¡Ay, bendito Dios! Por fin se respirá’ tranquilo en el país. Después de un diluvio de dimes y diretes, la Asamblea Legislativa le dio luz verde al tercer presupuesto extraordinario, garantizando así el pago de los aguinaldos para nuestros maestros y demás personal del Ministerio de Educación Pública. Parecía que íbamos a irnos al traste con este tema, pero gracias a Dios los diputados lograron ponerse de acuerdo, aunque no sin antes echarle unos palazos al gobierno por la falta de planificación.
Como bien saben, la semana pasada tuvimos que posponer la votación porque no alcanzaba el quorum. ¡Qué despiche! Se veía venir que iba a ser complicado, con tanta corriente política dando vueltas, pero al final la necesidad de asegurar que los educadores reciban sus bonificaciones a tiempo pudo más. La verdad, si esto se hubiese ido al gareón, el ambiente en las escuelas hubiera sido terrible y nadie quiere eso, ¿verdad?
Después de una hora de debate, donde algunos diputados no perdieron la oportunidad de recordar al gobierno que necesita afinar su manejo de los recursos públicos – y con razón, vaya – se realizó la votación final. Unanimidad pura, ¡pura vida! Cuarenta y uno de los diputados presentes dieron el visto bueno al proyecto, demostrando que a veces sí pueden poner el interés nacional por encima de cualquier diferencia partidista. Eso sí da esperanzas, mae.
Ahora, ¿de dónde salió toda esta plata?, se preguntarán. Pues resulta que se movieron más de cien mil millones de colones provenientes de diferentes partidas presupuestarias. No es un changuito, ¡es una suma considerable! Esto nos demuestra que, con un poco de creatividad y voluntad política, se puede encontrar la forma de priorizar lo importante. Más allá de los números fríos, esto significa tranquilidad para miles de familias que dependen de esos aguinaldos.
Pero la cosa no termina ahí, parce. Además de los aguinaldos de los maestros, este presupuesto también cubre deudas acumuladas con la Junta de Pensiones del Magisterio (Jupema). Esto es importantísimo, porque Jupema es vital para garantizar el futuro de nuestros jubilados del MEP. También se destina una partida para mejorar la calidad de los alimentos en los comedores escolares, asegurando que nuestros niños tengan acceso a una alimentación nutritiva y adecuada. Un brete tener que lidiar con tantas necesidades, pero se hace lo que se puede.
Y hay más, mi gente. Se le dará un empujón al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para fortalecer los programas del Fondo de Asignaciones Familiares (Fodesaf), ayudando a las familias más vulnerables del país. También se invierte en infraestructura y equipamiento para el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), porque necesitamos que la justicia funcione eficientemente y pueda combatir el crimen con todas las herramientas necesarias. Parece que los diputados realmente le pusieron ganas a repartir la vara.
De esos once mil quinientos veintidós millones de colones que quedaron libres por plazas vacantes, la mitad se va directo al Ministerio de Seguridad Pública y la otra mitad al OIJ. Una distribución lógica, considerando las necesidades apremiantes que ambos tienen. Es importante destacar que este proyecto había sido dictaminado ya el quince de octubre en la Comisión de Asuntos Hacendarios, y se le incorporó una enmienda propuesta por el diputado del Frente Amplio, Jonathan Acuña. Esa enmienda, ¡qué chiva!, asigna dos mil setecientos millones de colones para ayudar a las personas que reciben el subsidio para pacientes terminales, niños gravemente enfermos y para otorgar licencias extraordinarias. Hay alrededor de seiscientas personas afectadas por esta carencia, así que esta ayuda llega en el momento justo.
En fin, parece que finalmente hemos evitado una catástrofe educativa. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que esta aprobación representa un cambio genuino en la gestión financiera del país, o simplemente estamos parcheando problemas a corto plazo? ¿Será posible que el próximo año no tengamos que estar batallando de nuevo por los aguinaldos, o estamos condenados a repetir este ciclo de incertidumbre? Compartan sus opiniones en el foro; ¡esta vara merece ser debatida!
Como bien saben, la semana pasada tuvimos que posponer la votación porque no alcanzaba el quorum. ¡Qué despiche! Se veía venir que iba a ser complicado, con tanta corriente política dando vueltas, pero al final la necesidad de asegurar que los educadores reciban sus bonificaciones a tiempo pudo más. La verdad, si esto se hubiese ido al gareón, el ambiente en las escuelas hubiera sido terrible y nadie quiere eso, ¿verdad?
Después de una hora de debate, donde algunos diputados no perdieron la oportunidad de recordar al gobierno que necesita afinar su manejo de los recursos públicos – y con razón, vaya – se realizó la votación final. Unanimidad pura, ¡pura vida! Cuarenta y uno de los diputados presentes dieron el visto bueno al proyecto, demostrando que a veces sí pueden poner el interés nacional por encima de cualquier diferencia partidista. Eso sí da esperanzas, mae.
Ahora, ¿de dónde salió toda esta plata?, se preguntarán. Pues resulta que se movieron más de cien mil millones de colones provenientes de diferentes partidas presupuestarias. No es un changuito, ¡es una suma considerable! Esto nos demuestra que, con un poco de creatividad y voluntad política, se puede encontrar la forma de priorizar lo importante. Más allá de los números fríos, esto significa tranquilidad para miles de familias que dependen de esos aguinaldos.
Pero la cosa no termina ahí, parce. Además de los aguinaldos de los maestros, este presupuesto también cubre deudas acumuladas con la Junta de Pensiones del Magisterio (Jupema). Esto es importantísimo, porque Jupema es vital para garantizar el futuro de nuestros jubilados del MEP. También se destina una partida para mejorar la calidad de los alimentos en los comedores escolares, asegurando que nuestros niños tengan acceso a una alimentación nutritiva y adecuada. Un brete tener que lidiar con tantas necesidades, pero se hace lo que se puede.
Y hay más, mi gente. Se le dará un empujón al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para fortalecer los programas del Fondo de Asignaciones Familiares (Fodesaf), ayudando a las familias más vulnerables del país. También se invierte en infraestructura y equipamiento para el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), porque necesitamos que la justicia funcione eficientemente y pueda combatir el crimen con todas las herramientas necesarias. Parece que los diputados realmente le pusieron ganas a repartir la vara.
De esos once mil quinientos veintidós millones de colones que quedaron libres por plazas vacantes, la mitad se va directo al Ministerio de Seguridad Pública y la otra mitad al OIJ. Una distribución lógica, considerando las necesidades apremiantes que ambos tienen. Es importante destacar que este proyecto había sido dictaminado ya el quince de octubre en la Comisión de Asuntos Hacendarios, y se le incorporó una enmienda propuesta por el diputado del Frente Amplio, Jonathan Acuña. Esa enmienda, ¡qué chiva!, asigna dos mil setecientos millones de colones para ayudar a las personas que reciben el subsidio para pacientes terminales, niños gravemente enfermos y para otorgar licencias extraordinarias. Hay alrededor de seiscientas personas afectadas por esta carencia, así que esta ayuda llega en el momento justo.
En fin, parece que finalmente hemos evitado una catástrofe educativa. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que esta aprobación representa un cambio genuino en la gestión financiera del país, o simplemente estamos parcheando problemas a corto plazo? ¿Será posible que el próximo año no tengamos que estar batallando de nuevo por los aguinaldos, o estamos condenados a repetir este ciclo de incertidumbre? Compartan sus opiniones en el foro; ¡esta vara merece ser debatida!