¡Aguante, pura vida! Resulta que la Embajada de Estados Unidos acá en nuestro país le ha echado presión a todos los que andamos tramitando visas o ya las tenemos. Lanzaron una advertencia que da qué pensar: parece que hasta la tontería más pequeña allá te puede mandar a casa con la mano vacía y la visa cancelada. Imagínate, ¡por un resbalón!
Según la Embajada, la clave está en cumplir con todas las reglas del juego. No se trata solamente de llegar al aeropuerto con todos los papeles en orden; hay que portarse bien mientras estás ahí. Uno de los ejemplos que dan, y que nos toca a muchos, es la famosa ‘conducir mareao’. Si te pillan manejando después de tomar, olvídate de la visa. Directo al ojo, chunche.
Y no pienses que porque tienes la visa ya te sientes invencible. La Embajada recalca que la visa no es un derecho divino, sino un privilegio que puedes perder en un santiamán. Es como ir a casa de alguien: tienes que respetar sus reglas o te echas a rastras. Cualquier falta, por mínima que sea, puede ser motivo para que te digan 'adiós' y te cierren las puertas a gringolandia. Qué sal, ¿verdad?
Pero la cosa no termina con los carros. También te piden ser súper sincero en todo el trámite de la visa. Si has tenido problemas con la justicia, ni se te ocurra esconderlo. Intentar maquinar algo así, o inventarte historias, es un suicidio seguro. Los oficiales de la Embajada tienen acceso a bases de datos internacionales, y si intentas engañarlos, te van a pillar, diay.
Es más, dicen que hasta las infracciones de tráfico pueden pasarte factura. Imagínate, te sacan una multa por exceso de velocidad y eso te complica la renovación de la visa. A ver, que no estamos hablando de andar robando bancos, pero sí de mantener un perfil limpio, como decimos nosotros. No vaya a ser que te acaben complicando la vida por algo tan simple.
Ahora, hablemos claro: sabemos que todos somos humanos y cometemos errores. Pero en estos casos, la sinceridad es la mejor política. Mejor admitir que te equivocaste que tratar de tapar el sol con la mano. Porque al final, la verdad siempre sale a la luz, y el resultado puede ser mucho peor de lo que imaginas. Conozco varios casos de gente que se fueron al traste por querer hacer la rosca… ¡qué torta!
Entonces, recapitulando: olvídate de manejar mareao, sé honesto en tus declaraciones, respeta las leyes y mantén la calma. Porque si te metes en líos allá, no hay abogado que te pueda sacar de ese brete. La Embajada no anda jugando, y las consecuencias pueden ser irreversibles. En fin, más vale prevenir que lamentar, como dice mi abu.
Y tú, ¿crees que esta advertencia debería tomarla más en serio la gente que piensa viajar a Estados Unidos? ¿Será que deberíamos poner más atención a las leyes extranjeras antes de aventurarnos a cruzar fronteras? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensas!
Según la Embajada, la clave está en cumplir con todas las reglas del juego. No se trata solamente de llegar al aeropuerto con todos los papeles en orden; hay que portarse bien mientras estás ahí. Uno de los ejemplos que dan, y que nos toca a muchos, es la famosa ‘conducir mareao’. Si te pillan manejando después de tomar, olvídate de la visa. Directo al ojo, chunche.
Y no pienses que porque tienes la visa ya te sientes invencible. La Embajada recalca que la visa no es un derecho divino, sino un privilegio que puedes perder en un santiamán. Es como ir a casa de alguien: tienes que respetar sus reglas o te echas a rastras. Cualquier falta, por mínima que sea, puede ser motivo para que te digan 'adiós' y te cierren las puertas a gringolandia. Qué sal, ¿verdad?
Pero la cosa no termina con los carros. También te piden ser súper sincero en todo el trámite de la visa. Si has tenido problemas con la justicia, ni se te ocurra esconderlo. Intentar maquinar algo así, o inventarte historias, es un suicidio seguro. Los oficiales de la Embajada tienen acceso a bases de datos internacionales, y si intentas engañarlos, te van a pillar, diay.
Es más, dicen que hasta las infracciones de tráfico pueden pasarte factura. Imagínate, te sacan una multa por exceso de velocidad y eso te complica la renovación de la visa. A ver, que no estamos hablando de andar robando bancos, pero sí de mantener un perfil limpio, como decimos nosotros. No vaya a ser que te acaben complicando la vida por algo tan simple.
Ahora, hablemos claro: sabemos que todos somos humanos y cometemos errores. Pero en estos casos, la sinceridad es la mejor política. Mejor admitir que te equivocaste que tratar de tapar el sol con la mano. Porque al final, la verdad siempre sale a la luz, y el resultado puede ser mucho peor de lo que imaginas. Conozco varios casos de gente que se fueron al traste por querer hacer la rosca… ¡qué torta!
Entonces, recapitulando: olvídate de manejar mareao, sé honesto en tus declaraciones, respeta las leyes y mantén la calma. Porque si te metes en líos allá, no hay abogado que te pueda sacar de ese brete. La Embajada no anda jugando, y las consecuencias pueden ser irreversibles. En fin, más vale prevenir que lamentar, como dice mi abu.
Y tú, ¿crees que esta advertencia debería tomarla más en serio la gente que piensa viajar a Estados Unidos? ¿Será que deberíamos poner más atención a las leyes extranjeras antes de aventurarnos a cruzar fronteras? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensas!