Bueno, pues fíjate que esto sí que está raro, ¿eh? Resulta que una empresa llamada 1X está sacando unos robots asistentes domésticos que parecen sacados de película, pero con un asterisco gigante. Te prometen tener un mayordomo andróide, un "cyber-sirviente" que te ayude con las labores, pero la neta, parece que te están vendiendo la moto a cambio de… tu privacidad.
La movida es así: estos robots, llamados Neo, necesitan que un humano les guíe remotamente para hacer las cosas. Imagínate que quieres que te traigan una botella de agua. En lugar de que el robot lo haga solito (como uno esperaría), tienen que conectar a alguien desde la empresa que lo maneja a través de realidad virtual. Según dicen, tardan hasta un minuto en encontrar la dichosa botella. ¡Un minuto! Yo creo que mi abuela con los ojos cerrados le ganaría al robot en eso, diay.
Pero ahí viene lo turbio. Para que estos operadores humanos puedan "ver" a través del robot y ayudarte, 1X te pide que firmes una exención donde aceptas que ellos puedan observar lo que hay dentro de tu casa. Sí, así mismo, invitan a sus empleados a entrar a tu privacy sin invitación, todo bajo el pretexto de "entrenar el cerebro" del robot. El CEO de la empresa dice que es parte de un "contrato social" necesario. Qué contrato social más salado, ¡meca!
Y ojo, porque según afirman, los clientes tienen que estar de acuerdo con esto para que el robot funcione. De lo contrario, pues nada, te quedas con un montón de metal caro que no sirve ni para decorar. Piensa en ello: pagas veinte mil dólares para tener un robot que, además de necesitar supervisión humana constante, te obliga a renunciar a tu privacidad. Me suena a pesadilla futurista más que a solución tecnológica.
Estos robots Neo, miden alrededor de 1.65 metros y pesan unas 30 libras, qué bueno que no son más pesados para evitar accidentes. La empresa insiste en que han puesto varios sistemas de seguridad para que no se conviertan en un "robot asesino" tipo Terminator. Pero mira, aunque le pongan toda la tecnología del mundo, la idea de que alguien esté viendo todo lo que hago dentro de mi casa me pone los pelos de punta.
La verdad es que esto da mucho que pensar. Ya hemos visto películas donde los robots domésticos terminan volviéndose contra sus dueños, y aunque 1X intente tranquilizarnos diciendo que tienen capas de seguridad, la preocupación sigue latente. Esto trae a colación todas esas advertencias de la ciencia ficción, donde la tecnología avanza más rápido que nuestra capacidad de controlarla.
Además, no es la primera vez que nos enfrentamos a dilemas similares. Piénsalo, estamos constantemente compartiendo información personal en redes sociales, permitiendo que empresas rastreen nuestros movimientos con aplicaciones móviles... ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar por conveniencia?
En fin, la compañía promete que los primeros adoptantes podrán adquirir el robot en 2026. La gran pregunta es: ¿Veinte mil dólares es un precio justo por entregarle tu privacidad a una empresa y convertirte en conejillo de indias tecnológico? ¿Crees que vale la pena sacrificar tu intimidad por tener un ayudante robótico? ¡Déjanos tus comentarios en el foro!
La movida es así: estos robots, llamados Neo, necesitan que un humano les guíe remotamente para hacer las cosas. Imagínate que quieres que te traigan una botella de agua. En lugar de que el robot lo haga solito (como uno esperaría), tienen que conectar a alguien desde la empresa que lo maneja a través de realidad virtual. Según dicen, tardan hasta un minuto en encontrar la dichosa botella. ¡Un minuto! Yo creo que mi abuela con los ojos cerrados le ganaría al robot en eso, diay.
Pero ahí viene lo turbio. Para que estos operadores humanos puedan "ver" a través del robot y ayudarte, 1X te pide que firmes una exención donde aceptas que ellos puedan observar lo que hay dentro de tu casa. Sí, así mismo, invitan a sus empleados a entrar a tu privacy sin invitación, todo bajo el pretexto de "entrenar el cerebro" del robot. El CEO de la empresa dice que es parte de un "contrato social" necesario. Qué contrato social más salado, ¡meca!
Y ojo, porque según afirman, los clientes tienen que estar de acuerdo con esto para que el robot funcione. De lo contrario, pues nada, te quedas con un montón de metal caro que no sirve ni para decorar. Piensa en ello: pagas veinte mil dólares para tener un robot que, además de necesitar supervisión humana constante, te obliga a renunciar a tu privacidad. Me suena a pesadilla futurista más que a solución tecnológica.
Estos robots Neo, miden alrededor de 1.65 metros y pesan unas 30 libras, qué bueno que no son más pesados para evitar accidentes. La empresa insiste en que han puesto varios sistemas de seguridad para que no se conviertan en un "robot asesino" tipo Terminator. Pero mira, aunque le pongan toda la tecnología del mundo, la idea de que alguien esté viendo todo lo que hago dentro de mi casa me pone los pelos de punta.
La verdad es que esto da mucho que pensar. Ya hemos visto películas donde los robots domésticos terminan volviéndose contra sus dueños, y aunque 1X intente tranquilizarnos diciendo que tienen capas de seguridad, la preocupación sigue latente. Esto trae a colación todas esas advertencias de la ciencia ficción, donde la tecnología avanza más rápido que nuestra capacidad de controlarla.
Además, no es la primera vez que nos enfrentamos a dilemas similares. Piénsalo, estamos constantemente compartiendo información personal en redes sociales, permitiendo que empresas rastreen nuestros movimientos con aplicaciones móviles... ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar por conveniencia?
En fin, la compañía promete que los primeros adoptantes podrán adquirir el robot en 2026. La gran pregunta es: ¿Veinte mil dólares es un precio justo por entregarle tu privacidad a una empresa y convertirte en conejillo de indias tecnológico? ¿Crees que vale la pena sacrificar tu intimidad por tener un ayudante robótico? ¡Déjanos tus comentarios en el foro!
