¡Ay, pata! Qué pena contarla así, pero la carretera 32 amaneció con una tragedia este domingo. Un choque entre un carro particular y un camión dejó a un hombre sin vida en el sitio, generando caos y demoras kilométricas para todos los que iban camino a Limón. Parece que la ruta, que ya daba miedo de por sí, ahora nos da otro motivo para sudar frío.
Según información preliminar de la Cruz Roja, el lamentable incidente ocurrió alrededor de las 10:19 a.m., entre Iroquois y Parismina, en el sentido San José – Limón. Los equipos de emergencia respondieron rápidamente al llamado, pero al llegar encontraron a un hombre lamentablemente fallecido en el lugar. Los paramédicos no pudieron hacer absolutamente nada, pura sal. Imagínate, ahí mismo, en medio de la carretera… Es un susto tremendo para cualquiera pasar por eso.
La Fuerza Pública tuvo que cerrar totalmente la ruta para facilitar el trabajo del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes se encargaron de realizar el levantamiento del cadáver y recopilar toda la evidencia necesaria para determinar qué pasó realmente. Dicen que el tráfico está atascado desde lejos, que la gente va ida y viene, tratando de buscarle la vuelta. ¡Una torta!, porque nadie quiere quedarse varado ahí afuera. Las aplicaciones de navegación como Google Maps y Waze confirman que la situación es crítica, con el tránsito completamente detenido.
Lo que más preocupa es cómo esto afecta el turismo y la economía limonense. Ya era complicado moverse por la zona, con todas esas obras que nunca terminan, y ahora esto encima... Parece que la infraestructura del país no aguanta ni para brincar. Y ni hablar de los transportistas que dependen de esa ruta para llevar mercancías; esto les pega duro en sus bretes, les hace perder tiempo y dinero. Que no sea otra excusa para que no le pongan empeño a arreglar la carretera de una vez por todas.
Algunos testigos relatan que la visibilidad podría haber sido un factor importante en el accidente, pues aparentemente había neblina en la zona. Pero claro, eso es lo que dicen, y hasta que el OIJ termine su investigación no sabremos con seguridad qué causó la colisión. Lo que sí es seguro es que estas tragedias nos recuerdan lo peligrosas que pueden ser nuestras carreteras, especialmente si no estamos atentos y respetamos las normas de tránsito. ¡Mae!, hay que tener cuidado redoble.
Este tipo de incidentes ponen en relieve la necesidad urgente de invertir en mejorar la seguridad vial en Costa Rica. Necesitamos más controles policiales, campañas de concientización y, sobre todo, carreteras en mejores condiciones. No podemos seguir perdiendo vidas humanas por culpa de la irresponsabilidad de algunos conductores o por la falta de mantenimiento de nuestras vías. Esto es serio, no es juego de niños. Se necesita un cambio radical en la forma en que manejamos y en cómo el gobierno aborda este problema.
Recordemos también, que este no es el único problema que enfrentamos en nuestras rutas. La falta de iluminación en muchas áreas, la señalización deficiente y la presencia constante de animales silvestres en la carretera contribuyen a aumentar el riesgo de accidentes. Hay que trabajar todos juntos, tanto autoridades como ciudadanos, para lograr que nuestras carreteras sean más seguras para todos. Que alguien le diga al Ministro de Obras Públicas que empiece a ponerle huevos a resolver estos problemas, porque la cosa está dura.
Ante este panorama tan triste, me pregunto: ¿Crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para garantizar la seguridad vial en Costa Rica y qué medidas consideras más urgentes para prevenir futuros accidentes como este en la ruta 32?
Según información preliminar de la Cruz Roja, el lamentable incidente ocurrió alrededor de las 10:19 a.m., entre Iroquois y Parismina, en el sentido San José – Limón. Los equipos de emergencia respondieron rápidamente al llamado, pero al llegar encontraron a un hombre lamentablemente fallecido en el lugar. Los paramédicos no pudieron hacer absolutamente nada, pura sal. Imagínate, ahí mismo, en medio de la carretera… Es un susto tremendo para cualquiera pasar por eso.
La Fuerza Pública tuvo que cerrar totalmente la ruta para facilitar el trabajo del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes se encargaron de realizar el levantamiento del cadáver y recopilar toda la evidencia necesaria para determinar qué pasó realmente. Dicen que el tráfico está atascado desde lejos, que la gente va ida y viene, tratando de buscarle la vuelta. ¡Una torta!, porque nadie quiere quedarse varado ahí afuera. Las aplicaciones de navegación como Google Maps y Waze confirman que la situación es crítica, con el tránsito completamente detenido.
Lo que más preocupa es cómo esto afecta el turismo y la economía limonense. Ya era complicado moverse por la zona, con todas esas obras que nunca terminan, y ahora esto encima... Parece que la infraestructura del país no aguanta ni para brincar. Y ni hablar de los transportistas que dependen de esa ruta para llevar mercancías; esto les pega duro en sus bretes, les hace perder tiempo y dinero. Que no sea otra excusa para que no le pongan empeño a arreglar la carretera de una vez por todas.
Algunos testigos relatan que la visibilidad podría haber sido un factor importante en el accidente, pues aparentemente había neblina en la zona. Pero claro, eso es lo que dicen, y hasta que el OIJ termine su investigación no sabremos con seguridad qué causó la colisión. Lo que sí es seguro es que estas tragedias nos recuerdan lo peligrosas que pueden ser nuestras carreteras, especialmente si no estamos atentos y respetamos las normas de tránsito. ¡Mae!, hay que tener cuidado redoble.
Este tipo de incidentes ponen en relieve la necesidad urgente de invertir en mejorar la seguridad vial en Costa Rica. Necesitamos más controles policiales, campañas de concientización y, sobre todo, carreteras en mejores condiciones. No podemos seguir perdiendo vidas humanas por culpa de la irresponsabilidad de algunos conductores o por la falta de mantenimiento de nuestras vías. Esto es serio, no es juego de niños. Se necesita un cambio radical en la forma en que manejamos y en cómo el gobierno aborda este problema.
Recordemos también, que este no es el único problema que enfrentamos en nuestras rutas. La falta de iluminación en muchas áreas, la señalización deficiente y la presencia constante de animales silvestres en la carretera contribuyen a aumentar el riesgo de accidentes. Hay que trabajar todos juntos, tanto autoridades como ciudadanos, para lograr que nuestras carreteras sean más seguras para todos. Que alguien le diga al Ministro de Obras Públicas que empiece a ponerle huevos a resolver estos problemas, porque la cosa está dura.
Ante este panorama tan triste, me pregunto: ¿Crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para garantizar la seguridad vial en Costa Rica y qué medidas consideras más urgentes para prevenir futuros accidentes como este en la ruta 32?