¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que un abogado que trabaja pa’ el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ha sido agarrado por el OIJ, acusado de estar metido en un asunto bien oscuro: contratar jovencitas pa’ tener relaciones sexuales. La vaina se puso fea rapidito y ahora estamos todos sacudidos.
Todo esto salió a relucir este lunes, durante un operativo judicial enorme que tuvieron con casi veinte allanamientos a lo largo del país. ¡Imagínate la bronca! Agarraron a unas 21 personas, todas señaladas de estar involucradas en cosas como trata de personas, explotación sexual y hasta tráfico internacional. Parece novela, ¿verdad?
Según la investigación, el abogado, que tenía el deber de proteger a los más vulnerables, estaba usando gente de esta red pa’ contactar a menores y convencerlas de ir a “citas” a cambio de unos cuantos billetes. La organización, que operaba como un reloj, se encargaba de reclutar a estas chicas y llevarlas hasta Guanacaste, donde supuestamente se daban estos encuentros turbios.
Pero eso no es todo, ¡qué cargada! También descubrieron que había un funcionario de la Fuerza Pública picoteando en este brete. Aparentemente, estaba facilitando el paso por la frontera a algunos hombres asiáticos, a cambio de paguitos o favores. ¡No me digas! La corrupción anda como agua en Poás, diay.
El OIJ explicó que las víctimas eran sacadas de Heredia y llevadas directamente a las zonas de playa en Guanacaste. Ahí, la cosa se ponía aún peor. Además del abogado, otros tipos estaban utilizando los servicios de esta red para organizar encuentros con mujeres, y algunas de ellas ni siquiera sabían en qué se estaban metiendo; iban engañadas, buscando una oportunidad y terminando atrapadas en esta pesadilla.
Esta investigación empezó hace unos meses, allá por diciembre pasado, cuando desapareció una chica menor de edad. Un mes después, otra situación similar levantó alarmas en el OIJ. Se dieron cuenta de que algo andaba muy mal y empezaron a seguirle la pista, juntando evidencias y testimonios.
Y ahí apareció la verdad: tres jovencitas estaban reclutando a otras chicas en fiestas y reuniones, prometiéndoles dinero y viajes. Pero en realidad, las estaban vendiendo a esta red para que fueran explotadas sexualmente. ¡Qué sal! Parece que la codicia no tiene límites, ni siquiera en nuestro querido Costa Rica. El abogado fue arrestado en su casa, mientras recogían pruebas electrónicas y aparatos que pudieron haber servido como medio de comunicación con los cabecillas de la banda.
Ahora mismo, la Sección de Trata de Personas del OIJ y la Fiscalía Adjunta contra la Trata y el Tráfico Ilícito de Migrantes están investigando a fondo este caso. Todos los detenidos tendrán que enfrentar al Ministerio Público, que decidirá si van a quedar presos o recibirán alguna medida preventiva. Me pregunto, ¿cree usted que nuestras autoridades están haciendo lo suficiente para proteger a nuestros niños y adolescentes de caer en estas redes de explotación, o necesitamos implementar estrategias más contundentes?
Todo esto salió a relucir este lunes, durante un operativo judicial enorme que tuvieron con casi veinte allanamientos a lo largo del país. ¡Imagínate la bronca! Agarraron a unas 21 personas, todas señaladas de estar involucradas en cosas como trata de personas, explotación sexual y hasta tráfico internacional. Parece novela, ¿verdad?
Según la investigación, el abogado, que tenía el deber de proteger a los más vulnerables, estaba usando gente de esta red pa’ contactar a menores y convencerlas de ir a “citas” a cambio de unos cuantos billetes. La organización, que operaba como un reloj, se encargaba de reclutar a estas chicas y llevarlas hasta Guanacaste, donde supuestamente se daban estos encuentros turbios.
Pero eso no es todo, ¡qué cargada! También descubrieron que había un funcionario de la Fuerza Pública picoteando en este brete. Aparentemente, estaba facilitando el paso por la frontera a algunos hombres asiáticos, a cambio de paguitos o favores. ¡No me digas! La corrupción anda como agua en Poás, diay.
El OIJ explicó que las víctimas eran sacadas de Heredia y llevadas directamente a las zonas de playa en Guanacaste. Ahí, la cosa se ponía aún peor. Además del abogado, otros tipos estaban utilizando los servicios de esta red para organizar encuentros con mujeres, y algunas de ellas ni siquiera sabían en qué se estaban metiendo; iban engañadas, buscando una oportunidad y terminando atrapadas en esta pesadilla.
Esta investigación empezó hace unos meses, allá por diciembre pasado, cuando desapareció una chica menor de edad. Un mes después, otra situación similar levantó alarmas en el OIJ. Se dieron cuenta de que algo andaba muy mal y empezaron a seguirle la pista, juntando evidencias y testimonios.
Y ahí apareció la verdad: tres jovencitas estaban reclutando a otras chicas en fiestas y reuniones, prometiéndoles dinero y viajes. Pero en realidad, las estaban vendiendo a esta red para que fueran explotadas sexualmente. ¡Qué sal! Parece que la codicia no tiene límites, ni siquiera en nuestro querido Costa Rica. El abogado fue arrestado en su casa, mientras recogían pruebas electrónicas y aparatos que pudieron haber servido como medio de comunicación con los cabecillas de la banda.
Ahora mismo, la Sección de Trata de Personas del OIJ y la Fiscalía Adjunta contra la Trata y el Tráfico Ilícito de Migrantes están investigando a fondo este caso. Todos los detenidos tendrán que enfrentar al Ministerio Público, que decidirá si van a quedar presos o recibirán alguna medida preventiva. Me pregunto, ¿cree usted que nuestras autoridades están haciendo lo suficiente para proteger a nuestros niños y adolescentes de caer en estas redes de explotación, o necesitamos implementar estrategias más contundentes?
