¡Ay, Dios mío! En Ciudad Quesada se siente el frío de la incertidumbre navideña. La AD San Carlos, que parecía invencible hace tan solo unos añitos, anda más perdida que chancho en la carretera. Después de un torneo que dejó mucho que desear, los Toros del Norte decidieron hacer una limpia monumental antes de poder siquiera disfrutar de los buñuelos y natillas. Se fueron varios pesos pesados, dejando a la afición con la boca abierta y preguntándose qué estará pasando en esa cancha.
Según reveló Carlos Acosta, el gerente deportivo, el rendimiento del equipo fue para llorar, literalmente. Un mísero 25% de efectividad es una cifra que da pena decirlo. Acosta no se anduvo con rodeos: “Fue un torneo malísimo, no hay dos maneras de verlo”. Esta confesión directa ya puso a todos los hinchas a pensar si realmente esto es el principio del fin o si hay luz al final del túnel. La verdad es que, con esos números, cualquiera habría tomado medidas drásticas.
Y vaya que las tomaron. La guillotina cayó sobre Nextalí Rodríguez, Alexandre Lezcano, Daniel Díaz, Andrey Soto y Rachid Chirino. Estos cinco futbolistas, que alguna vez levantaron la cabeza orgullosos vistiendo la camiseta norteña, ahora tendrán que buscar nuevos rumbos para sus carreras. Es una pena ver cómo termina así el paso de estos jugadores, porque muchos prometían bastante, pero al final no lograron conectar con el equipo. Particularmente el caso de Chirino es curioso, pues no fue echado precisamente, sino que terminó su préstamo y deberá retornar al Deportivo Saprissa.
Hablamos de Rachid, el pibe rapidito que llegó con muchas expectativas. Su velocidad y habilidad desbordante parecían la solución para dinamizar el ataque de San Carlos, pero tampoco logró marcar la diferencia esperada. Ahora, regresa a Tibás para ver si Erick Lonis y los dueños del Saprissa le dan otra oportunidad. Muchos dicen que ahí sí podría brillar, pero quién sabe... el fútbol es impredecible, diay.
Pero la verdadera sorpresa, y lo que más ha generado controversia entre los aficionados, es la decisión de mantener a Walter ‘Paté’ Centeno como entrenador. Después de terminar en el último lugar, con la cola gacha, la directiva decidió darle una segunda oportunidad al experimentado técnico. Acosta justificó la medida argumentando que han cometido errores en el pasado al cambiar de entrenador constantemente: “No hemos apostado a un proceso. Hemos hecho un desfile de entrenadores”. Un mea culpa institucional que busca lavar la imagen del club, pero que también implica una gran responsabilidad para Centeno.
“Le ha faltado alguno que otro jugador y se lo llevaremos”, añadió Acosta, dejando claro que el cuerpo técnico tendrá recursos para reforzar la plantilla en el mercado de fichajes. Ahora, el reto para Centeno será construir un equipo a su gusto, rápido y efectivo, porque no tendrá margen de error. El Torneo de Clausura es su última oportunidad para demostrar su valía y evitar que San Carlos siga hundido en el fango. Tiene que espabilar, porque la afición está quemadísima, y la paciencia se agota más rápido que el café frío.
Analizando la situación, parece que la directiva está confiando ciegamente en el esquema de juego de Centeno, esperando que con los nuevos refuerzos logren revertir la situación. Pero la realidad es que el problema de San Carlos va más allá de la falta de jugadores. Hay una crisis de identidad, una falta de compromiso y ganas de luchar en la cancha. Si el 'Paté-System' no funciona pronto, la directiva estará pensando en otras opciones, y el Carlos Ugalde volverá a sonar a despedidas y cambios sorpresivos. Enero será determinante para saber si San Carlos puede recuperar su grandeza o si seguirá siendo el blanco fácil de todos los equipos.
Este cambio radical de personal deja más preguntas que respuestas. ¿Será suficiente con renovar la planilla para solucionar los problemas internos del equipo? ¿Podrá Centeno sacar adelante a un grupo de jugadores desconocidos y motivarlos a darlo todo en la cancha? ¿Volveremos a ver a San Carlos luchando por los primeros lugares o este es el preludio de una larga temporada de sufrimiento para la afición norteña? ¿Ustedes creen que esta apuesta audaz de la directiva dará frutos o simplemente estarán postergando lo inevitable? Déjenme leer sus opiniones en los comentarios.
