¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con el tema de Doña Ofelia Taitelbaum, la exdefensora que anda pagando cuentas por esos líos de documentos falsos. Ya saben, la vaina de la costurera y las transferencias raras. La Corte no quiere ceder, y ahora hasta el Instituto Nacional de Criminología está diciendo que no está lista pa' salir de la cárcel. ¡Imagínate!
Resulta que la jueza Carla Bonilla Ballestero recibió un informe donde dicen que, aunque Doña Ofelia tiene achaques –hipertensión, linfedema, artrosis, hasta cáncer tuvo–, eso no justifica que la manden pa’ casa con candela. Según ellos, esos malesito no le impiden vivir bien dentro del correccional, ¡chavón! Además, los doctores no han demostrado que necesite atenciones especiales que no puedan darle ahí.
Y ojo, porque el informe tampoco andaba suave con Doña Ofelia. Dicen que cuando hablan con ella, anda dando vueltas, como pez en agua, tratando de echarle la culpa a otros. “Minimiza el daño causado a la sociedad”, dicen textualmente. ¡Uf! Parece que todavía no acepta haber metido la pata hasta el fondo, ¿no creen?
Doña Ofelia, por supuesto, no se queda callada. En un audio que adjuntaron al expediente, dice que se está “muriendo” ahí dentro, que le duele todo y que la vida en la cárcel es muy dura para alguien de su edad. Pide que la dejen cumplir su condena en otro sitio, donde pueda tener mejores cuidados. Pero parece que nadie le hace caso, pobrecita. Se toma unas aspirinas para calmar el dolor, dice... ¡Qué harta!
El Juzgado de Ejecución de la Pena había pensado en darle el beneficio del arresto domiciliario, pero la presión del Instituto de Criminología y la opinión generalizada de que Doña Ofelia aún no ha demostrado arrepentimiento, complicaron la jugada. Al final, decidieron que siga cumpliendo su castigo en el centro penitenciario Vilma Curling, o sea, la cárcel de mujeres. Una verdadera torta.
Recordemos que Doña Ofelia lleva purgarando siete años y medio de prisión por 29 delitos de uso de documento falso. Un buen brete, así no hay maquina. Entregó sus llaves a la justicia en octubre del 2024, después de que le impusieran la condena, intentando evitar que la capturaran, pero no funcionó. Ahí sigue, entre rejas, buscando cómo salirse con la suya, diay.
Ahora, muchos se preguntan si realmente Doña Ofelia está sufriendo tanto como dice, o si está usando su edad y sus problemas de salud para tratar de manipular el sistema. Es cierto que la cárcel no es un hotel cinco estrellas, pero tampoco es el infierno en la tierra. Y si realmente tuviera necesidades médicas urgentes, seguramente ya habría pruebas contundentes. Este caso da mucho de qué hablar, y se complica más cada día.
¿Ustedes qué piensan? ¿Deberían considerar su estado de salud y permitirle cumplir la pena en casa o merece seguir enfrentando las consecuencias de sus actos en la cárcel? Dejen sus comentarios abajo, quiero saber su opinión al respecto, ¡pa’ ver si nos estamos portando bien!
Resulta que la jueza Carla Bonilla Ballestero recibió un informe donde dicen que, aunque Doña Ofelia tiene achaques –hipertensión, linfedema, artrosis, hasta cáncer tuvo–, eso no justifica que la manden pa’ casa con candela. Según ellos, esos malesito no le impiden vivir bien dentro del correccional, ¡chavón! Además, los doctores no han demostrado que necesite atenciones especiales que no puedan darle ahí.
Y ojo, porque el informe tampoco andaba suave con Doña Ofelia. Dicen que cuando hablan con ella, anda dando vueltas, como pez en agua, tratando de echarle la culpa a otros. “Minimiza el daño causado a la sociedad”, dicen textualmente. ¡Uf! Parece que todavía no acepta haber metido la pata hasta el fondo, ¿no creen?
Doña Ofelia, por supuesto, no se queda callada. En un audio que adjuntaron al expediente, dice que se está “muriendo” ahí dentro, que le duele todo y que la vida en la cárcel es muy dura para alguien de su edad. Pide que la dejen cumplir su condena en otro sitio, donde pueda tener mejores cuidados. Pero parece que nadie le hace caso, pobrecita. Se toma unas aspirinas para calmar el dolor, dice... ¡Qué harta!
El Juzgado de Ejecución de la Pena había pensado en darle el beneficio del arresto domiciliario, pero la presión del Instituto de Criminología y la opinión generalizada de que Doña Ofelia aún no ha demostrado arrepentimiento, complicaron la jugada. Al final, decidieron que siga cumpliendo su castigo en el centro penitenciario Vilma Curling, o sea, la cárcel de mujeres. Una verdadera torta.
Recordemos que Doña Ofelia lleva purgarando siete años y medio de prisión por 29 delitos de uso de documento falso. Un buen brete, así no hay maquina. Entregó sus llaves a la justicia en octubre del 2024, después de que le impusieran la condena, intentando evitar que la capturaran, pero no funcionó. Ahí sigue, entre rejas, buscando cómo salirse con la suya, diay.
Ahora, muchos se preguntan si realmente Doña Ofelia está sufriendo tanto como dice, o si está usando su edad y sus problemas de salud para tratar de manipular el sistema. Es cierto que la cárcel no es un hotel cinco estrellas, pero tampoco es el infierno en la tierra. Y si realmente tuviera necesidades médicas urgentes, seguramente ya habría pruebas contundentes. Este caso da mucho de qué hablar, y se complica más cada día.
¿Ustedes qué piensan? ¿Deberían considerar su estado de salud y permitirle cumplir la pena en casa o merece seguir enfrentando las consecuencias de sus actos en la cárcel? Dejen sus comentarios abajo, quiero saber su opinión al respecto, ¡pa’ ver si nos estamos portando bien!
