¡Aguante, pura gente! Resulta que estamos reventando récords turísticos, vamos. Parece mentira después de todo lo que hemos pasado, ¿verdad? Pero mira vos, los gringos y europeos se rifan pasar casi dos semanas acá disfrutando del clima, la fauna y, claro, el famoso ‘Pura Vida’. Antonio Barzuna, el tipo de seguros que anda metiéndose en política, dice que somos el destino top de la región, ¡qué chimba!
Según los datos, la estadía promedio ya llegó a doce noches. Doce noches, mae! Eso significa que no se quedan solamente en el resort all-inclusive, sino que salen a conocer los sodas, alquilan carros y se van de tour por todos lados. Un cambio radical respecto a hace unos años, cuando venían, se tomaban unas fotos y se iban rapidito. Ahora parece que se mudan por un rato.
Y ni hablar de Guanacaste, que está que arde. La Cámara de Hoteles reporta un 88% de ocupación, ¡un número de locura! Pero la onda ahora es llevar ese éxito a otras zonas del país, esas que siempre han estado un poco olvidadas. San Carlos, Limón y el sur de Puntarenas tienen potencial a montón, pero necesitan que les pongan empeño en la conectividad y, fundamentalmente, en mejorar la seguridad. Porque a nadie le gusta sentir que anda corriendo peligro mientras disfruta de sus vacaciones, ¿eh?
Barzuna, pa’ echarle azúcar a la tortilla, enfatizó que el gobierno necesita facilitar la entrada a estos visitantes, porque ellos son quienes generan la mayoría de los empleos directos e indirectos. Piensa en todos los que trabajan en hoteles, restaurantes, transporte, tours... es una cadena enorme que depende del turismo. Así que ahí tenemos que ponerle atención, señores políticos.
Ahora bien, ¿por qué es tan importante que un turista se quede tanto tiempo? Pues, simple: porque gastan mucho más. No se limitan a lo básico del hotel, salen a explorar, prueban nuestra comida, compran artesanías… Invierten en la economía local. Además, estos turistas suelen ser de esos que buscan experiencias auténticas, que valoran la sostenibilidad y la biodiversidad. ¡Eso sí nos diferencia de otros destinos!
Pero no todo color de rosa, chunches. Hay que ser realistas. Tenemos el problema del “país caro”, que es una lata. La vida en Costa Rica se ha puesto muy cara, y eso puede ahuyentar a algunos turistas. Y también hay que mantener la seguridad jurídica para las empresas aseguradoras, porque si no, nadie quiere invertir aquí. Es un brete constante estar equilibrando las cosas.
Si miramos hacia atrás, resulta impresionante cómo hemos sabido reinventarnos. De ser un destino de “pasaditas” fugaces, nos hemos convertido en un segundo hogar para miles de extranjeros que quieren desconectarse y conectar con la naturaleza. Ese espíritu del ‘Pura Vida’, ese estilo relajado y amable que nos caracteriza, es nuestro activo más grande. Y debemos cuidarlo como oro en paño de manteca, diay.
Entonces, teniendo en cuenta estas cifras alentadoras, la expansión al interior del país y los retos que aún enfrentamos, ¿crees que Costa Rica realmente está preparada para sostener este boom turístico a largo plazo, o simplemente estamos viviendo un momento pasajero? ¿Será suficiente con enfocarse en el turismo de lujo para asegurar un futuro económico sólido para todos los costarricenses?
Según los datos, la estadía promedio ya llegó a doce noches. Doce noches, mae! Eso significa que no se quedan solamente en el resort all-inclusive, sino que salen a conocer los sodas, alquilan carros y se van de tour por todos lados. Un cambio radical respecto a hace unos años, cuando venían, se tomaban unas fotos y se iban rapidito. Ahora parece que se mudan por un rato.
Y ni hablar de Guanacaste, que está que arde. La Cámara de Hoteles reporta un 88% de ocupación, ¡un número de locura! Pero la onda ahora es llevar ese éxito a otras zonas del país, esas que siempre han estado un poco olvidadas. San Carlos, Limón y el sur de Puntarenas tienen potencial a montón, pero necesitan que les pongan empeño en la conectividad y, fundamentalmente, en mejorar la seguridad. Porque a nadie le gusta sentir que anda corriendo peligro mientras disfruta de sus vacaciones, ¿eh?
Barzuna, pa’ echarle azúcar a la tortilla, enfatizó que el gobierno necesita facilitar la entrada a estos visitantes, porque ellos son quienes generan la mayoría de los empleos directos e indirectos. Piensa en todos los que trabajan en hoteles, restaurantes, transporte, tours... es una cadena enorme que depende del turismo. Así que ahí tenemos que ponerle atención, señores políticos.
Ahora bien, ¿por qué es tan importante que un turista se quede tanto tiempo? Pues, simple: porque gastan mucho más. No se limitan a lo básico del hotel, salen a explorar, prueban nuestra comida, compran artesanías… Invierten en la economía local. Además, estos turistas suelen ser de esos que buscan experiencias auténticas, que valoran la sostenibilidad y la biodiversidad. ¡Eso sí nos diferencia de otros destinos!
Pero no todo color de rosa, chunches. Hay que ser realistas. Tenemos el problema del “país caro”, que es una lata. La vida en Costa Rica se ha puesto muy cara, y eso puede ahuyentar a algunos turistas. Y también hay que mantener la seguridad jurídica para las empresas aseguradoras, porque si no, nadie quiere invertir aquí. Es un brete constante estar equilibrando las cosas.
Si miramos hacia atrás, resulta impresionante cómo hemos sabido reinventarnos. De ser un destino de “pasaditas” fugaces, nos hemos convertido en un segundo hogar para miles de extranjeros que quieren desconectarse y conectar con la naturaleza. Ese espíritu del ‘Pura Vida’, ese estilo relajado y amable que nos caracteriza, es nuestro activo más grande. Y debemos cuidarlo como oro en paño de manteca, diay.
Entonces, teniendo en cuenta estas cifras alentadoras, la expansión al interior del país y los retos que aún enfrentamos, ¿crees que Costa Rica realmente está preparada para sostener este boom turístico a largo plazo, o simplemente estamos viviendo un momento pasajero? ¿Será suficiente con enfocarse en el turismo de lujo para asegurar un futuro económico sólido para todos los costarricenses?
