¡Ay, mi gente! Resulta que nuestros muchachos del Tecnológico de Costa Rica (TEC) le han dado una patada al carbón y están brillando más que el sol mismo con su parque solar. Sí, señores, estamos hablando de unos ¢148 millones que se guardan en el bolsillo gracias a esta movida eco-friendly. ¡Eso sí es aprovechar la lana!
La vaina empezó en 2020, cuando armaron este parque solar como parte de su plan pa' llegar a la carbono neutralidad. Imagínense, el laboratorio SESLab y el programa de energías limpias se pusieron las pilas y lograron que esta idea fuera más que realidad. No es broma, esto es un brete que demuestra que podemos hacer cosas buenas por nuestro planeta sin perder el ritmo.
Y ni hablar del encargado, Carlos Segura Quirós, que nos explica cómo funciona la cosa. Dice que depende mucho del clima, porque algunos años el sol aprieta más que otros. Lo mejor fue en 2022, cuando generaron 1.3 megas diarios, ¡lo que significó un ahorro brutal de ¢48 millones! Pero si hay invierno largo, la producción baja, qué le vamos a hacer... así es la vida en estos terrenos.
Pero lo más impresionante es que este parque solar no solo nos ayuda a ahorrar varitas, sino que también evita que salgan unas 66 toneladas de CO₂ al año. ¡Imaginen eso! Estamos hablando de una contribución importante para frenar el cambio climático, algo que nos afecta a todos, diay.
Este gran jueguito está hecho con 1.200 paneles fotovoltaicos instalados en el sector sur del campus. Con ellos, cubren entre un 25% y un 30% del consumo de luz del lugar. ¡Qué chiva! Eso significa menos gasto público y más plata para otras cositas importantes, como apoyar a los estudiantes y mejorar la calidad de la educación.
Lo mejor de todo es que este proyecto tiene un valor académico tremendo. Estudiantes de Ingeniería Electrónica, Electromecánica y Ambiental están metiendo mano en investigaciones y proyectos de graduación relacionados con el sistema solar. En el último semestre, ¡nueve estudiantes de electrónica y uno de electromecánica trabajaron directamente en el parque! Así es como formamos profesionales preparados para enfrentar los desafíos del futuro, con una conciencia ambiental bien clara.
La ingeniera Ana Camacho nos cuenta que este proyecto tiene tres puntos fuertes. Primero, el ahorro de recursos, que se puede invertir en la academia. Segundo, el impacto ambiental, con esas 66 toneladas de CO₂ menos. Y tercero, el reconocimiento de la institución como líder en sostenibilidad. ¡Un triple golpe de efecto positivo! El TEC realmente se está esforzando por marcar la diferencia y poner el nombre de Costa Rica en alto.
Ahora, digámoslo claro: este es un ejemplo clarísimo de cómo podemos combinar tecnología, sostenibilidad y educación para construir un futuro mejor. Pero me pregunto, ¿ustedes creen que todas las instituciones públicas deberían seguir el camino del TEC e invertir en energía renovable? ¿O prefieren quedarse atascados en el pasado consumiendo carbón y contaminando el ambiente?
La vaina empezó en 2020, cuando armaron este parque solar como parte de su plan pa' llegar a la carbono neutralidad. Imagínense, el laboratorio SESLab y el programa de energías limpias se pusieron las pilas y lograron que esta idea fuera más que realidad. No es broma, esto es un brete que demuestra que podemos hacer cosas buenas por nuestro planeta sin perder el ritmo.
Y ni hablar del encargado, Carlos Segura Quirós, que nos explica cómo funciona la cosa. Dice que depende mucho del clima, porque algunos años el sol aprieta más que otros. Lo mejor fue en 2022, cuando generaron 1.3 megas diarios, ¡lo que significó un ahorro brutal de ¢48 millones! Pero si hay invierno largo, la producción baja, qué le vamos a hacer... así es la vida en estos terrenos.
Pero lo más impresionante es que este parque solar no solo nos ayuda a ahorrar varitas, sino que también evita que salgan unas 66 toneladas de CO₂ al año. ¡Imaginen eso! Estamos hablando de una contribución importante para frenar el cambio climático, algo que nos afecta a todos, diay.
Este gran jueguito está hecho con 1.200 paneles fotovoltaicos instalados en el sector sur del campus. Con ellos, cubren entre un 25% y un 30% del consumo de luz del lugar. ¡Qué chiva! Eso significa menos gasto público y más plata para otras cositas importantes, como apoyar a los estudiantes y mejorar la calidad de la educación.
Lo mejor de todo es que este proyecto tiene un valor académico tremendo. Estudiantes de Ingeniería Electrónica, Electromecánica y Ambiental están metiendo mano en investigaciones y proyectos de graduación relacionados con el sistema solar. En el último semestre, ¡nueve estudiantes de electrónica y uno de electromecánica trabajaron directamente en el parque! Así es como formamos profesionales preparados para enfrentar los desafíos del futuro, con una conciencia ambiental bien clara.
La ingeniera Ana Camacho nos cuenta que este proyecto tiene tres puntos fuertes. Primero, el ahorro de recursos, que se puede invertir en la academia. Segundo, el impacto ambiental, con esas 66 toneladas de CO₂ menos. Y tercero, el reconocimiento de la institución como líder en sostenibilidad. ¡Un triple golpe de efecto positivo! El TEC realmente se está esforzando por marcar la diferencia y poner el nombre de Costa Rica en alto.
Ahora, digámoslo claro: este es un ejemplo clarísimo de cómo podemos combinar tecnología, sostenibilidad y educación para construir un futuro mejor. Pero me pregunto, ¿ustedes creen que todas las instituciones públicas deberían seguir el camino del TEC e invertir en energía renovable? ¿O prefieren quedarse atascados en el pasado consumiendo carbón y contaminando el ambiente?