¡Ay, Dios mío! La gota finalmente reventó este fin de semana, y Costa Rica entera está pagando las consecuencias. Lluvias torrenciales nos dejaron con inundaciones, deslizamientos que parecen sacados de película y un tráfico que da pa’llá. Parece que el clima decidió echarnos una bronca bien grande, y la verdad, nos cogió un poco desprevenidos. Con el panorama así, toca remanglarse y ayudar a quien lo necesita, porque esto no se soluciona con varitas mágicas.
Según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), estamos hablando de unas 840 emergencias en dos días. Eso es más que un chayote loco, mae. Y ni hablar de las 453 personas que todavía están refugiadas en albergues. Imagínate perder tu casa así, sin previo aviso. ¡Qué torta! Pero bueno, al menos tenemos instituciones moviéndose y tratando de ponerle orden al desmadre.
El MOPT tampoco se quedó atrás, advirtiendo que varias rutas nacionales están completamente cerradas o con restricciones. La Ruta 1, ahí por Cambronero, está totalmente bloqueada por un deslizamiento enorme. Dicen que van a poner puentes modulares pa' facilitar el tránsito, pero eso lleva su tiempo. Además, la Ruta 606 hacia Monteverde anda hecha puré, y la Interamericana Sur también está complicada por caída de árboles y piedras. ¡Un brete total!
Alejandro Picado, el presidente de la CNE, rescató el trabajo conjunto entre las instituciones. “Rescato el trabajo interinstitucional…”, dice él. Suena lindo, claro, pero a nosotros lo que nos importa es que la gente reciba ayuda rápida y eficiente. Ya sabemos cómo son algunas cosas por acá; a veces tardan una eternidad en moverse, y la paciencia se agota rápido. Ojalá esta vez sí hagan las cosas bien, porque la situación es seria.
En los albergues, dicen que tienen colchonetas, comida y seguridad. Eso es bueno, pero saber que estás viviendo en una escuela o un salón comunal no debe ser fácil. Espero que les brinden apoyo psicológico también, porque esto debe ser traumático para muchas familias. Hay 336 personas en la Escuela Riojalandia, otras 103 en la Escuela Augusto Colombari, y 14 en el salón comunal de Paraíso. ¡Imagínate el ruido y la convivencia! Pero bueno, en estos momentos, lo importante es tener un techo y algo para comer.
Lo preocupante es que esto parece ser la norma ahora. La CNE informa que ya vamos por más de 3,500 eventos relacionados con lluvias este año. ¡Eso es una barbaridad! Y lo peor es que la Zona de Convergencia Intertropical no piensa ceder pronto. Significa que podríamos seguir viendo este tipo de situaciones con frecuencia. Tenemos que empezar a pensar en soluciones a largo plazo, como mejorar la infraestructura, hacer planes de prevención más efectivos y educar a la población sobre cómo actuar ante estas emergencias.
La mayoría de las emergencias se están concentrando en el Pacífico, sobre todo en Puntarenas, San José, Guanacaste y Alajuela. Ahí se ven los peores estragos, con deslizamientos que sepultan casas y ríos que se salen de cauce. Las cuadrillas del MOPT andan trabajando a toda máquina para limpiar las vías y estabilizar los terrenos, pero el agua sigue cayendo y las cosas se complican aún más. Juan Carlos Calderón del MOPT pide precaución en varias rutas, especialmente durante las tardes, cuando la lluvia aumenta. ¡Y razón tiene, mae!
Con todo este panorama, no podemos evitar preguntarnos: ¿Hasta cuándo tendremos que vivir con miedo a que se inunde nuestra casa o se caiga un árbol encima de nuestro carro? ¿Será posible construir un país más resiliente frente a estos fenómenos climáticos, o estaremos condenados a sufrir las consecuencias de la naturaleza cada vez que llueve un poquito más fuerte? ¿Qué medidas creen que deberíamos tomar urgentemente para protegernos y prepararnos para futuras emergencias?
Según la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), estamos hablando de unas 840 emergencias en dos días. Eso es más que un chayote loco, mae. Y ni hablar de las 453 personas que todavía están refugiadas en albergues. Imagínate perder tu casa así, sin previo aviso. ¡Qué torta! Pero bueno, al menos tenemos instituciones moviéndose y tratando de ponerle orden al desmadre.
El MOPT tampoco se quedó atrás, advirtiendo que varias rutas nacionales están completamente cerradas o con restricciones. La Ruta 1, ahí por Cambronero, está totalmente bloqueada por un deslizamiento enorme. Dicen que van a poner puentes modulares pa' facilitar el tránsito, pero eso lleva su tiempo. Además, la Ruta 606 hacia Monteverde anda hecha puré, y la Interamericana Sur también está complicada por caída de árboles y piedras. ¡Un brete total!
Alejandro Picado, el presidente de la CNE, rescató el trabajo conjunto entre las instituciones. “Rescato el trabajo interinstitucional…”, dice él. Suena lindo, claro, pero a nosotros lo que nos importa es que la gente reciba ayuda rápida y eficiente. Ya sabemos cómo son algunas cosas por acá; a veces tardan una eternidad en moverse, y la paciencia se agota rápido. Ojalá esta vez sí hagan las cosas bien, porque la situación es seria.
En los albergues, dicen que tienen colchonetas, comida y seguridad. Eso es bueno, pero saber que estás viviendo en una escuela o un salón comunal no debe ser fácil. Espero que les brinden apoyo psicológico también, porque esto debe ser traumático para muchas familias. Hay 336 personas en la Escuela Riojalandia, otras 103 en la Escuela Augusto Colombari, y 14 en el salón comunal de Paraíso. ¡Imagínate el ruido y la convivencia! Pero bueno, en estos momentos, lo importante es tener un techo y algo para comer.
Lo preocupante es que esto parece ser la norma ahora. La CNE informa que ya vamos por más de 3,500 eventos relacionados con lluvias este año. ¡Eso es una barbaridad! Y lo peor es que la Zona de Convergencia Intertropical no piensa ceder pronto. Significa que podríamos seguir viendo este tipo de situaciones con frecuencia. Tenemos que empezar a pensar en soluciones a largo plazo, como mejorar la infraestructura, hacer planes de prevención más efectivos y educar a la población sobre cómo actuar ante estas emergencias.
La mayoría de las emergencias se están concentrando en el Pacífico, sobre todo en Puntarenas, San José, Guanacaste y Alajuela. Ahí se ven los peores estragos, con deslizamientos que sepultan casas y ríos que se salen de cauce. Las cuadrillas del MOPT andan trabajando a toda máquina para limpiar las vías y estabilizar los terrenos, pero el agua sigue cayendo y las cosas se complican aún más. Juan Carlos Calderón del MOPT pide precaución en varias rutas, especialmente durante las tardes, cuando la lluvia aumenta. ¡Y razón tiene, mae!
Con todo este panorama, no podemos evitar preguntarnos: ¿Hasta cuándo tendremos que vivir con miedo a que se inunde nuestra casa o se caiga un árbol encima de nuestro carro? ¿Será posible construir un país más resiliente frente a estos fenómenos climáticos, o estaremos condenados a sufrir las consecuencias de la naturaleza cada vez que llueve un poquito más fuerte? ¿Qué medidas creen que deberíamos tomar urgentemente para protegernos y prepararnos para futuras emergencias?