Ragnarok6k
ANÓNIMO
Esto pasó cuando cursaba quinto año de colegio. Un grupo de amigos fuimos a acampar a la casa de Susy. Estabamos Gabriela, Rosaura, Daniel, Erick, Luis, Susy y yo. Junto a la casa de Susy hay un cafetal y un potrero, teníamos permiso a acampar ahí, aunque en realidad estábamos a metros de la casa de Susy y su mamá estuvo con nosotros la mayor parte del tiempo. Teníamos 3 tiendas de campaña y estuvimos un buen rato rostizando carne en el fuego y conversando.
Erick y Gabriela me habían dicho que yo le gustaba a Suzy, y ella me había dado algunas señales que me hacían pensar que era así. Susy se alegró mucho cuando supo que yo iría a acampar junto a su casa y cuando estamos en clases Susy siempre estaba con migo. Pero lo que pasó aquella noche no me dejó duda de que Suzy quiería con migo.
Las 3 tiendas de campaña estaban junto al fuego. Dentro de la tienda grande estaban Erick, Daniel y Rosaura. Los demás estábamos junto al fuego. Susy estaba jugando con su hermana y con Gabriela. La mamá de Susy se había metido a la casa, parece ser que estaba ocupada en algo. Yo me metí en mi tienda de campaña y me senté en el conchón inflable, con la puerta abierta. Entonces Susy entró a mi tienda de campaña.
—Pero, ¡hola!, ¿a quién tenemos aquí? — Dijo Susy mientras entraba en mi tienda.
Aquella noche Susy llevaba el brillante pelo negro recogido, estaba algo hiperactiva, enrojecida de su cara por correr, como una niña que venía de corretear; estaba algo sudorosa. Tenía una falda de mezclilla algo corta, pero debajo tenía una licra negra. Tenía un sueter de zipper con el zipper abierto y un blusa por debajo.
Entonces Susy comenzó a hacerme cosquillas, yo no pude más que reír.
De pronto Susy se hecho sobre mi en el colchón inflablle, y yo no puse resistencia; me tumbé de espaldas y ella montó sobre mi como sentada en mi vientre, poniendo todo su peso entre mi cadera y abdomen.
—Tengo más fuerza que tú.— Me dijo con su cara de travesura, mientras me hacía las cosquillas. Entonces yo solo me reía y trataba de liberarme. Por dicha nadie más entró en mi campaña en ese momento. Yo traté de liberarme pero no lo logré.
—No se va a soltar, no luche.— Entonces Susy apretó los muslos a mis costillas y se agitó un poco sobre mi vientre como si cabalgara. Su suéter ya había caído de sus hombros, dejando su torso cubierto solo por una delgada blusa casi sin mangas, y el suéter guindando solo de sus brazos. Aquello no podría creerlo, Susy estaba sentada sobre mi y por un momento se agitó, aquella combinación de cosquillas y excitación era fascinante, y por supuesto ya tenía una gran erección.
Entonces traté de liberarme de nuevo y esta vez Susy se sacudió mucho más sobre mi, siguió cabalgando, como frotando su vagina contra mi cadera, casi frotandese contra mi dura erección. Luego se detuvo, y se dejó caer sobre mi, poniendo sus pechos contra mi cara.
—Tengo sueño.— Dijo, mientras estaba sobre mi, apoyando sus pechos contra mi cara. Estuvo así por unos 5 segundos. Durante 5 segundos puso sus pechos y los aplastó contra mi cara, solo cubiertos por una ligera blusa y el brasier. Pude sentir el calor de sus pechos en mis cachetes y frente, pude respirar su olor.
—Ya viene tu mamá— Le dije yo. Aquella noche no pasó nada más, porque la mamá de Susy no nos dejó solos. Y luego yo dormí en la tienda y Susy dentro de la casa. En mis sueños Susy pasaba la noche con migo en la tienda. Que lástima que eso no pasó. No le hice el amor a Susy por primera vez hasta meses después, pero lo que pasó aquella noche me mantuvo fantaseando por años. Teimpo después, invité a Susy a acampar en otro lugar, y esa vez si, donde de la misma tienda de campaña, Susy fue toda mía.
Erick y Gabriela me habían dicho que yo le gustaba a Suzy, y ella me había dado algunas señales que me hacían pensar que era así. Susy se alegró mucho cuando supo que yo iría a acampar junto a su casa y cuando estamos en clases Susy siempre estaba con migo. Pero lo que pasó aquella noche no me dejó duda de que Suzy quiería con migo.
Las 3 tiendas de campaña estaban junto al fuego. Dentro de la tienda grande estaban Erick, Daniel y Rosaura. Los demás estábamos junto al fuego. Susy estaba jugando con su hermana y con Gabriela. La mamá de Susy se había metido a la casa, parece ser que estaba ocupada en algo. Yo me metí en mi tienda de campaña y me senté en el conchón inflable, con la puerta abierta. Entonces Susy entró a mi tienda de campaña.
—Pero, ¡hola!, ¿a quién tenemos aquí? — Dijo Susy mientras entraba en mi tienda.
Aquella noche Susy llevaba el brillante pelo negro recogido, estaba algo hiperactiva, enrojecida de su cara por correr, como una niña que venía de corretear; estaba algo sudorosa. Tenía una falda de mezclilla algo corta, pero debajo tenía una licra negra. Tenía un sueter de zipper con el zipper abierto y un blusa por debajo.
Entonces Susy comenzó a hacerme cosquillas, yo no pude más que reír.
De pronto Susy se hecho sobre mi en el colchón inflablle, y yo no puse resistencia; me tumbé de espaldas y ella montó sobre mi como sentada en mi vientre, poniendo todo su peso entre mi cadera y abdomen.
—Tengo más fuerza que tú.— Me dijo con su cara de travesura, mientras me hacía las cosquillas. Entonces yo solo me reía y trataba de liberarme. Por dicha nadie más entró en mi campaña en ese momento. Yo traté de liberarme pero no lo logré.
—No se va a soltar, no luche.— Entonces Susy apretó los muslos a mis costillas y se agitó un poco sobre mi vientre como si cabalgara. Su suéter ya había caído de sus hombros, dejando su torso cubierto solo por una delgada blusa casi sin mangas, y el suéter guindando solo de sus brazos. Aquello no podría creerlo, Susy estaba sentada sobre mi y por un momento se agitó, aquella combinación de cosquillas y excitación era fascinante, y por supuesto ya tenía una gran erección.
Entonces traté de liberarme de nuevo y esta vez Susy se sacudió mucho más sobre mi, siguió cabalgando, como frotando su vagina contra mi cadera, casi frotandese contra mi dura erección. Luego se detuvo, y se dejó caer sobre mi, poniendo sus pechos contra mi cara.
—Tengo sueño.— Dijo, mientras estaba sobre mi, apoyando sus pechos contra mi cara. Estuvo así por unos 5 segundos. Durante 5 segundos puso sus pechos y los aplastó contra mi cara, solo cubiertos por una ligera blusa y el brasier. Pude sentir el calor de sus pechos en mis cachetes y frente, pude respirar su olor.
—Ya viene tu mamá— Le dije yo. Aquella noche no pasó nada más, porque la mamá de Susy no nos dejó solos. Y luego yo dormí en la tienda y Susy dentro de la casa. En mis sueños Susy pasaba la noche con migo en la tienda. Que lástima que eso no pasó. No le hice el amor a Susy por primera vez hasta meses después, pero lo que pasó aquella noche me mantuvo fantaseando por años. Teimpo después, invité a Susy a acampar en otro lugar, y esa vez si, donde de la misma tienda de campaña, Susy fue toda mía.
