que el expediente del TSE pinta feo para el Presidente, evidenciando una conducta sistemática, ni tantito tímida, de ataques y descalificaciones. Dijo que ya le habían puesto el dedo en el hocico varias veces y él sigue haciendo lo mismo. ¡Qué manera de echarle gasolina al fuego!
Alfaro, por su parte, soltó una carcajada amarga. “Era lo que esperaba. Claramente, les importa más quedar bien con el Presidente que investigar estas denuncias. Parece que el Código Electoral se ha ido al traste”, exclamó, visiblemente frustrada. Lamentablemente, parece que algunos legisladores han perdido el norte y priorizan mantener sus relaciones personales sobre el bienestar de la república.
Y ahí entró Alejandro Pacheco, jefe de fracción del PUSC, tratando de ponerle paños fríos a la situación. Reconoció que los 35 votos a favor no fueron suficientes, pero enfatizó que el resultado debería servir como un llamado de atención para el Presidente. “Tiene que poner sus barbas en remojo y reconsiderar su actitud,” aconsejó Pacheco, como diciendo “oye, mae, contrástale un poquito”.
Pero, vamos a ser honestos, esto no es nuevo. Desde que asumió el cargo, Chaves ha sido protagonista de polémicas constantes, enfrentándose a funcionarios públicos, atacando a la prensa e incluso cuestionando la independencia del Poder Judicial. Su estilo autocrático y su afán por controlar todo han generado un clima de tensión y polarización en el país. Ya ni nos sorprende, ¡pero eso no significa que esté bien!
Ahora bien, analizando la cosa, la inamovilidad del Presidente refleja una realidad preocupante: la influencia del poder económico y personal en la toma de decisiones políticas. Muchos sospechan que algunos legisladores están recibiendo favores o promesas a cambio de su apoyo, creando un círculo vicioso de corrupción y clientelismo. ¡Uy, qué vara más fea!
En fin, amigos, la incertidumbre persiste. El futuro político del Presidente sigue siendo una incógnita, y la confianza de los ciudadanos en las instituciones continúa erosionándose. ¿Será que realmente hay esperanza de que el Presidente cambie su comportamiento y empiece a gobernar pensando en el país, o estamos condenados a seguir viviendo bajo el signo de la controversia y la impunidad? ¿Ustedes creen que algún día veremos a Chaves pedir disculpas públicamente por alguna de sus acciones?