¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez, hablando de plata y cómo los jóvenes de este país andamos más perdidos que gallo en tormenta. Resulta que la mayoría de nosotros, los que estamos tratando de salir adelante, estamos hasta las chanclas de deudas, y encima, parece que nadie nos enseñó cómo manejar el mango, ni en casa, ni en la escuela. Qué vara, ¿verdad?
Según Coopenae, ¡miren esto!, casi la mitad de los jóvenes, alrededor del 58%, le mete menos del 10% de sus quincenas al ahorro. Menos del 10%! Eso sí que es irse al traste, parcero. Antes, los ticos éramos famosos por guardar platitas, por tener nuestra cerillita debajo de la almohada. Ahora, nomás queremos el celular nuevo, el viaje a Cancún, y la consola gamer más reciente, aunque tengamos que endeudarnos hasta el cuello.
Y no es para menos, ¿eh? Porque mira a nuestro alrededor: anuncios de créditos “sin intereses”, tarjetas de débito que te hacen sentir rico, tiendas departamentales ofreciéndote cuotas que parecen regalo del cielo… ¡Pero no lo son, mael! Son trampas disfrazadas de oportunidad, la versión moderna del polaco. Nos venden la moto, y nosotros nos dejamos engañar, pensando que así vamos a vivir como reyes.
Lo peor de todo es que muchos no tienen ni idea de lo que están haciendo. Una encuesta revela que el 50% de los jóvenes tiene un conocimiento básico sobre finanzas, y solo el 9% se siente avanzado en el tema. ¡Qué lata! Imagínate, gente firmando contratos sin leer la letra pequeña, acumulando tarjetas de crédito sin saber qué significa la tasa de interés… Es un círculo vicioso, parcero, que te atrapa y te ahoga.
Y claro, el resultado es estresante. El sobreendeudamiento genera ansiedad, problemas familiares, e incluso afecta nuestra salud mental. Además, limita nuestras oportunidades de crecimiento personal y profesional. ¿Cómo vas a invertir en tu futuro si estás gastándote todo en tonterías? ¿Cómo vas a emprender tu propio negocio si estás pagando altas tasas de interés por un crédito que te salió caro?
Pero ojo, no todo está perdido. Ahorrar no es solamente juntar billetes en una alcancía. Es crear un colchón de seguridad para enfrentar imprevistos, es darte la libertad de elegir, es invertir en ti mismo. Con un buen fondo de ahorro puedes pagar una emergencia médica, comprar una casa propia, o incluso jubilarte anticipadamente. Además, ahorrar te enseña a ser disciplinado, a tomar mejores decisiones, y a valorar lo que tienes.
Y lo más importante: ahorrar es posible para todos, sin importar cuánto ganes. Se trata de pequeños cambios en nuestros hábitos diarios: evitar gastos innecesarios, comparar precios antes de comprar, buscar alternativas más económicas… Todo suma, parcero. Lo importante es empezar, aunque sea con poquito. Así, poco a poco, iremos construyendo nuestra estabilidad financiera y nos prepararemos para afrontar cualquier brete que se nos presente. Costa Rica necesita retomar esa costumbre ancestral de cuidar la lana.
Entonces, dime, ¿crees que los colegios deberían obligatoriamente impartir clases de educación financiera? ¿O será responsabilidad exclusiva de los padres enseñarles a sus hijos a administrar bien el dinero? ¡Déjanos tu opinión en el foro y contanos qué medidas piensas que se pueden tomar para rescatar a la juventud tica del abismo del endeudamiento!
Según Coopenae, ¡miren esto!, casi la mitad de los jóvenes, alrededor del 58%, le mete menos del 10% de sus quincenas al ahorro. Menos del 10%! Eso sí que es irse al traste, parcero. Antes, los ticos éramos famosos por guardar platitas, por tener nuestra cerillita debajo de la almohada. Ahora, nomás queremos el celular nuevo, el viaje a Cancún, y la consola gamer más reciente, aunque tengamos que endeudarnos hasta el cuello.
Y no es para menos, ¿eh? Porque mira a nuestro alrededor: anuncios de créditos “sin intereses”, tarjetas de débito que te hacen sentir rico, tiendas departamentales ofreciéndote cuotas que parecen regalo del cielo… ¡Pero no lo son, mael! Son trampas disfrazadas de oportunidad, la versión moderna del polaco. Nos venden la moto, y nosotros nos dejamos engañar, pensando que así vamos a vivir como reyes.
Lo peor de todo es que muchos no tienen ni idea de lo que están haciendo. Una encuesta revela que el 50% de los jóvenes tiene un conocimiento básico sobre finanzas, y solo el 9% se siente avanzado en el tema. ¡Qué lata! Imagínate, gente firmando contratos sin leer la letra pequeña, acumulando tarjetas de crédito sin saber qué significa la tasa de interés… Es un círculo vicioso, parcero, que te atrapa y te ahoga.
Y claro, el resultado es estresante. El sobreendeudamiento genera ansiedad, problemas familiares, e incluso afecta nuestra salud mental. Además, limita nuestras oportunidades de crecimiento personal y profesional. ¿Cómo vas a invertir en tu futuro si estás gastándote todo en tonterías? ¿Cómo vas a emprender tu propio negocio si estás pagando altas tasas de interés por un crédito que te salió caro?
Pero ojo, no todo está perdido. Ahorrar no es solamente juntar billetes en una alcancía. Es crear un colchón de seguridad para enfrentar imprevistos, es darte la libertad de elegir, es invertir en ti mismo. Con un buen fondo de ahorro puedes pagar una emergencia médica, comprar una casa propia, o incluso jubilarte anticipadamente. Además, ahorrar te enseña a ser disciplinado, a tomar mejores decisiones, y a valorar lo que tienes.
Y lo más importante: ahorrar es posible para todos, sin importar cuánto ganes. Se trata de pequeños cambios en nuestros hábitos diarios: evitar gastos innecesarios, comparar precios antes de comprar, buscar alternativas más económicas… Todo suma, parcero. Lo importante es empezar, aunque sea con poquito. Así, poco a poco, iremos construyendo nuestra estabilidad financiera y nos prepararemos para afrontar cualquier brete que se nos presente. Costa Rica necesita retomar esa costumbre ancestral de cuidar la lana.
Entonces, dime, ¿crees que los colegios deberían obligatoriamente impartir clases de educación financiera? ¿O será responsabilidad exclusiva de los padres enseñarles a sus hijos a administrar bien el dinero? ¡Déjanos tu opinión en el foro y contanos qué medidas piensas que se pueden tomar para rescatar a la juventud tica del abismo del endeudamiento!
