¡Ay, Dios mío! Esta semana, la tranquilidad de Tacacorí se vio sacudida hasta sus cimientos con una noticia que dejó a todos con el corazón roto: la muerte de dos hermanitos, Jean Carlo y Yelsin Reyes Pineda, de tan solo 10 y 13 años. Un accidente acuático en unas piscinas de la zona truncó sus vidas de manera repentina y desgarradora, dejando un vacío inmenso en sus familiares, amigos y toda la comunidad.
Según nos cuentan los vecinos, los hechos ocurrieron el domingo pasado. Parece que los niños estaban jugando cerca de las piscinas, cuando por alguna razón, terminaron cayendo al agua. Testigos afirman que intentaron ayudarlos, pero la rapidez con la que se desarrollaron los acontecimientos hizo imposible evitar lo peor. La Cruz Roja llegó al sitio con toda la maquinaria, pero a pesar de los esfuerzos heroicos de los paramédicos durante casi 45 minutos, los pequeños ya no presentaban signos vitales. ¡Qué sal!
El Liceo Otilio Ulate Blanco, donde Yelsin cursaba el sétimo grado, expresó su profundo pesar a través de un comunicado oficial. Sus compañeros y profesores quedaron devastados ante la partida de un joven “calladito, tranquilito y muy buen muchacho”, tal como lo describió el director, Gustavo Ramos Bermúdez. Yéslin era un niño aplicado, que gracias a becas de comedor y transporte, podía seguir estudiando a pesar de las limitaciones económicas de su hogar. Recibía apoyo escolar y cariño de todos, y su ausencia se siente como un golpe duro para la institución. La profesora de matemáticas, doña María Elena, comentó entre lágrimas que “él siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás, tenía un corazón enorme”.
La Escuela Timoleón Morera Soto, centro educativo donde asistía Jean Carlo, también se sumó al duelo. Directores, maestros y alumnos guardaron un minuto de silencio en su honor. Se organizarán actividades especiales para apoyar a la hermana de los niños y a su madre, Dina Reyes, quien enfrenta la pesada carga de perder a sus dos hijos. El brete que está pasando esta familia es inimaginable, y la comunidad está tratando de brindarles todo el apoyo posible.
La Iglesia Adventista del Séptima Día Ceneba, donde la familia es miembro activo, emitió un mensaje de consuelo y solidaridad a través de su página de Facebook. Prometieron ofrecer ayuda espiritual y material a los sobrevivientes, y se coordinarán las honras fúnebres para despedir a los pequeños con dignidad. El pastor Ricardo Morales declaró que “Dios estará con ellos en estos momentos difíciles, les dará la fuerza para superar esta prueba”.
Las autoridades competentes ya iniciaron una investigación para determinar las causas exactas del accidente. Aunque aún es pronto para sacar conclusiones definitivas, se sospecha que pudo haber sido una combinación de factores, como la falta de supervisión adecuada y las condiciones peligrosas de las piscinas. La alcaldía de Mora ha anunciado que revisará las normativas de seguridad de los espacios recreativos en la zona, para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir. ¡Qué torta!, nadie quiere ver a otra familia sufriendo así.
Este caso ha encendido el debate sobre la necesidad de garantizar la seguridad de los niños en los espacios públicos. Muchos padres han expresado su preocupación por la falta de controles en las piscinas y otros lugares de recreación. Además, ha surgido la inquietud sobre la importancia de educar a los niños sobre los riesgos asociados al agua y promover prácticas seguras para prevenir accidentes. Las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencia y llamados a la reflexión sobre la responsabilidad colectiva de proteger a los más vulnerables. Está claro que hay mucho por hacer para mejorar la seguridad infantil en nuestro país.
