¡Buenas, raza del Foro! Resulta que el dólar dio una pequeña pausa este viernes, cerrando en ¢499,09 en Monex. Un respiro, vamos, después de que andaba jugando duro con los 500. Se movieron unos 15 millones verdes en 217 operaciones, así que la cosa anduvo animada, aunque con calma aparente.
Ya saben, últimamente el tipo de cambio se había pegado bastante cerca de la barrera psicológica de los 500 colones, brincando entre ¢501, ¢504 e incluso llegando a tocar los ¢506. Este bajoncito es como decir 'chúpame mango', pero no hay que hacerse ilusiones de que esto va a durar eternamente. La economía mundial sigue dando vueltas y aquí nos afecta.
Desde el BCCR, los mandamases dicen que estamos en una etapa de estabilidad cambiaria, y que la gran cantidad de dólares que hay en circulación no se reduce, pero tampoco se dispara. Alonso Alfaro, el economista jefe, nos soltó que todo esto depende de la ley de la oferta y la demanda. Claro, qué novedoso, diay... Como si no lo supiéramos todos.
Pero ahí está el Estado de la Nación, esos tipos que siempre tienen datos interesantes… y a veces alarmantes. En su informe anual, advierten que esta apreciación del colón que hemos visto desde mitad del 2022, sí, la misma que nos hace sentir contentos porque las cosas importadas salen más baratas, a la larga le pega al sector exportador. ¡Y eso sí que es importante, raza!
Miren, por ejemplo, con el colón fuerte, las importaciones abaratan los precios, lo cual ayuda a bajar la inflación. Eso suena bien, ¿verdad? Pero si nuestros productos se hacen más caros en otros países, cómo demonios vamos a competir con los chinos, los colombianos o los mexicanos, que tienen sus monedas más débiles? ¡Se nos complica el brete!
El informe del Estado de la Nación dice textualmente que esta situación podría erosionar las ventajas competitivas del sector externo, que, recordemos, ha sido el motor principal de nuestro crecimiento económico. Es como plantar un árbol y luego dejarlo secar por falta de agua. ¡No mándenme!, chavos.
Ahora, ustedes sabrán, pero yo creo que esto del tipo de cambio es como jugar a la ruleta rusa. Un día te sientes tranquilo, al siguiente te llevas una sorpresa desagradable. Tenemos que estar pendientes, analizar la situación con cabeza fría y esperar que los políticos hagan bien su trabajo – si es que tienen idea de lo que están haciendo, diay. Que no se jalen una torta, que ya estamos cansados de los despiches.
Entonces, díganme, raza: ¿creen realmente que podemos mantener esta estabilidad cambiaria a largo plazo, o nos espera otro golpe al bolsillo? ¿Deberíamos preocuparnos más por el impacto en las exportaciones o enfocarnos en aprovechar los beneficios de la inflación controlada? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan!
Ya saben, últimamente el tipo de cambio se había pegado bastante cerca de la barrera psicológica de los 500 colones, brincando entre ¢501, ¢504 e incluso llegando a tocar los ¢506. Este bajoncito es como decir 'chúpame mango', pero no hay que hacerse ilusiones de que esto va a durar eternamente. La economía mundial sigue dando vueltas y aquí nos afecta.
Desde el BCCR, los mandamases dicen que estamos en una etapa de estabilidad cambiaria, y que la gran cantidad de dólares que hay en circulación no se reduce, pero tampoco se dispara. Alonso Alfaro, el economista jefe, nos soltó que todo esto depende de la ley de la oferta y la demanda. Claro, qué novedoso, diay... Como si no lo supiéramos todos.
Pero ahí está el Estado de la Nación, esos tipos que siempre tienen datos interesantes… y a veces alarmantes. En su informe anual, advierten que esta apreciación del colón que hemos visto desde mitad del 2022, sí, la misma que nos hace sentir contentos porque las cosas importadas salen más baratas, a la larga le pega al sector exportador. ¡Y eso sí que es importante, raza!
Miren, por ejemplo, con el colón fuerte, las importaciones abaratan los precios, lo cual ayuda a bajar la inflación. Eso suena bien, ¿verdad? Pero si nuestros productos se hacen más caros en otros países, cómo demonios vamos a competir con los chinos, los colombianos o los mexicanos, que tienen sus monedas más débiles? ¡Se nos complica el brete!
El informe del Estado de la Nación dice textualmente que esta situación podría erosionar las ventajas competitivas del sector externo, que, recordemos, ha sido el motor principal de nuestro crecimiento económico. Es como plantar un árbol y luego dejarlo secar por falta de agua. ¡No mándenme!, chavos.
Ahora, ustedes sabrán, pero yo creo que esto del tipo de cambio es como jugar a la ruleta rusa. Un día te sientes tranquilo, al siguiente te llevas una sorpresa desagradable. Tenemos que estar pendientes, analizar la situación con cabeza fría y esperar que los políticos hagan bien su trabajo – si es que tienen idea de lo que están haciendo, diay. Que no se jalen una torta, que ya estamos cansados de los despiches.
Entonces, díganme, raza: ¿creen realmente que podemos mantener esta estabilidad cambiaria a largo plazo, o nos espera otro golpe al bolsillo? ¿Deberíamos preocuparnos más por el impacto en las exportaciones o enfocarnos en aprovechar los beneficios de la inflación controlada? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan!