¡Ay, Dios mío! Tremendo lío nos encontramos, pura torta la que se armó en el Barrio Chino. El OIJ le dio duro a una banda de chapuceros que estaban usando celulares como máquinas de hacer daño financiero. Resulta que estos, unos orientales metidos en malos negocios, llevaban tiempo estafando gente a través de internet, y el Barrio Chino era su base de operaciones, su rinconcito seguro para lavar todo ese brete.
La movida era más elaborada de lo que parece. Estos tipos conseguían la información de las tarjetas bancarias de la gente enviándoles links falsos, haciéndose pasar por bancos, Correos, hasta por Kolbi, ¡lo que fuera para agarrarle a uno! Cuando caían en la trampa, les sacaban número de tarjeta, fecha de vencimiento, todo el pastel para luego crear unas tarjetas virtuales en sus billeteras electrónicas, esos wallets que todos andamos usando ahora.
Y ojo, que no se trataba de cometer pecaditos. Según el OIJ, acumularon un buen golpe, cerca de sesenta millones de colones en engaños. Con eso, se compraron de todo: licor para celebrar sus fechorías, teléfonos nuevos, joyitas de oro para presumir, e incluso, ¡una casita prefabricada! Qué despilfarro con el sudor ajeno, eh... Imagínate tener que rendir cuentas por semejante nivel de irresponsabilidad.
La investigación empezó hace unos meses, allá por julio, y al principio solo tenían unas treinta denuncias. Pero conforme fueron juntando las piezas, se dieron cuenta de la magnitud de la operación. Parece que estos weren’t working alone; hay otros dos orientales involucrados, uno ya preso desde hace rato comprando cosas en el supermercado y el otro huyó pa' afuera del país. Además, también cayeron dos nacionales, dos ticos metidos en este maje.
Pero esto no es novedad, ¿eh? El Barrio Chino siempre ha sido un imán para estas actividades turbias. Ya recuerdan aquel caso de hace años, allá por el 2019, cuando decomisaron tres millones de dólares escondidos en valijas y cajas. ¡Una barbaridad! Parece que algunos aprovechan la mezcla cultural y el movimiento constante del lugar para montar sus negocios ilícitos, aprovechándose del anonimato. Una pena que manche la imagen del Barrio Chino, que tiene mucha cultura y tradición.
Lo que me da más qué pensar es cómo se escapan con tanto dinero. O sea, ¿cómo hacen para sacar tanta plata del país sin que nadie se dé cuenta? No sé si es porque tienen conexiones, o simplemente porque la vigilancia no es suficiente. En fin, ¡qué vara tan complicada! Uno se queda pensando en todas esas familias afectadas por estos timadores, perdiendo sus ahorros en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora, la fiscalía va a intentar meterlos presos y recuperar todo el dinero robado. Aunque sabemos que, en estos casos, la mayoría del tiempo, gran parte de la plata desaparece misteriosamente. Esperemos que esta vez sí logren darle justicia a las víctimas y que sirva de ejemplo para evitar que otros se animen a seguir por este camino oscuro. Que aprendan la lección, porque así no se puede vivir, jalandose una torta con el trabajo de los demás.
Después de todo este rollo, tengo que preguntarles a ustedes: ¿Les sorprende que estas bandas de estafa operen abiertamente en lugares concurridos como el Barrio Chino, o creen que deberían tomar medidas más drásticas para controlar estas situaciones? ¡Déjenme leer sus opiniones en los comentarios!
La movida era más elaborada de lo que parece. Estos tipos conseguían la información de las tarjetas bancarias de la gente enviándoles links falsos, haciéndose pasar por bancos, Correos, hasta por Kolbi, ¡lo que fuera para agarrarle a uno! Cuando caían en la trampa, les sacaban número de tarjeta, fecha de vencimiento, todo el pastel para luego crear unas tarjetas virtuales en sus billeteras electrónicas, esos wallets que todos andamos usando ahora.
Y ojo, que no se trataba de cometer pecaditos. Según el OIJ, acumularon un buen golpe, cerca de sesenta millones de colones en engaños. Con eso, se compraron de todo: licor para celebrar sus fechorías, teléfonos nuevos, joyitas de oro para presumir, e incluso, ¡una casita prefabricada! Qué despilfarro con el sudor ajeno, eh... Imagínate tener que rendir cuentas por semejante nivel de irresponsabilidad.
La investigación empezó hace unos meses, allá por julio, y al principio solo tenían unas treinta denuncias. Pero conforme fueron juntando las piezas, se dieron cuenta de la magnitud de la operación. Parece que estos weren’t working alone; hay otros dos orientales involucrados, uno ya preso desde hace rato comprando cosas en el supermercado y el otro huyó pa' afuera del país. Además, también cayeron dos nacionales, dos ticos metidos en este maje.
Pero esto no es novedad, ¿eh? El Barrio Chino siempre ha sido un imán para estas actividades turbias. Ya recuerdan aquel caso de hace años, allá por el 2019, cuando decomisaron tres millones de dólares escondidos en valijas y cajas. ¡Una barbaridad! Parece que algunos aprovechan la mezcla cultural y el movimiento constante del lugar para montar sus negocios ilícitos, aprovechándose del anonimato. Una pena que manche la imagen del Barrio Chino, que tiene mucha cultura y tradición.
Lo que me da más qué pensar es cómo se escapan con tanto dinero. O sea, ¿cómo hacen para sacar tanta plata del país sin que nadie se dé cuenta? No sé si es porque tienen conexiones, o simplemente porque la vigilancia no es suficiente. En fin, ¡qué vara tan complicada! Uno se queda pensando en todas esas familias afectadas por estos timadores, perdiendo sus ahorros en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora, la fiscalía va a intentar meterlos presos y recuperar todo el dinero robado. Aunque sabemos que, en estos casos, la mayoría del tiempo, gran parte de la plata desaparece misteriosamente. Esperemos que esta vez sí logren darle justicia a las víctimas y que sirva de ejemplo para evitar que otros se animen a seguir por este camino oscuro. Que aprendan la lección, porque así no se puede vivir, jalandose una torta con el trabajo de los demás.
Después de todo este rollo, tengo que preguntarles a ustedes: ¿Les sorprende que estas bandas de estafa operen abiertamente en lugares concurridos como el Barrio Chino, o creen que deberían tomar medidas más drásticas para controlar estas situaciones? ¡Déjenme leer sus opiniones en los comentarios!
