¡Ay, Dios mío, qué vara! Con la temporada de festejos apenas arranca, ya estamos viendo cómo se dispara la violencia doméstica. Parece que entre pandemonios, alcohol y reuniones familiares, algunos mae pierden el control y se les va todo al traste. La Fiscalía no anda jugando y ha lanzado una alerta seria para que todos pongamos leña al cuidado de nuestros hogares.
Según lo que nos comentan desde la Fiscalía de Desamparados, este cierre y principio de año siempre son complicados. Cuando se junta el licor con el estrés de las compras navideñas, las visitas inesperadas y la presión familiar, ahí empiezan los problemas. José Zúñiga, el fiscal de la unidad de género, nos explica que el alcohol es como gasolina prendiendo cualquier chispa, generando celos y comportamientos controladores que terminan explotando.
No se trata solo de golpes, chunches rotos o gritos a voz alta, aunque eso también pasa, claro. La violencia empieza con cositas pequeñas: burlas, indirectas, prohibiciones, amenazas... Cosas que muchas veces pensamos que son “cosas de la vida” o que “no son para tanto”, pero que van acumulándose y terminando en algo mucho peor. Ahí es cuando se pone realmente cargado el ambiente, ¡qué pena!
Y ojo, porque la violencia puede venir de muchas formas. Física, obviamente, pero también psicológica, patrimonio, sexual… ¡Incluso violencia vicaria!, cuando salen los corrales contra los niños o las mascotas para hacerle daño a la pareja. Un brete de cosas que te dejan helao.
Si sientes que estás en peligro, o ves que alguien más lo está, ¡no te quedes callao! Marca el 9-1-1 o corre a la policía más cercana. Ellos tienen gente capacitada para atender estos temas y protegerte. Después puedes ir al Juzgado de Violencia Doméstica o al Ministerio Público, ahí te explican cuáles son tus derechos y qué medidas podemos tomar para que esto no siga pasando.
Lo bueno es que no estás solo, mae. Hay varias instituciones trabajando juntas para ayudar a las víctimas: la Oficina de Atención a la Víctima, el INAMU, el Patronato Nacional de la Infancia, el IMAS... Todos listos para darte apoyo psicológico, legal y social. Que sepas que tienes dónde recurrir si necesitas ayuda, diay.
La verdad es que denunciar a tiempo puede salvar vidas. Imagínate el daño que se puede evitar si cortamos el ciclo de la violencia desde el principio. No esperes a que sea demasiado tarde, ¡mejor prevenir que lamentar! Las autoridades han recalcado que cada denuncia cuenta y marca la diferencia entre una situación contenida y una tragedia en casa.
Ahora sí, vamos directo al grano: ¿ustedes creen que deberíamos hacer campañas más fuertes en redes sociales para concientizar sobre la violencia doméstica y promover relaciones saludables? ¿O quizás enfocarnos más en programas de prevención dirigidos a hombres jóvenes para cambiar esos patrones de conducta machistas que tanto nos duelen?
Según lo que nos comentan desde la Fiscalía de Desamparados, este cierre y principio de año siempre son complicados. Cuando se junta el licor con el estrés de las compras navideñas, las visitas inesperadas y la presión familiar, ahí empiezan los problemas. José Zúñiga, el fiscal de la unidad de género, nos explica que el alcohol es como gasolina prendiendo cualquier chispa, generando celos y comportamientos controladores que terminan explotando.
No se trata solo de golpes, chunches rotos o gritos a voz alta, aunque eso también pasa, claro. La violencia empieza con cositas pequeñas: burlas, indirectas, prohibiciones, amenazas... Cosas que muchas veces pensamos que son “cosas de la vida” o que “no son para tanto”, pero que van acumulándose y terminando en algo mucho peor. Ahí es cuando se pone realmente cargado el ambiente, ¡qué pena!
Y ojo, porque la violencia puede venir de muchas formas. Física, obviamente, pero también psicológica, patrimonio, sexual… ¡Incluso violencia vicaria!, cuando salen los corrales contra los niños o las mascotas para hacerle daño a la pareja. Un brete de cosas que te dejan helao.
Si sientes que estás en peligro, o ves que alguien más lo está, ¡no te quedes callao! Marca el 9-1-1 o corre a la policía más cercana. Ellos tienen gente capacitada para atender estos temas y protegerte. Después puedes ir al Juzgado de Violencia Doméstica o al Ministerio Público, ahí te explican cuáles son tus derechos y qué medidas podemos tomar para que esto no siga pasando.
Lo bueno es que no estás solo, mae. Hay varias instituciones trabajando juntas para ayudar a las víctimas: la Oficina de Atención a la Víctima, el INAMU, el Patronato Nacional de la Infancia, el IMAS... Todos listos para darte apoyo psicológico, legal y social. Que sepas que tienes dónde recurrir si necesitas ayuda, diay.
La verdad es que denunciar a tiempo puede salvar vidas. Imagínate el daño que se puede evitar si cortamos el ciclo de la violencia desde el principio. No esperes a que sea demasiado tarde, ¡mejor prevenir que lamentar! Las autoridades han recalcado que cada denuncia cuenta y marca la diferencia entre una situación contenida y una tragedia en casa.
Ahora sí, vamos directo al grano: ¿ustedes creen que deberíamos hacer campañas más fuertes en redes sociales para concientizar sobre la violencia doméstica y promover relaciones saludables? ¿O quizás enfocarnos más en programas de prevención dirigidos a hombres jóvenes para cambiar esos patrones de conducta machistas que tanto nos duelen?