Ay, mae, otra vez la misma vaina. El Gobierno, con toda su actitud, nos promete que el tren va a llegar al centro de Paraíso. Pero resulta que ya han pasado años, y seguimos esperando, con la paciencia de Job, mientras tanto, nos vamos dando maicitos en la plaza.
Esta no es la primera vez que nos echan humo, claro que no. Desde hace rato, los presidentes anteriores también juraban y perjuraban que el tren llegaba a Paraíso. Pero parece que cada quien llega al poder y se olvida de nosotros, los paraiseños, pensando que somos pura chinche.
Ahora, con Don Rodri al mando, tocamos fondo. En el presupuesto nacional del 2025 había unos coloncillos bien gordos, casi dos mil millones de colones, destinados a terminar este brete. Pero ¡sorpresa!, el Ministro de Hacienda, con su rollo de siempre, decidió que el Incofer no tenía “capacidad operativa” para manejar la lana. ¿En serio, mae? ¡Eso huele raro!
Pero espérate que todavía hay más. El señor Álvaro Bermúdez, el jefe del Incofer, salió a la palestra diciendo que a mediados del 2026 sí o sí el tren estará funcionando. Dice que los rieles y los materiales están siendo fabricados afuera, y que van a llegar en abril del año que viene. Luego, tres meses de construcción, y listo, nos dicen. Imagínate, el proyecto se concreta en el gobierno que le sigue… ¡qué pena ajena!
La verdad, esto me da unas ganas de agarrarme la cabeza. Porque pa’l caso, necesitamos ese tren. Mira, la gente de Paraíso se pega un viaje largo pa' llegar al centro, y muchas veces tienen que irse caminando, especialmente los abuelitos. Además, eso dinamizaría la economía del cantón, atraerá turistas, y sería una opción de transporte más cómoda y amigable con el medio ambiente. ¿Pa’ qué queremos un país moderno si no podemos tener un tren decente?
El Alcalde Michaell Álvarez, como buen representante de la comunidad, ha estado echándole presión al gobierno, justo. Dice que esto no es terquedad, sino una necesidad imperiosa. Que esperábamos que el Presidente cumpliera su palabra, que no es pedir mucho. Él sabe que nosotros estamos hartos de promesas vacías y de políticos que no cumplen lo que dicen.
Y hablando de trabajos pendientes, hay que rehabilitar unos 2,5 kilómetros de vías que ni siquiera existen más, o están enterradas bajo el asfalto. También necesitan construir una estación o andén donde podamos subirnos al tren cómodamente. Dejar todo así como está, es una falta de respeto a todos nosotros, los ciudadanos.
Al final de cuentas, parece que el tren a Paraíso se convirtió en una telenovela sin fin. Una historia llena de promesas incumplidas, excusas rebuscadas, y mucha frustración. Entonces, te pregunto, diay, ¿crees que realmente veremos el tren llegando al centro de Paraíso, o seguiremos viviendo con estas gaviotas eternas de nuestros políticos?
Esta no es la primera vez que nos echan humo, claro que no. Desde hace rato, los presidentes anteriores también juraban y perjuraban que el tren llegaba a Paraíso. Pero parece que cada quien llega al poder y se olvida de nosotros, los paraiseños, pensando que somos pura chinche.
Ahora, con Don Rodri al mando, tocamos fondo. En el presupuesto nacional del 2025 había unos coloncillos bien gordos, casi dos mil millones de colones, destinados a terminar este brete. Pero ¡sorpresa!, el Ministro de Hacienda, con su rollo de siempre, decidió que el Incofer no tenía “capacidad operativa” para manejar la lana. ¿En serio, mae? ¡Eso huele raro!
Pero espérate que todavía hay más. El señor Álvaro Bermúdez, el jefe del Incofer, salió a la palestra diciendo que a mediados del 2026 sí o sí el tren estará funcionando. Dice que los rieles y los materiales están siendo fabricados afuera, y que van a llegar en abril del año que viene. Luego, tres meses de construcción, y listo, nos dicen. Imagínate, el proyecto se concreta en el gobierno que le sigue… ¡qué pena ajena!
La verdad, esto me da unas ganas de agarrarme la cabeza. Porque pa’l caso, necesitamos ese tren. Mira, la gente de Paraíso se pega un viaje largo pa' llegar al centro, y muchas veces tienen que irse caminando, especialmente los abuelitos. Además, eso dinamizaría la economía del cantón, atraerá turistas, y sería una opción de transporte más cómoda y amigable con el medio ambiente. ¿Pa’ qué queremos un país moderno si no podemos tener un tren decente?
El Alcalde Michaell Álvarez, como buen representante de la comunidad, ha estado echándole presión al gobierno, justo. Dice que esto no es terquedad, sino una necesidad imperiosa. Que esperábamos que el Presidente cumpliera su palabra, que no es pedir mucho. Él sabe que nosotros estamos hartos de promesas vacías y de políticos que no cumplen lo que dicen.
Y hablando de trabajos pendientes, hay que rehabilitar unos 2,5 kilómetros de vías que ni siquiera existen más, o están enterradas bajo el asfalto. También necesitan construir una estación o andén donde podamos subirnos al tren cómodamente. Dejar todo así como está, es una falta de respeto a todos nosotros, los ciudadanos.
Al final de cuentas, parece que el tren a Paraíso se convirtió en una telenovela sin fin. Una historia llena de promesas incumplidas, excusas rebuscadas, y mucha frustración. Entonces, te pregunto, diay, ¿crees que realmente veremos el tren llegando al centro de Paraíso, o seguiremos viviendo con estas gaviotas eternas de nuestros políticos?