¡Aguante, pura vida! Aquí les va la jugada: estamos a dos meseíscitos para las elecciones nacionales de 2026, y el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ya prendió las rotativas. Sí, señores, se acabó el humo y empieza el lío de imprimir las papeletas que van a decidir quién manda en Costa Rica los próximos cuatro añitos. Un brete pa’ todos, pero se está haciendo.
Imagínate, 3.7 millones de compatriotas con derecho a ir a votar. Eso significa montones de papel, tinta y muchísima organización. No es jaco cualquier trámite, porque hablamos de la base de nuestra democracia. Este es el momento donde los partidos políticos se dan cuenta que el tiempo de promesas bonitas se terminó, ahora toca meterle pata entera a la campaña y demostrar que tienen el respaldo del pueblo. Que no falten las sorpresas, diay.
El TSE no anda jugando, porque saben que estas elecciones son históricas. Han puesto toda la carne al asador para evitar cualquier trampa. Desde controles de seguridad al estilo banco, hasta una logística que parece sacada de una película de espías. Cada hojita de papel está siendo cuidada como si fuera el tesoro de Colón, pa' que nadie se pueda echar una vara maquina y manipular el resultado. Es que estos tiempos ameritan estar bien precavidos, no vaya a ser que alguien se jalase una torta.
Y ni hablar del voto en el exterior. Hay miles de ticos y ticas que viven fuera del país, y ellos también tienen derecho a participar en este proceso democrático. Por eso, una parte de las papeletas se enviará directamente a los consulados, asegurándose de que lleguen a tiempo para que nuestros paisanos puedan ejercer su derecho al sufragio. Lo de la diáspora siempre es un chunche complicado logísticamente, pero este año se quiere poner a todo dar.
Pero, ¿qué significa esto políticamente? Pues que la maquinaria electoral ya está en marcha. Los nombres que verán en las papeletas ya están grabados en piedra. Ya no hay margen para cambios drásticos ni promesas vacías. Es hora de que los partidos pongan sus cartas sobre la mesa y demuestren qué tienen para ofrecerle al país. Que empiece el debate serio, que se escuchen las propuestas y que el pueblo decida con conciencia y responsabilidad.
La Fuerza Pública y los delegados del Tribunal estarán vigilando cada paso del camino. Desde la impresión hasta la entrega en las juntas receptoras de votos (JRV). Todo estará bajo estricta supervisión para garantizar la transparencia y la integridad del proceso. Se busca que cada miembro de mesa reciba las papeletas en perfecto estado, listas para ser usadas el primer domingo de febrero. ¡Eso sí que es seguridad!
Uno se acuerda de otras elecciones pasadas, cuando había más incertidumbre y temor a irregularidades. Pero esta vez, el TSE ha aprendido la lección y ha tomado todas las medidas necesarias para evitar cualquier problema. Se han reforzado los protocolos de seguridad, se ha capacitado al personal y se ha implementado tecnología de punta para proteger el voto tico. ¡Qué chiva ver cómo hemos avanzado en materia electoral!
En fin, amigos, estamos ante un momento crucial para nuestro país. Las elecciones de 2026 serán determinantes para el futuro de Costa Rica. Ahora que las papeletas están prácticamente listas, me pregunto: ¿Consideran que el TSE está tomando las medidas adecuadas para garantizar unas elecciones limpias y justas, o creen que aún queda algo por hacer?
Imagínate, 3.7 millones de compatriotas con derecho a ir a votar. Eso significa montones de papel, tinta y muchísima organización. No es jaco cualquier trámite, porque hablamos de la base de nuestra democracia. Este es el momento donde los partidos políticos se dan cuenta que el tiempo de promesas bonitas se terminó, ahora toca meterle pata entera a la campaña y demostrar que tienen el respaldo del pueblo. Que no falten las sorpresas, diay.
El TSE no anda jugando, porque saben que estas elecciones son históricas. Han puesto toda la carne al asador para evitar cualquier trampa. Desde controles de seguridad al estilo banco, hasta una logística que parece sacada de una película de espías. Cada hojita de papel está siendo cuidada como si fuera el tesoro de Colón, pa' que nadie se pueda echar una vara maquina y manipular el resultado. Es que estos tiempos ameritan estar bien precavidos, no vaya a ser que alguien se jalase una torta.
Y ni hablar del voto en el exterior. Hay miles de ticos y ticas que viven fuera del país, y ellos también tienen derecho a participar en este proceso democrático. Por eso, una parte de las papeletas se enviará directamente a los consulados, asegurándose de que lleguen a tiempo para que nuestros paisanos puedan ejercer su derecho al sufragio. Lo de la diáspora siempre es un chunche complicado logísticamente, pero este año se quiere poner a todo dar.
Pero, ¿qué significa esto políticamente? Pues que la maquinaria electoral ya está en marcha. Los nombres que verán en las papeletas ya están grabados en piedra. Ya no hay margen para cambios drásticos ni promesas vacías. Es hora de que los partidos pongan sus cartas sobre la mesa y demuestren qué tienen para ofrecerle al país. Que empiece el debate serio, que se escuchen las propuestas y que el pueblo decida con conciencia y responsabilidad.
La Fuerza Pública y los delegados del Tribunal estarán vigilando cada paso del camino. Desde la impresión hasta la entrega en las juntas receptoras de votos (JRV). Todo estará bajo estricta supervisión para garantizar la transparencia y la integridad del proceso. Se busca que cada miembro de mesa reciba las papeletas en perfecto estado, listas para ser usadas el primer domingo de febrero. ¡Eso sí que es seguridad!
Uno se acuerda de otras elecciones pasadas, cuando había más incertidumbre y temor a irregularidades. Pero esta vez, el TSE ha aprendido la lección y ha tomado todas las medidas necesarias para evitar cualquier problema. Se han reforzado los protocolos de seguridad, se ha capacitado al personal y se ha implementado tecnología de punta para proteger el voto tico. ¡Qué chiva ver cómo hemos avanzado en materia electoral!
En fin, amigos, estamos ante un momento crucial para nuestro país. Las elecciones de 2026 serán determinantes para el futuro de Costa Rica. Ahora que las papeletas están prácticamente listas, me pregunto: ¿Consideran que el TSE está tomando las medidas adecuadas para garantizar unas elecciones limpias y justas, o creen que aún queda algo por hacer?
