¡Ay, mi Dios mío! Resulta que la Caja, con toda su calma, nos soltó la bomba: a partir del año que viene, vamos a tener que rascarle un poquito más al bolsillo para poder pagar las pensiones. Sí, así como lo escucharon, el IVM va a subir, y eso no es precisamente lo que todos queríamos escuchar, ¿verdad, compañeros?
La cosa es así: el aumento será gradual, entrando en vigencia en enero de 2026. Se trata de un 0,16% adicional tanto para los empleados como para los patrones, sumándose a otros incrementos ya aprobados previamente. Según dicen en la CCSS, esto es pa’ asegurar que la caja siga pagando las pensiones en el futuro, porque la población está envejeciendo rapidito y cada vez hay menos gente trabajando pa' sostener a los jubilados. Ya saben cómo va la vaina, mae.
Pero ojo, que esto no salió de la nada. Desde tiempos de los acuerdos de Mesa de Diálogo en el 2005 y el 2017, ya se había hablado de aumentar las cuotas del IVM. Al parecer, los expertos – esos que siempre tienen razón – dijeron que era necesario pa’ evitar un problema gordo en el futuro. Lo que cambiaron es la frecuencia de los aumentos; antes eran cada cinco años, ahora quieren que sean cada tres, pa' ir solucionando el problema poco a poco.
Y hablando de plata, la CCSS estima que este pequeño ajuste les dará unos 85 mil millones de colones extra cada año. Imaginen qué se pueden hacer con esa lana! Claro, la idea es ponerla directamente en el fondo de pensiones para que siga dando fruto y podamos seguir cobrando nuestra juguetona cuando llegue el momento. Porque nadie quiere terminar comiéndose galletas de agua añeja en la edad dorada, ¿verdad?
Ahora, la gran pregunta es si esto realmente servirá para solucionar el problema a largo plazo. Algunos economistas dicen que sí, que es un paso en la dirección correcta, pero otros advierten que necesitamos revisar todo el sistema de pensiones y buscar formas más innovadoras de financiarlo. Porque, sinceramente, con la informalidad laboral que tenemos en el país, la cosa no pinta fácil. Además, con el presidente Chaves metido en sus líos políticos, quién sabe qué cambios traerá el futuro.
Para las empresas, el impacto directo parece ser leve; unos 160 colones por cada 100 mil de salario. Pero claro, cualquier costo adicional se siente, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que ya están batallando pa’ mantenerse a flote. Así que esperemos que el gobierno les brinde algún tipo de apoyo o incentivo para que puedan absorber este nuevo gasto sin tener que despedir gente ni subir los precios.
Desde la CCSS aseguran que este aumento es un esfuerzo compartido entre el Estado, los trabajadores y los empleadores, y que están trabajando duro para informar a todos sobre los cambios. Pero bueno, ya sabemos cómo van esas cosas... a veces la información llega tarde o no llega para todos. Es fundamental que cada quien sepa exactamente cuánto tendrá que aportar y cómo le afectará en el bolsillo. Pa’ que no haya sorpresas desagradables cuando llegue la hora de la verdad.
En fin, compañeros, la pelota está en el tejado de todos nosotros. Este aumento del IVM es un recordatorio de que la sostenibilidad del sistema de pensiones depende de nuestro compromiso colectivo. Ahora me pregunto: ¿Creen que este aumento del 0,16% es suficiente para garantizar un futuro digno a nuestros padres y abuelos, o deberíamos estar buscando soluciones más radicales para el sistema de pensiones?
La cosa es así: el aumento será gradual, entrando en vigencia en enero de 2026. Se trata de un 0,16% adicional tanto para los empleados como para los patrones, sumándose a otros incrementos ya aprobados previamente. Según dicen en la CCSS, esto es pa’ asegurar que la caja siga pagando las pensiones en el futuro, porque la población está envejeciendo rapidito y cada vez hay menos gente trabajando pa' sostener a los jubilados. Ya saben cómo va la vaina, mae.
Pero ojo, que esto no salió de la nada. Desde tiempos de los acuerdos de Mesa de Diálogo en el 2005 y el 2017, ya se había hablado de aumentar las cuotas del IVM. Al parecer, los expertos – esos que siempre tienen razón – dijeron que era necesario pa’ evitar un problema gordo en el futuro. Lo que cambiaron es la frecuencia de los aumentos; antes eran cada cinco años, ahora quieren que sean cada tres, pa' ir solucionando el problema poco a poco.
Y hablando de plata, la CCSS estima que este pequeño ajuste les dará unos 85 mil millones de colones extra cada año. Imaginen qué se pueden hacer con esa lana! Claro, la idea es ponerla directamente en el fondo de pensiones para que siga dando fruto y podamos seguir cobrando nuestra juguetona cuando llegue el momento. Porque nadie quiere terminar comiéndose galletas de agua añeja en la edad dorada, ¿verdad?
Ahora, la gran pregunta es si esto realmente servirá para solucionar el problema a largo plazo. Algunos economistas dicen que sí, que es un paso en la dirección correcta, pero otros advierten que necesitamos revisar todo el sistema de pensiones y buscar formas más innovadoras de financiarlo. Porque, sinceramente, con la informalidad laboral que tenemos en el país, la cosa no pinta fácil. Además, con el presidente Chaves metido en sus líos políticos, quién sabe qué cambios traerá el futuro.
Para las empresas, el impacto directo parece ser leve; unos 160 colones por cada 100 mil de salario. Pero claro, cualquier costo adicional se siente, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que ya están batallando pa’ mantenerse a flote. Así que esperemos que el gobierno les brinde algún tipo de apoyo o incentivo para que puedan absorber este nuevo gasto sin tener que despedir gente ni subir los precios.
Desde la CCSS aseguran que este aumento es un esfuerzo compartido entre el Estado, los trabajadores y los empleadores, y que están trabajando duro para informar a todos sobre los cambios. Pero bueno, ya sabemos cómo van esas cosas... a veces la información llega tarde o no llega para todos. Es fundamental que cada quien sepa exactamente cuánto tendrá que aportar y cómo le afectará en el bolsillo. Pa’ que no haya sorpresas desagradables cuando llegue la hora de la verdad.
En fin, compañeros, la pelota está en el tejado de todos nosotros. Este aumento del IVM es un recordatorio de que la sostenibilidad del sistema de pensiones depende de nuestro compromiso colectivo. Ahora me pregunto: ¿Creen que este aumento del 0,16% es suficiente para garantizar un futuro digno a nuestros padres y abuelos, o deberíamos estar buscando soluciones más radicales para el sistema de pensiones?