Alejandra1083 dijo:
venerar.
(Del lat. vener?ri).
1. tr. Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda.
2. tr. Dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas
Honrar, dar culto a lo sagrado:
los padres marianos veneran a la Virgen.
O sea que venerar es practicamente lo mismo que Adorar.
Venerar no es lo mismo que adorar. La adoración como lo explica se le da únicamente a Dios. A los santos se les venera por su vida ejemplar y por su amor a Cristo.
Porque si afirmas que venerar es practicamente lo mismo que adorar, Santa Isabel sería la primera en adorar a María, porque se dirige a ella con estás palabras.
San Lucas 1:40 y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.
1:41 Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,
1:42
y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
1:43 ¿
Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
1:44 Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
1:45 Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.
Isabel respeta a María a sumo grado e incluso se siente indigna que la Madre su Señor (Jesús) vaya a visistarla. Por lo tanto para poder acusar a alguien de idolatría se debe de saber primero que es lo que cada persona tiene en su corazón, porque sino estaríamos cayendo en un pecado que es igual de grave como la idolatría, porque estaríamos levantando un falso testimonio. Pecado prohibido en el mismo Exodo 20, 16.
Alejandra1083 dijo:
Desde la ley de Moisés le fue dicho al pueblo de Israel, y ahora por extensión a la Iglesia, que no se hiciera imagen ni semejanza de lo que hubiera en la tierra, debajo de ella, ni en las aguas debajo de la tierra y tampoco de lo que hubiera en el cielo. Este mandato ha sido reiterado un número significativo de veces, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Una amenaza se yergue sobre los que tal hacen, llamándoseles idólatras y advirtiéndosele a ellos que de seguir en esa conducta no heredarán el reino de los cielos.
Guardaos de los ídolos advierte el apóstol Juan. Pero el problema se sigue presentando en muchas congregaciones denominadas cristianas, pues se supone que cuando se tiene una escultura referente a la divinidad cristiana se le conmemora. Ya sabemos que conmemorar implica hacer memoria o mantener el recuerdo de alguien o algo, fundamentalmente si se celebra con un acto o ceremonia. De esta forma queda claro que cuando conmemoramos estamos rindiendo ceremonia. Sin embargo, otros argumentan que ellos veneran y no adoran. Con esta sutileza semántica se pretende hacer caso omiso al mandato bíblico, pero el término venerar implica tener respeto en sumo grado a alguien por lo que representa, darle culto como si fuese algo sagrado.
El problema no se ha resuelto por cuanto el mandato sigue vigente. El mismo Dios lo reitera infinidad de veces. Hay un texto de Isaías que dice: Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas (42: 8 ). No acepta ninguna escultura que lleve su nombre, su imagen. Ni siquiera que se diga que es para Él, que es por Él, para su veneración o conmemoración.
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Este copy paste tomado de
http://destino.blogcindario.com/2008/05 ... genes.html. forza las palabras conmemorar para llevar agua a su molino.
El argumento de hacer imagenes que están arriba en el cielo, o abajo en la tierra, se derrumba al ver que el mismo exodo permite hacer imagenes de querubines que están el cielo. Respecto a la cita de Isaias, es claro que antes de que el Verbo no se hiciera carne, nadie podría representar a Dios, porque como el mismo advierte en el libro de Deuteronomio, porque nada viste en el Horeb, no vayas ha prevaricar, comparandome con imagenes de hombre. Pero cuando el verbo se encarno, se hizo hombre y como tal podría ser presentado.