¡Qué chimba de noticias para empezar la semana, pura vida! Nuestros voleibolistas de playa se mandaron una verdadera pasada en los Juegos Centroamericanos Guatemala 2025, llevándose dos medallas de oro, una en la rama masculina y otra en la femenina. Parece mentira, pero este deporte, que a veces pasa un poco desapercibido aquí en el país, nos está dando alegrías de campeonato, diay.
Para ponerlos en el contexto, estos juegos son un escaparate importante para nuestros atletas, una oportunidad de demostrar qué tan lejos hemos llegado. Y vaya si lo demostraron. El voleibol de playa tico ha ido creciendo constante, con entrenamientos duros y mucha dedicación. Se nota que le han puesto corazón a esto, mae, y los resultados hablan por sí solos. Esto es un reconocimiento al esfuerzo de todos los involucrados: técnicos, deportistas, familias y federación.
En la rama masculina, Jhostin Varela y Julián Araya fueron los encargados de hacer historia. Una final reñidísima contra Nicaragua, donde tuvieron que sudar la camiseta hasta el último punto. Perdieron el primer set 17-21, pero luego se levantaron con todo, ganando el segundo 21-17. El tercer set fue un infarto, con un marcador muy parejo que terminó 15-13 a favor de Costa Rica. ¡Qué tensión, pura adrenalina!
Lo más impresionante de la dupla masculina es que cerraron toda la competencia con una racha invicta, demostrando una consistencia y solidez envidiables. No dejaron pasar ni un solo partido. Eso te habla del nivel que tienen y de la preparación que hicieron para llegar a Guatemala. Se nota que han trabajado mucho en sus tácticas y estrategias, buscando siempre cómo contrarrestar a sus rivales. Y le dio resultado, por supuesto.
Pero no solo ellos brillaron. Marcela Araya y Eugenia Ramírez también se alzaron con el oro en la rama femenina, imponiendo nuevamente el dominio costarricense. Con una actuación demoledora, vencieron a las nicaragüenses 2-0 (21-16, 21-12), mostrando una superioridad aplastante. Desde el principio tomaron el control del juego, dictando ritmo y defensa, sin darle prácticamente oportunidad a sus adversarias.
Este triunfo consolida a la dupla femenina como una de las fuerzas más potentes del voleibol de playa centroamericano. Han demostrado tener talento, técnica y una gran capacidad de adaptación. Además, su química dentro de la cancha es evidente; se entienden a la perfección y se complementan a la perfección. Un verdadero ejemplo para las nuevas generaciones de jugadoras.
Más allá de las medallas, estos logros representan un impulso importantísimo para el desarrollo del voleibol de playa en Costa Rica. Demuestran que, con inversión y apoyo adecuado, podemos competir a nivel internacional y lograr resultados sobresalientes. Esperemos que este éxito sirva para motivar a más jóvenes a practicar este deporte y a que las autoridades le den mayor visibilidad y recursos. Que no se quede solo en la novedad, necesitamos mantener este nivel.
En fin, ¡qué chévere este logro! Nos llena de orgullo ver a nuestros atletas representar al país con tanto gallardía y entrega. Pero me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería aumentar la inversión en deportes nacionales, especialmente aquellos que no son tan populares como el fútbol, pero que pueden darnos tantas alegrías como estas?
Para ponerlos en el contexto, estos juegos son un escaparate importante para nuestros atletas, una oportunidad de demostrar qué tan lejos hemos llegado. Y vaya si lo demostraron. El voleibol de playa tico ha ido creciendo constante, con entrenamientos duros y mucha dedicación. Se nota que le han puesto corazón a esto, mae, y los resultados hablan por sí solos. Esto es un reconocimiento al esfuerzo de todos los involucrados: técnicos, deportistas, familias y federación.
En la rama masculina, Jhostin Varela y Julián Araya fueron los encargados de hacer historia. Una final reñidísima contra Nicaragua, donde tuvieron que sudar la camiseta hasta el último punto. Perdieron el primer set 17-21, pero luego se levantaron con todo, ganando el segundo 21-17. El tercer set fue un infarto, con un marcador muy parejo que terminó 15-13 a favor de Costa Rica. ¡Qué tensión, pura adrenalina!
Lo más impresionante de la dupla masculina es que cerraron toda la competencia con una racha invicta, demostrando una consistencia y solidez envidiables. No dejaron pasar ni un solo partido. Eso te habla del nivel que tienen y de la preparación que hicieron para llegar a Guatemala. Se nota que han trabajado mucho en sus tácticas y estrategias, buscando siempre cómo contrarrestar a sus rivales. Y le dio resultado, por supuesto.
Pero no solo ellos brillaron. Marcela Araya y Eugenia Ramírez también se alzaron con el oro en la rama femenina, imponiendo nuevamente el dominio costarricense. Con una actuación demoledora, vencieron a las nicaragüenses 2-0 (21-16, 21-12), mostrando una superioridad aplastante. Desde el principio tomaron el control del juego, dictando ritmo y defensa, sin darle prácticamente oportunidad a sus adversarias.
Este triunfo consolida a la dupla femenina como una de las fuerzas más potentes del voleibol de playa centroamericano. Han demostrado tener talento, técnica y una gran capacidad de adaptación. Además, su química dentro de la cancha es evidente; se entienden a la perfección y se complementan a la perfección. Un verdadero ejemplo para las nuevas generaciones de jugadoras.
Más allá de las medallas, estos logros representan un impulso importantísimo para el desarrollo del voleibol de playa en Costa Rica. Demuestran que, con inversión y apoyo adecuado, podemos competir a nivel internacional y lograr resultados sobresalientes. Esperemos que este éxito sirva para motivar a más jóvenes a practicar este deporte y a que las autoridades le den mayor visibilidad y recursos. Que no se quede solo en la novedad, necesitamos mantener este nivel.
En fin, ¡qué chévere este logro! Nos llena de orgullo ver a nuestros atletas representar al país con tanto gallardía y entrega. Pero me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería aumentar la inversión en deportes nacionales, especialmente aquellos que no son tan populares como el fútbol, pero que pueden darnos tantas alegrías como estas?
