España y Tahití se miden en un choque que puede ser histórico, no por la pasión futbolística que desprenda el encuentro, sino por la goleada que se le puede venir encima a un equipo, el campeón de Oceanía, que está integrado, menos en el caso de Vahirua, por jugadores aficionados.MARCA habló con uno de los integrantes del once, el portero Mikäel Roche, que no fue titular en el debut ante Nigeria. Roche es profesor de educación física en una escuela de la capital.Hoy, este aficionado estará bajo palos, es decir, será el encargado de recoger balones en la presumible goleada de La Roja ante Tahití. "No nos avergonzaría perder por muchos. Si quieren, llegarían a diez, seguro. Nuestro objetivo es luchar con dignidad y si luego hay goleada, me parecería normal que se produzca. Ellos son profesionales y nosotros, no, pero no vamos a entregarnos desde el principio. Vamos a respetarles, sin dar patadas, más sabiendo que es un partido oficial".Recordemos que la mayor goleada que presenta la historia de la Copa Confederaciones es el 8-2 que Brasil le endosó a Arabia Saudí en la edición de 1999. Está la duda de si España va a forzar la máquina o, como nos dice Roche, “los códigos del fútbol”, harán a La Roja rebajar el ritmo de juego.