¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad, maes? Después de tanto tiempo, nos toca lidiar con la fiebre amarilla pisando suelo tico. Una turista gringa, de esas que vienen buscando aventura en la selva, resultó portadora del bichito este. Pero tranquilos, parece que la cosa no va a ser un pinazo terrible, según dicen los del Ministerio de Salud.
La muchacha, que llegó directo desde Perú – pa' que sepan, ahí sí tienen bronca con esto –, empezó a sentirse mal justo un día antes de llegar a Costa Rica. Suerte la suya que se echó para atrás, porque si hubiera andado por ahí contagiando... ¡ufff, qué torta! Según cuentan, estuvo recluida en su cuarto, con aire acondicionado y mallas, así que casi no tuvo oportunidad de propagar la cosa. Un alivio, digámoslo así.
Mariela Marín, la ministra de Salud interina, salió a tranquilizarnos diciendo que el riesgo es “muy bajo”. Claro, fácil es decir eso cuando no te estás curtiendo la chincha de atender a los enfermos, ¿eh? Pero bueno, los profesionales aseguran que el hecho de que la turista no haya salido mucho de su habitación, sumado a la ausencia de mosquitos Aedes aegypti en los hoteles donde se hospedo, disminuyen considerablemente las chances de un brote mayor. ¡Eso espero!
Y no solo eso, maes. Pa’ evitar cualquier sorpresa desagradable, los del Ministerio han puesto manos a la obra. Fumigación a diestra y siniestra en los lugares donde estuvo la señora, revisiones exhaustivas de criaderos de zancudos, e incluso piensan echarle cloro al aeropuerto Juan Santamaría. ¡Parece película de ciencia ficción, pero bueno, mejor prevenir que lamentar, dicen!
Ahora bien, hablando en plata, la fiebre amarilla es un asunto serio, ¿sí o no? Es transmitida por mosquitos y puede causar fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares, náuseas… ¡Un brete de sintomatología! En los casos más graves, la cosa se pone fea con ictericia (piel amarilla), sangrados y problemas en el hígado o los riñones. Y ojo, que en el 50% de los casos la gente se va al traste. No es broma, compas.
Lo que me preocupa un poco es que todavía muchos ignorantes andan despreocupados con las vacunas. ¡Porfa, infórmense! Si están pensando en ir a algún país de riesgo como Perú, Bolivia, Ecuador o Venezuela, pónganse la vacuna con tiempo. No sean aguafiestas, protejan su salud y la de los demás. Además, el gobierno ahora anda considerando incluirla en el esquema de vacunación de la Caja para los viajeros, ¡qué bueno!”.
El tema es que, aunque las autoridades estén calmadas y digan que no hay riesgo de brote, siempre queda esa incertidumbre, ¿verdad? Costa Rica ha sido históricamente libre de enfermedades como estas gracias a nuestros esfuerzos preventivos, pero el cambio climático y la globalización nos exponen a nuevos riesgos. Tenemos que estar alertas y mantenernos informados, maes. ¿Ustedes creen que estamos exagerando con las medidas de precaución o deberían redoblar la vigilancia?
En fin, digamos que por ahora podemos respirar tranquilos, pero sin bajar la guardia. ¡Que siga la vida! Espero que esta bronca pase rápido y podamos seguir disfrutando de nuestras playas y montañas sin preocuparnos por los mosquitos. ¿Creen que el turismo nacional debería enfocarse más en destinos libres de mosquitos hasta que esto se calme, o es importante mantener la normalidad en todas partes?
La muchacha, que llegó directo desde Perú – pa' que sepan, ahí sí tienen bronca con esto –, empezó a sentirse mal justo un día antes de llegar a Costa Rica. Suerte la suya que se echó para atrás, porque si hubiera andado por ahí contagiando... ¡ufff, qué torta! Según cuentan, estuvo recluida en su cuarto, con aire acondicionado y mallas, así que casi no tuvo oportunidad de propagar la cosa. Un alivio, digámoslo así.
Mariela Marín, la ministra de Salud interina, salió a tranquilizarnos diciendo que el riesgo es “muy bajo”. Claro, fácil es decir eso cuando no te estás curtiendo la chincha de atender a los enfermos, ¿eh? Pero bueno, los profesionales aseguran que el hecho de que la turista no haya salido mucho de su habitación, sumado a la ausencia de mosquitos Aedes aegypti en los hoteles donde se hospedo, disminuyen considerablemente las chances de un brote mayor. ¡Eso espero!
Y no solo eso, maes. Pa’ evitar cualquier sorpresa desagradable, los del Ministerio han puesto manos a la obra. Fumigación a diestra y siniestra en los lugares donde estuvo la señora, revisiones exhaustivas de criaderos de zancudos, e incluso piensan echarle cloro al aeropuerto Juan Santamaría. ¡Parece película de ciencia ficción, pero bueno, mejor prevenir que lamentar, dicen!
Ahora bien, hablando en plata, la fiebre amarilla es un asunto serio, ¿sí o no? Es transmitida por mosquitos y puede causar fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares, náuseas… ¡Un brete de sintomatología! En los casos más graves, la cosa se pone fea con ictericia (piel amarilla), sangrados y problemas en el hígado o los riñones. Y ojo, que en el 50% de los casos la gente se va al traste. No es broma, compas.
Lo que me preocupa un poco es que todavía muchos ignorantes andan despreocupados con las vacunas. ¡Porfa, infórmense! Si están pensando en ir a algún país de riesgo como Perú, Bolivia, Ecuador o Venezuela, pónganse la vacuna con tiempo. No sean aguafiestas, protejan su salud y la de los demás. Además, el gobierno ahora anda considerando incluirla en el esquema de vacunación de la Caja para los viajeros, ¡qué bueno!”.
El tema es que, aunque las autoridades estén calmadas y digan que no hay riesgo de brote, siempre queda esa incertidumbre, ¿verdad? Costa Rica ha sido históricamente libre de enfermedades como estas gracias a nuestros esfuerzos preventivos, pero el cambio climático y la globalización nos exponen a nuevos riesgos. Tenemos que estar alertas y mantenernos informados, maes. ¿Ustedes creen que estamos exagerando con las medidas de precaución o deberían redoblar la vigilancia?
En fin, digamos que por ahora podemos respirar tranquilos, pero sin bajar la guardia. ¡Que siga la vida! Espero que esta bronca pase rápido y podamos seguir disfrutando de nuestras playas y montañas sin preocuparnos por los mosquitos. ¿Creen que el turismo nacional debería enfocarse más en destinos libres de mosquitos hasta que esto se calme, o es importante mantener la normalidad en todas partes?