¡Ay, Dios mío! Esto sí que es una bronca. La comunidad de San Rafael de Alajuela está sacudida hasta las entrañas con la noticia de hoy. Resulta que encontraron muertas a una madre y su hijita en un apartamento, y encima, el papá, bueno, él andaba herido. Parece sacado de novela, pero así es la realidad.
Según nos cuentan los compañeros del OIJ, el llamado llegó pasada las siete y media de la noche. Imagínate, una noche tranquila y de repente, esto. Cuando llegaron los oficiales al apartamento en Barrio La Esperanza, se toparon con la escena más dura: la señora Murillo, de 39 años, y su pequeña de apenas cuatro años, sin pulso. Un susto tremendo, créeme.
Pero eso no es todo, chunches. También estaba allí el marido, don Chavarría, de 41 años, pero él sí tenía unos raspazos feos, cortes de arma blanca, dicen. Lo llevaron corriendo al hospital, pues estaba bien delicado, y ahora anda bajo custodia policial. Como era de esperarse, ya lo tienen calificado como el principal sospechoso de esta bronca toda.
Lo que más está dejando a todos boquiabiertos es que ni la madre ni la niña tenían ninguna herida visible. ¡Nada! Ni un moretón, ni un rasguño. Esto complica bastante la investigación porque los forenses van a tener que trabajar duro para descubrir qué pasó realmente. Se habla de asfixia, de veneno... ¡Quién sabe! Esa vara está complicada.
Los vecinos, claro, están comentando mil cosas. Algunos dicen que eran una pareja muy normal, siempre tranquilos, sin problemas aparentes. Otros murmuran que habían discusiones fuertes de vez en cuando, pero nada concreto. Ya saben cómo es la gente, siempre hay alguna versión, pero la verdad es que nadie sabe a ciencia cierta qué sucedió ahí adentro.
Ahora, el OIJ tiene muchísimo trabajo por delante. Necesitan analizar todas las pruebas, entrevistar a familiares, amigos, vecinos… Todo para armar el rompecabezas y saber qué motivó este acto terrible. Dicen que andan revisando los celulares, buscando mensajes, pistas que puedan aclarar esta torta que nos cayó encima.
Esta tragedia nos recuerda lo frágil que es la vida, y lo importante que es cuidarnos mutuños. Ver morir a una madre e hija inocentes es algo que te parte el alma, diay. Y pensar que esta historia pudo haber terminado diferente… Bueno, estos son los bretes que tiene la vida, ¿no?
En fin, un caso escalofriante que nos deja pensando en tantas cosas. Ahora me pregunto, ¿ustedes creen que la presión económica o algún problema personal pudieron haber desencadenado esta tragedia? ¿Y qué medidas debería tomar el gobierno para prevenir estos casos tan dolorosos que nos conmueven a todos?
	
		
			
		
		
	
				
			Según nos cuentan los compañeros del OIJ, el llamado llegó pasada las siete y media de la noche. Imagínate, una noche tranquila y de repente, esto. Cuando llegaron los oficiales al apartamento en Barrio La Esperanza, se toparon con la escena más dura: la señora Murillo, de 39 años, y su pequeña de apenas cuatro años, sin pulso. Un susto tremendo, créeme.
Pero eso no es todo, chunches. También estaba allí el marido, don Chavarría, de 41 años, pero él sí tenía unos raspazos feos, cortes de arma blanca, dicen. Lo llevaron corriendo al hospital, pues estaba bien delicado, y ahora anda bajo custodia policial. Como era de esperarse, ya lo tienen calificado como el principal sospechoso de esta bronca toda.
Lo que más está dejando a todos boquiabiertos es que ni la madre ni la niña tenían ninguna herida visible. ¡Nada! Ni un moretón, ni un rasguño. Esto complica bastante la investigación porque los forenses van a tener que trabajar duro para descubrir qué pasó realmente. Se habla de asfixia, de veneno... ¡Quién sabe! Esa vara está complicada.
Los vecinos, claro, están comentando mil cosas. Algunos dicen que eran una pareja muy normal, siempre tranquilos, sin problemas aparentes. Otros murmuran que habían discusiones fuertes de vez en cuando, pero nada concreto. Ya saben cómo es la gente, siempre hay alguna versión, pero la verdad es que nadie sabe a ciencia cierta qué sucedió ahí adentro.
Ahora, el OIJ tiene muchísimo trabajo por delante. Necesitan analizar todas las pruebas, entrevistar a familiares, amigos, vecinos… Todo para armar el rompecabezas y saber qué motivó este acto terrible. Dicen que andan revisando los celulares, buscando mensajes, pistas que puedan aclarar esta torta que nos cayó encima.
Esta tragedia nos recuerda lo frágil que es la vida, y lo importante que es cuidarnos mutuños. Ver morir a una madre e hija inocentes es algo que te parte el alma, diay. Y pensar que esta historia pudo haber terminado diferente… Bueno, estos son los bretes que tiene la vida, ¿no?
En fin, un caso escalofriante que nos deja pensando en tantas cosas. Ahora me pregunto, ¿ustedes creen que la presión económica o algún problema personal pudieron haber desencadenado esta tragedia? ¿Y qué medidas debería tomar el gobierno para prevenir estos casos tan dolorosos que nos conmueven a todos?