¡Ay, dios mío, qué rollo! La cosa está que arde en el ambiente político nacional. Una mujer acaba de soltar una bomba en redes sociales acusando directamente a Fabricio Alvarado, el diputadito y candidato de Nueva República, de abuso sexual cuando ella era una chama menora. ¡Esto sí que es empezar la campaña con tremenda bronca!
Todo comenzó con rumores que circulaban desde el finde pasado en algunos portales de internet, esos que andan buscando siempre sacar información picante. Pero claro, todo eso era ‘según fuentes cercanas’ y bla, bla, bla. Pues resulta que ayer, la propia Alicia Castillo, una señora de 32 años, decidió dejar de esconder la cara y exponer su historia en un video. Le dio pa' frente, diay, ¡con toda la valentía del mundo!
En el video, la licenciada Castillo narra cómo ocurrió todo, contándonos que los hechos se dieron en su casa y en un carro, aprovechando esos momentos en que estaban solos. Parece que el señor Alvarado tenía una relación bastante cercanita con la familia de la licenciada debido a una iglesia que ambos asistían. Imagínate la onda, así te metes en malos bretes.
“Me guardé esa historia por 19 años,” dice Alicia en el video, “y este año decidí alzar la voz. Nunca en mi vida había experimentado tanto temor...”. Uno siente la angustia cuando escucha esas palabras. Lo peor es saber que tuvo que vivir con ese peso durante tantos años, tratando de seguir adelante mientras cargaba con esa torta. Se le respeta mucho, señores.
Como era de esperarse, Fabricio Alvarado, que ya tiene experiencia en estas campañas sucias, respondió a las acusaciones tachándolo todo de un invento para hundirlo. “Cada vez que estamos en los primeros lugares de las encuestas, salen los mismos de siempre con campaña sucia,” lanzó el diputado en declaraciones a la prensa. Ya sabemos cómo funciona la jugada, sacando artillería pesada cuando las cosas van bien.
El político conservador, confiado como pocos, asegura que los costarricenses no van a caer en estas 'aberraciones'. Dice que ha avisado a su familia y su círculo cercano, para que no se confundan con tanta mentira. Claro, porque todos sabemos cómo es esto, que cuando estás arriba, te llueven piedras. ¡Tremendo desgaste!
Pero la verdad, esto es un golpe duro para la imagen de Alvarado, especialmente considerando su perfil familiarista y religioso. Este tipo de acusaciones pueden tener un impacto muy fuerte en el electorado, que busca figuras honestas y creíbles. No importa cuánto diga que es inocente, la semilla de la duda ya está plantada, y eso es difícil de quitar. ¡Qué pena tan grande para todos los involucrados!
En fin, este escándalo promete meter candela a la carrera presidencial. Ya ven, la política es un circo, pero a veces se pone demasiado turbio. Ahora, cuéntenme, ¿creen que estas acusaciones afectarán significativamente las chances de Alvarado en las elecciones? ¿Cómo deberían manejar este delicado asunto tanto el candidato como las autoridades competentes?
Todo comenzó con rumores que circulaban desde el finde pasado en algunos portales de internet, esos que andan buscando siempre sacar información picante. Pero claro, todo eso era ‘según fuentes cercanas’ y bla, bla, bla. Pues resulta que ayer, la propia Alicia Castillo, una señora de 32 años, decidió dejar de esconder la cara y exponer su historia en un video. Le dio pa' frente, diay, ¡con toda la valentía del mundo!
En el video, la licenciada Castillo narra cómo ocurrió todo, contándonos que los hechos se dieron en su casa y en un carro, aprovechando esos momentos en que estaban solos. Parece que el señor Alvarado tenía una relación bastante cercanita con la familia de la licenciada debido a una iglesia que ambos asistían. Imagínate la onda, así te metes en malos bretes.
“Me guardé esa historia por 19 años,” dice Alicia en el video, “y este año decidí alzar la voz. Nunca en mi vida había experimentado tanto temor...”. Uno siente la angustia cuando escucha esas palabras. Lo peor es saber que tuvo que vivir con ese peso durante tantos años, tratando de seguir adelante mientras cargaba con esa torta. Se le respeta mucho, señores.
Como era de esperarse, Fabricio Alvarado, que ya tiene experiencia en estas campañas sucias, respondió a las acusaciones tachándolo todo de un invento para hundirlo. “Cada vez que estamos en los primeros lugares de las encuestas, salen los mismos de siempre con campaña sucia,” lanzó el diputado en declaraciones a la prensa. Ya sabemos cómo funciona la jugada, sacando artillería pesada cuando las cosas van bien.
El político conservador, confiado como pocos, asegura que los costarricenses no van a caer en estas 'aberraciones'. Dice que ha avisado a su familia y su círculo cercano, para que no se confundan con tanta mentira. Claro, porque todos sabemos cómo es esto, que cuando estás arriba, te llueven piedras. ¡Tremendo desgaste!
Pero la verdad, esto es un golpe duro para la imagen de Alvarado, especialmente considerando su perfil familiarista y religioso. Este tipo de acusaciones pueden tener un impacto muy fuerte en el electorado, que busca figuras honestas y creíbles. No importa cuánto diga que es inocente, la semilla de la duda ya está plantada, y eso es difícil de quitar. ¡Qué pena tan grande para todos los involucrados!
En fin, este escándalo promete meter candela a la carrera presidencial. Ya ven, la política es un circo, pero a veces se pone demasiado turbio. Ahora, cuéntenme, ¿creen que estas acusaciones afectarán significativamente las chances de Alvarado en las elecciones? ¿Cómo deberían manejar este delicado asunto tanto el candidato como las autoridades competentes?
