¡Pues fíjate tú! José Aguilar, el candidato de Avanza, anda chambeando duro por Guanacaste buscando el cariño del sector agrícola. Se le vio recorriendo fincas, platicando con los productores y escuchando sus broncas – y vaya que tienen de qué quejarse, diay. Parece que quiere demostrarle a toda la nación que sí sabe de agricultura y que no solo vive en la capital.
La gira de Aguilar tuvo como objetivo principal entender las necesidades reales del campo costarricense, y no precisamente las que salen en los informes gubernamentales. El mae andaba recabando información de primera mano, hablando con los trabajadores de la tierra para saber qué les duele y dónde necesitan ayuda. Entre las quejas más repetidas, pues claro, está el precio de los insumos, que parece que siempre van pa’ arriba, la burocracia que te atrapa en papeleos interminables y la dificultad pa’ conseguir créditos dignos, sobre todo si eres un pequeño productor.
Aguilar ha prometido, y eso entre comillas porque ya sabemos cómo andamos con las promesas políticas, que si llega al poder va a luchar por unas “reglas justas” en el juego comercial internacional. Quiere evitar que los agricultores nacionales tengan que competir contra productos importados que llegan subsidiados desde otros países. Imagínate, tener que batallar contra alguien que recibe ayudas mientras tú tienes que sudar la gota gorda pa’ mantener tu negocio a flote… ¡Qué torta!
Pero no se queda solo en la retórica, dice que tiene un plan de ataque en tres frentes. Primero, quiere impulsar créditos especiales, hechos y derechos, para los productores rurales, adaptados a sus ciclos de cultivo. Segundo, propone una reforma administrativa radical pa’ quitarle trabas y permisos innecesarios a los negocios del campo. Y tercero, quiere darle un buen empujón al turismo rural, aprovechando la belleza natural y la cultura campesina que tenemos por todos lados. ¡A ver si esto sale chiva, mae!
Ahora bien, el turismo rural es una vara importante, porque puede complementar los ingresos de muchas familias que dependen de la agricultura y la ganadería. Imagínate, en lugar de depender únicamente de la venta de café o de leche, pueden recibir turistas en sus fincas, ofrecerles alojamiento, comida típica, tours guiados... ¡Un changüí de oportunidades!
Durante su visita a proyectos de búfalos que ya exportan sus productos, Aguilar quedó impresionado con el potencial que tiene nuestra producción nacional, pero también resaltó la necesidad de apoyar a los pequeños productores que aún luchan por salir adelante. También anduvo por Guaitil, viendo el arte marmoleado y la artesanía local, y por Palo Verde, apreciando la riqueza de nuestro ecosistema. En resumen, el mae se esforzó por mostrar interés genuino por todas las facetas del campo costarricense.
Algunos analistas políticos señalan que este acercamiento de Aguilar al sector rural podría ser una jugada maestra pa’ captar el voto de un electorado que se siente olvidado por las élites urbanas. Después de años de gobiernos que parecen enfocados solamente en la Gran Área Metropolitana, muchos campesinos sienten que sus necesidades son invisibles. Ahí radica la oportunidad de Aguilar: presentarse como el candidato que realmente entiende el problema y está dispuesto a defender los intereses del campo.
En fin, la campaña está que arde, y Aguilar está tratando de meterse en la cabeza de los votantes rurales con estas propuestas. Pero la gran pregunta es: ¿Será capaz de convertir estas promesas en acciones concretas si llega al poder? ¿Logrará realmente cambiar las reglas del juego para nuestros productores, o se quedará en palabras bonitas? ¿Creen que el apoyo al turismo rural es suficiente para revitalizar la economía del campo, o se necesita un enfoque más integral?
La gira de Aguilar tuvo como objetivo principal entender las necesidades reales del campo costarricense, y no precisamente las que salen en los informes gubernamentales. El mae andaba recabando información de primera mano, hablando con los trabajadores de la tierra para saber qué les duele y dónde necesitan ayuda. Entre las quejas más repetidas, pues claro, está el precio de los insumos, que parece que siempre van pa’ arriba, la burocracia que te atrapa en papeleos interminables y la dificultad pa’ conseguir créditos dignos, sobre todo si eres un pequeño productor.
Aguilar ha prometido, y eso entre comillas porque ya sabemos cómo andamos con las promesas políticas, que si llega al poder va a luchar por unas “reglas justas” en el juego comercial internacional. Quiere evitar que los agricultores nacionales tengan que competir contra productos importados que llegan subsidiados desde otros países. Imagínate, tener que batallar contra alguien que recibe ayudas mientras tú tienes que sudar la gota gorda pa’ mantener tu negocio a flote… ¡Qué torta!
Pero no se queda solo en la retórica, dice que tiene un plan de ataque en tres frentes. Primero, quiere impulsar créditos especiales, hechos y derechos, para los productores rurales, adaptados a sus ciclos de cultivo. Segundo, propone una reforma administrativa radical pa’ quitarle trabas y permisos innecesarios a los negocios del campo. Y tercero, quiere darle un buen empujón al turismo rural, aprovechando la belleza natural y la cultura campesina que tenemos por todos lados. ¡A ver si esto sale chiva, mae!
Ahora bien, el turismo rural es una vara importante, porque puede complementar los ingresos de muchas familias que dependen de la agricultura y la ganadería. Imagínate, en lugar de depender únicamente de la venta de café o de leche, pueden recibir turistas en sus fincas, ofrecerles alojamiento, comida típica, tours guiados... ¡Un changüí de oportunidades!
Durante su visita a proyectos de búfalos que ya exportan sus productos, Aguilar quedó impresionado con el potencial que tiene nuestra producción nacional, pero también resaltó la necesidad de apoyar a los pequeños productores que aún luchan por salir adelante. También anduvo por Guaitil, viendo el arte marmoleado y la artesanía local, y por Palo Verde, apreciando la riqueza de nuestro ecosistema. En resumen, el mae se esforzó por mostrar interés genuino por todas las facetas del campo costarricense.
Algunos analistas políticos señalan que este acercamiento de Aguilar al sector rural podría ser una jugada maestra pa’ captar el voto de un electorado que se siente olvidado por las élites urbanas. Después de años de gobiernos que parecen enfocados solamente en la Gran Área Metropolitana, muchos campesinos sienten que sus necesidades son invisibles. Ahí radica la oportunidad de Aguilar: presentarse como el candidato que realmente entiende el problema y está dispuesto a defender los intereses del campo.
En fin, la campaña está que arde, y Aguilar está tratando de meterse en la cabeza de los votantes rurales con estas propuestas. Pero la gran pregunta es: ¿Será capaz de convertir estas promesas en acciones concretas si llega al poder? ¿Logrará realmente cambiar las reglas del juego para nuestros productores, o se quedará en palabras bonitas? ¿Creen que el apoyo al turismo rural es suficiente para revitalizar la economía del campo, o se necesita un enfoque más integral?