¡Ay, patético! Aquí en Aguas Zarcas, San Carlos, la cosa se puso turbia, muy turbia. Un joven empresario, don Agustín Alonso Carvajal Benavides, de 34 añitos, apareció sin vida en su propia casa. Dicen que esto no pinta nada bueno, nada bueno.
Según fuentes cercanas, el pobre don Agustín volvió pa'l país hace unos seis meses, dejando atrás unos años laburando en México. Trajo consigo una propiedá heredada, justo ahí en Aguas Zarcas, donde aparentemente se estaba poniendo las cosas en orden. La gente comentaba que andaba bien encaminado, un mae con proyectos y ganas de hacer cosas.
Pero resulta que el sábado pasado, algo salió horrendo mal. Su mamá, preocupada porque no lograba contactarlo, fue a visitarlo y se topó con una escena que te helaría la sangre. Imagínate encontrar a tu hijo así... ¡Qué pesar!
Las autoridades confirmaron que el señor Carvajal presentaba impactos de bala y estaba atado de pies. ¡Atado de pies!, eso ya te dice que esto no fue ningún accidente. Parece que alguien quería enviarle un mensajito claro, muy claro. Aparentemente, intentaron limpiarse las manos robarle cositas también, ¡qué barbaridad!
Y hablando de robos, dicen que se llevaron un carro de lujo, una nave que valía una fortuna. Pero lo que preocupa más a la policía es que hay rumores de movimientos extraños en sus cuentas bancarias. ¡Ahí sí que huele a podrido! Se investiga si alguien anduvo manipulando sus finanzas antes de lo sucedido. Es una vara bien complicada, mae.
Don Agustín era reconocido en la zona por su espíritu emprendedor. Algunos recuerdan que tuvo una empresa de venta de boletos online para conciertos y shows, un brete que le funcionó bastante bien allá afuera. Con ese money, se pudo mantener bien y ahora, lamentablemente, terminó así. Esto nos demuestra que, diay, nadie está libre de la desgracia, ni siquiera aquellos que parecen tenerlo todo controlado.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) anda tras la pista de los responsables, juntando pistas y entrevistando a testigos. Están tratando de darle luz verde a este caso, pero la cosa está complicada. La comunidad entera está conmocionada, porque Aguas Zarcas siempre se consideró un lugar tranquilo, donde estas cosas no pasaban. Ahora, tenemos que aceptar que la delincuencia llegó hasta nuestras puertas.
Esta tragedia nos obliga a preguntarnos, ¿hasta dónde llegará la inseguridad en Costa Rica y qué medidas urgentes debemos tomar para proteger a nuestros ciudadanos? ¿Creen ustedes que la presencia policial en zonas rurales debería reforzarse o hay otras estrategias más efectivas para combatir la delincuencia?
Según fuentes cercanas, el pobre don Agustín volvió pa'l país hace unos seis meses, dejando atrás unos años laburando en México. Trajo consigo una propiedá heredada, justo ahí en Aguas Zarcas, donde aparentemente se estaba poniendo las cosas en orden. La gente comentaba que andaba bien encaminado, un mae con proyectos y ganas de hacer cosas.
Pero resulta que el sábado pasado, algo salió horrendo mal. Su mamá, preocupada porque no lograba contactarlo, fue a visitarlo y se topó con una escena que te helaría la sangre. Imagínate encontrar a tu hijo así... ¡Qué pesar!
Las autoridades confirmaron que el señor Carvajal presentaba impactos de bala y estaba atado de pies. ¡Atado de pies!, eso ya te dice que esto no fue ningún accidente. Parece que alguien quería enviarle un mensajito claro, muy claro. Aparentemente, intentaron limpiarse las manos robarle cositas también, ¡qué barbaridad!
Y hablando de robos, dicen que se llevaron un carro de lujo, una nave que valía una fortuna. Pero lo que preocupa más a la policía es que hay rumores de movimientos extraños en sus cuentas bancarias. ¡Ahí sí que huele a podrido! Se investiga si alguien anduvo manipulando sus finanzas antes de lo sucedido. Es una vara bien complicada, mae.
Don Agustín era reconocido en la zona por su espíritu emprendedor. Algunos recuerdan que tuvo una empresa de venta de boletos online para conciertos y shows, un brete que le funcionó bastante bien allá afuera. Con ese money, se pudo mantener bien y ahora, lamentablemente, terminó así. Esto nos demuestra que, diay, nadie está libre de la desgracia, ni siquiera aquellos que parecen tenerlo todo controlado.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) anda tras la pista de los responsables, juntando pistas y entrevistando a testigos. Están tratando de darle luz verde a este caso, pero la cosa está complicada. La comunidad entera está conmocionada, porque Aguas Zarcas siempre se consideró un lugar tranquilo, donde estas cosas no pasaban. Ahora, tenemos que aceptar que la delincuencia llegó hasta nuestras puertas.
Esta tragedia nos obliga a preguntarnos, ¿hasta dónde llegará la inseguridad en Costa Rica y qué medidas urgentes debemos tomar para proteger a nuestros ciudadanos? ¿Creen ustedes que la presencia policial en zonas rurales debería reforzarse o hay otras estrategias más efectivas para combatir la delincuencia?