¡Ay, Dios mío! Las lluvias nos andan pegando tremendo susto por todos lados. Parece que el cielo se le vino encima y ahora toca lidiar con las consecuencias. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE), bueno, ahí echándole ganas, tuvo que abrir tres albergues pa’ recibir a las familias que perdieron sus casas por las inundaciones que han estado azotando varias zonas del país. Ya saben, qué panorama...
La cosa empezó a complicarse con las lluvias torrenciales de estos últimos días. Lo que comenzó siendo unas gotitas se convirtió en un chaparrón de esos que te dejan boquiabierto. La tierra ya estaba harta, pura agua acumulándose y buscando dónde salir. Por eso mismo, varios ríos se desbordaron y algunas comunidades quedaron incomunicadas y con la casa bajo el agua. Un brete, pa' ponerle pausa.
Ahora resulta que tenemos tres espacios habilitados para ayudar a quienes lo necesitan. Uno en el salón comunal de Sardinal, otro en Filadelfia, ambos allá en Guanacaste, y un tercero en La Palmita, en Zarcero. Según la CNE, hasta ahora hay 31 personitas refugiadas en estos sitios. Imagínate el cambio de vida, dejando todo atrás y agarrando lo justo pa’ sobrevivir…eso sí duele, chunche.
Pero ojo, porque la movida no terminó ahí. En Cirrí Sur, un deslizamiento de tierra tumbó dos casitas, así que seis personas tuvieron que ser trasladadas a La Palmita. Digo, qué pena ajena, que pierdas tu hogar así, de golpe. De verdad, que no hay peor cosa...Es la naturaleza mandándonos un mensaje, seguramente. Tenemos que cuidarla más, porque si no, ¡nos va a tocar la puerta a todos!
Y lo peor de todo, chicos, es que la CNE advierte que el patrón lluvioso va a seguir igual. Dice que debemos estar bien atentos porque el suelo está ya casi reventando y las inundaciones pueden aparecer de la nada. Así que a mantener los ojos abiertos y los botes listos por si acaso. Este clima nos tiene a todos al borde, diay. Parece que vamos a vivir con botas de hule por unos meses.
La situación nos obliga a reflexionar sobre cómo estamos tratando nuestro medio ambiente, ¿no creen? Nos hemos pasado de la raya construyendo donde no debimos y talando árboles sin pensar en las consecuencias. Ahora pagamos el precio. Además, también pone en evidencia la importancia de tener planes de emergencia sólidos y efectivos, que realmente funcionen cuando la chinampa llega con ganas. Que no sean puro papel mojado.
Me da rabia ver cómo algunos alcaldes ni se inmutan ante estas calamidades. Prometen mil soluciones antes de las elecciones, pero luego se olvidan del pueblo. La verdad, ¡qué despiche! Mientras tanto, nosotros acá batallando contra el agua, la lluvia y la incertidumbre. Esperemos que las autoridades hagan lo que tienen que hacer y brinden apoyo a las familias afectadas. Porque esto es serio, y no podemos tomarnos la cosa a jala chilena.
En fin, amigos, una pregunta pa' cachar ustedes: ¿Creen que el gobierno está haciendo suficiente para mitigar los efectos del cambio climático y proteger a las comunidades vulnerables de Costa Rica, o deberíamos exigir mucho más?
La cosa empezó a complicarse con las lluvias torrenciales de estos últimos días. Lo que comenzó siendo unas gotitas se convirtió en un chaparrón de esos que te dejan boquiabierto. La tierra ya estaba harta, pura agua acumulándose y buscando dónde salir. Por eso mismo, varios ríos se desbordaron y algunas comunidades quedaron incomunicadas y con la casa bajo el agua. Un brete, pa' ponerle pausa.
Ahora resulta que tenemos tres espacios habilitados para ayudar a quienes lo necesitan. Uno en el salón comunal de Sardinal, otro en Filadelfia, ambos allá en Guanacaste, y un tercero en La Palmita, en Zarcero. Según la CNE, hasta ahora hay 31 personitas refugiadas en estos sitios. Imagínate el cambio de vida, dejando todo atrás y agarrando lo justo pa’ sobrevivir…eso sí duele, chunche.
Pero ojo, porque la movida no terminó ahí. En Cirrí Sur, un deslizamiento de tierra tumbó dos casitas, así que seis personas tuvieron que ser trasladadas a La Palmita. Digo, qué pena ajena, que pierdas tu hogar así, de golpe. De verdad, que no hay peor cosa...Es la naturaleza mandándonos un mensaje, seguramente. Tenemos que cuidarla más, porque si no, ¡nos va a tocar la puerta a todos!
Y lo peor de todo, chicos, es que la CNE advierte que el patrón lluvioso va a seguir igual. Dice que debemos estar bien atentos porque el suelo está ya casi reventando y las inundaciones pueden aparecer de la nada. Así que a mantener los ojos abiertos y los botes listos por si acaso. Este clima nos tiene a todos al borde, diay. Parece que vamos a vivir con botas de hule por unos meses.
La situación nos obliga a reflexionar sobre cómo estamos tratando nuestro medio ambiente, ¿no creen? Nos hemos pasado de la raya construyendo donde no debimos y talando árboles sin pensar en las consecuencias. Ahora pagamos el precio. Además, también pone en evidencia la importancia de tener planes de emergencia sólidos y efectivos, que realmente funcionen cuando la chinampa llega con ganas. Que no sean puro papel mojado.
Me da rabia ver cómo algunos alcaldes ni se inmutan ante estas calamidades. Prometen mil soluciones antes de las elecciones, pero luego se olvidan del pueblo. La verdad, ¡qué despiche! Mientras tanto, nosotros acá batallando contra el agua, la lluvia y la incertidumbre. Esperemos que las autoridades hagan lo que tienen que hacer y brinden apoyo a las familias afectadas. Porque esto es serio, y no podemos tomarnos la cosa a jala chilena.
En fin, amigos, una pregunta pa' cachar ustedes: ¿Creen que el gobierno está haciendo suficiente para mitigar los efectos del cambio climático y proteger a las comunidades vulnerables de Costa Rica, o deberíamos exigir mucho más?