Según reveló Carlos Acosta, el gerente deportivo, el rendimiento del equipo fue para llorar, literalmente. Un mísero 25% de efectividad es una cifra que da pena decirlo. Acosta no se anduvo con rodeos: “Fue un torneo malísimo, no hay dos maneras de verlo”. Esta confesión directa ya puso a todos los hinchas a pensar si realmente esto es el principio del fin o si hay luz al final del túnel. La verdad es que, con esos números, cualquiera habría tomado medidas drásticas.
Y vaya que las tomaron. La guillotina cayó sobre Nextalí Rodríguez, Alexandre Lezcano, Daniel Díaz, Andrey Soto y Rachid Chirino. Estos cinco futbolistas, que alguna vez levantaron la cabeza orgullosos vistiendo la camiseta norteña, ahora tendrán que buscar nuevos rumbos para sus carreras. Es una pena ver cómo termina así el paso de estos jugadores, porque muchos prometían bastante, pero al final no lograron conectar con el equipo. Particularmente el caso de Chirino es curioso, pues no fue echado precisamente, sino que terminó su préstamo y deberá retornar al Deportivo Saprissa.
Hablamos de Rachid, el pibe rapidito que llegó con muchas expectativas. Su velocidad y habilidad desbordante parecían la solución para dinamizar el ataque de San Carlos, pero tampoco logró marcar la diferencia esperada. Ahora, regresa a Tibás para ver si Erick Lonis y los dueños del Saprissa le dan otra oportunidad. Muchos dicen que ahí sí podría brillar, pero quién sabe... el fútbol es impredecible, diay.
Pero la verdadera sorpresa, y lo que más ha generado controversia entre los aficionados, es la decisión de mantener a Walter ‘Paté’ Centeno como entrenador. Después de terminar en el último lugar, con la cola gacha, la directiva decidió darle una segunda oportunidad al experimentado técnico. Acosta justificó la medida argumentando que han cometido errores en el pasado al cambiar de entrenador constantemente: “No hemos apostado a un proceso. Hemos hecho un desfile de entrenadores”. Un mea culpa institucional que busca lavar la imagen del club, pero que también implica una gran responsabilidad para Centeno.
“Le ha faltado alguno que otro jugador y se lo llevaremos”, añadió Acosta, dejando claro que el cuerpo técnico tendrá recursos para reforzar la plantilla en el mercado de fichajes. Ahora, el reto para Centeno será construir un equipo a su gusto, rápido y efectivo, porque no tendrá margen de error. El Torneo de Clausura es su última oportunidad para demostrar su valía y evitar que San Carlos siga hundido en el fango. Tiene que espabilar, porque la afición está quemadísima, y la paciencia se agota más rápido que el café frío.
Analizando la situación, parece que la directiva está confiando ciegamente en el esquema de juego de Centeno, esperando que con los nuevos refuerzos logren revertir la situación. Pero la realidad es que el problema de San Carlos va más allá de la falta de jugadores. Hay una crisis de identidad, una falta de compromiso y ganas de luchar en la cancha. Si el 'Paté-System' no funciona pronto, la directiva estará pensando en otras opciones, y el Carlos Ugalde volverá a sonar a despedidas y cambios sorpresivos. Enero será determinante para saber si San Carlos puede recuperar su grandeza o si seguirá siendo el blanco fácil de todos los equipos.
Este cambio radical de personal deja más preguntas que respuestas. ¿Será suficiente con renovar la planilla para solucionar los problemas internos del equipo? ¿Podrá Centeno sacar adelante a un grupo de jugadores desconocidos y motivarlos a darlo todo en la cancha? ¿Volveremos a ver a San Carlos luchando por los primeros lugares o este es el preludio de una larga temporada de sufrimiento para la afición norteña? ¿Ustedes creen que esta apuesta audaz de la directiva dará frutos o simplemente estarán postergando lo inevitable? Déjenme leer sus opiniones en los comentarios.