¡Ay, Dios mío! La cosa está dura en Coto Brus, imagínate. Según datos duros del AyA, este cantón ha sido sacudido por unos 732 cortes de agua entre enero y septiembre de 2025. Eso significa, pa' que te hagas una idea, unas 80 interrupciones al mes. ¡Una torta!, ¿verdad?
Los vecinos ya están hartitos, claro que sí. Denuncian que estos cortes no sólo les complican la vida diaria –lavarle los trastes se convierte en una aventura– sino que también afecta gravemente la salud y los negocios en la zona. Ni hablar de los restaurantes, churrerías ni clínicas que dependen del chorrito para funcionar.
Todo esto salió a la luz gracias a Carlos Alberto Solís Marín, un doctor de San Vito que, haciendo uso de su derecho a la información pública (¡eso sí es!), le pidió al AyA los números exactos. Él quería saber qué onda con tanta suspensión, y vaya que obtuvo la información: un documento de 124 páginas detallando cada corte, cada pausa, cada momento de sequía.
Según el informe, las fallas son principalmente por cierres operacionales debido a la demanda que va como bala y por rupturas de tuberías. Imagínate, algunas averiadas están ahí echándole humo, esperando a que alguien las arregle. Pero vamos, eso pasa en muchos lados, ¿no?
Pero hay casos más críticos, como el de Nuria Picado, una señora de allá que nos cuenta cómo tiene que cargar pichingas llenas de lodo desde una naciente porque en su casa no hay ni gota. “Uno llega hecho polvo, lleno de barro, más sucio de lo que trae de agua”, dice ella. ¡Qué sal!”, ¿no?
Ahora bien, el Sindicato de Trabajadores de Acueductos y Alcantarillados (Sitraa) tira la bola a una falta de infraestructura. Dicen que el cantón necesita una buena renovadita, una modernización urgente. Porque resulta que Coto Brus es el cantón número 8 de Puntarenas, con cuatro distritos atendidos por el AyA y otros dos por Asadas… Un lío, diay.
Y lo que es peor, parece que el AyA no está cumpliendo con un fallo de la Sala Constitucional. Resulta que desde 2023 le pidieron que pusiera en marcha un proyecto para mejorar el acueducto, pero, según el ex diputado Wagner Jiménez Zúñiga, hasta ahora no se ha visto ni rastro de acción. La Corte tuvo que insistir: ¡cumplan con la sentencia!
Bueno, pues, aquí estamos, con este panorama agridulce. El AyA aún no ha dado respuesta a nuestras preguntas, aunque esperamos que lo hagan pronto. Ahora me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería invertir más en infraestructura de agua en zonas rurales como Coto Brus, o considera que la responsabilidad recae más en la administración del AyA?
Los vecinos ya están hartitos, claro que sí. Denuncian que estos cortes no sólo les complican la vida diaria –lavarle los trastes se convierte en una aventura– sino que también afecta gravemente la salud y los negocios en la zona. Ni hablar de los restaurantes, churrerías ni clínicas que dependen del chorrito para funcionar.
Todo esto salió a la luz gracias a Carlos Alberto Solís Marín, un doctor de San Vito que, haciendo uso de su derecho a la información pública (¡eso sí es!), le pidió al AyA los números exactos. Él quería saber qué onda con tanta suspensión, y vaya que obtuvo la información: un documento de 124 páginas detallando cada corte, cada pausa, cada momento de sequía.
Según el informe, las fallas son principalmente por cierres operacionales debido a la demanda que va como bala y por rupturas de tuberías. Imagínate, algunas averiadas están ahí echándole humo, esperando a que alguien las arregle. Pero vamos, eso pasa en muchos lados, ¿no?
Pero hay casos más críticos, como el de Nuria Picado, una señora de allá que nos cuenta cómo tiene que cargar pichingas llenas de lodo desde una naciente porque en su casa no hay ni gota. “Uno llega hecho polvo, lleno de barro, más sucio de lo que trae de agua”, dice ella. ¡Qué sal!”, ¿no?
Ahora bien, el Sindicato de Trabajadores de Acueductos y Alcantarillados (Sitraa) tira la bola a una falta de infraestructura. Dicen que el cantón necesita una buena renovadita, una modernización urgente. Porque resulta que Coto Brus es el cantón número 8 de Puntarenas, con cuatro distritos atendidos por el AyA y otros dos por Asadas… Un lío, diay.
Y lo que es peor, parece que el AyA no está cumpliendo con un fallo de la Sala Constitucional. Resulta que desde 2023 le pidieron que pusiera en marcha un proyecto para mejorar el acueducto, pero, según el ex diputado Wagner Jiménez Zúñiga, hasta ahora no se ha visto ni rastro de acción. La Corte tuvo que insistir: ¡cumplan con la sentencia!
Bueno, pues, aquí estamos, con este panorama agridulce. El AyA aún no ha dado respuesta a nuestras preguntas, aunque esperamos que lo hagan pronto. Ahora me pregunto, ¿cree usted que el gobierno debería invertir más en infraestructura de agua en zonas rurales como Coto Brus, o considera que la responsabilidad recae más en la administración del AyA?