En fin, la partida de Jean Carlo y Yelsin deja una cicatriz imborrable en Tacacorí. Una comunidad entera llora su pérdida y recuerda a dos jóvenes llenos de vida y sueños rotos. Ahora bien, considerando las medidas preventivas actuales para la seguridad de menores en áreas acuáticas públicas, ¿cree usted que deberían endurecerse las regulaciones y aumentar la fiscalización para evitar futuras tragedias como esta?
Según nos cuentan los vecinos, los hechos ocurrieron el domingo pasado. Parece que los niños estaban jugando cerca de las piscinas, cuando por alguna razón, terminaron cayendo al agua. Testigos afirman que intentaron ayudarlos, pero la rapidez con la que se desarrollaron los acontecimientos hizo imposible evitar lo peor. La Cruz Roja llegó al sitio con toda la maquinaria, pero a pesar de los esfuerzos heroicos de los paramédicos durante casi 45 minutos, los pequeños ya no presentaban signos vitales. ¡Qué sal!
El Liceo Otilio Ulate Blanco, donde Yelsin cursaba el sétimo grado, expresó su profundo pesar a través de un comunicado oficial. Sus compañeros y profesores quedaron devastados ante la partida de un joven “calladito, tranquilito y muy buen muchacho”, tal como lo describió el director, Gustavo Ramos Bermúdez. Yéslin era un niño aplicado, que gracias a becas de comedor y transporte, podía seguir estudiando a pesar de las limitaciones económicas de su hogar. Recibía apoyo escolar y cariño de todos, y su ausencia se siente como un golpe duro para la institución. La profesora de matemáticas, doña María Elena, comentó entre lágrimas que “él siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás, tenía un corazón enorme”.
La Escuela Timoleón Morera Soto, centro educativo donde asistía Jean Carlo, también se sumó al duelo. Directores, maestros y alumnos guardaron un minuto de silencio en su honor. Se organizarán actividades especiales para apoyar a la hermana de los niños y a su madre, Dina Reyes, quien enfrenta la pesada carga de perder a sus dos hijos. El brete que está pasando esta familia es inimaginable, y la comunidad está tratando de brindarles todo el apoyo posible.
La Iglesia Adventista del Séptima Día Ceneba, donde la familia es miembro activo, emitió un mensaje de consuelo y solidaridad a través de su página de Facebook. Prometieron ofrecer ayuda espiritual y material a los sobrevivientes, y se coordinarán las honras fúnebres para despedir a los pequeños con dignidad. El pastor Ricardo Morales declaró que “Dios estará con ellos en estos momentos difíciles, les dará la fuerza para superar esta prueba”.
Las autoridades competentes ya iniciaron una investigación para determinar las causas exactas del accidente. Aunque aún es pronto para sacar conclusiones definitivas, se sospecha que pudo haber sido una combinación de factores, como la falta de supervisión adecuada y las condiciones peligrosas de las piscinas. La alcaldía de Mora ha anunciado que revisará las normativas de seguridad de los espacios recreativos en la zona, para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir. ¡Qué torta!, nadie quiere ver a otra familia sufriendo así.
Este caso ha encendido el debate sobre la necesidad de garantizar la seguridad de los niños en los espacios públicos. Muchos padres han expresado su preocupación por la falta de controles en las piscinas y otros lugares de recreación. Además, ha surgido la inquietud sobre la importancia de educar a los niños sobre los riesgos asociados al agua y promover prácticas seguras para prevenir accidentes. Las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencia y llamados a la reflexión sobre la responsabilidad colectiva de proteger a los más vulnerables. Está claro que hay mucho por hacer para mejorar la seguridad infantil en nuestro país.
En fin, la partida de Jean Carlo y Yelsin deja una cicatriz imborrable en Tacacorí. Una comunidad entera llora su pérdida y recuerda a dos jóvenes llenos de vida y sueños rotos. Ahora bien, considerando las medidas preventivas actuales para la seguridad de menores en áreas acuáticas públicas, ¿cree usted que deberían endurecerse las regulaciones y aumentar la fiscalización para evitar futuras tragedias como esta?
