¡Aguanten puras! Resulta que a partir del primero de enero del año que viene, todos vamos a estar pagando un poquito más al IVM. Sí, ese sistema donde se guarda la lana pa' las pensiones de nuestros viejitos. No es novedad que andaba medio apriado, así que estos ajustes, aunque nos toquen el bolsillo, son pa' tratar de mantenerlo a flote. El tema es que esto pinta pa’ ser solo el principio, porque parece que hay más sorpresas en camino.
Todo este rollo se remonta al lejano 2019, cuando aprobaron unas leyes pa’ echarle leña al fuego del IVM. Digamos que vieron venir la tormenta y trataron de poner parches, pero ahora esos parches necesitan ser agrandados. El incremento en las cotizaciones será de 0,32 puntos porcentuales –pa' que les quede claro, no es tantísimo, pero tampoco es poco– repartido equitativamente entre patrones (los jefes) y trabajadores. El Estado también tendrá que meterle mano, aportando un 0,18% extra para sumar un total de 0,5% de puntos porcentuales. Así que no es que solo nosotros nos estamos sacrificando, los que mandan también tendrán que poner el hombro.
En números reales, eso significa que la contribución de los patrones pasará de 5,42% a 5,58% del salario, mientras que nosotros, los trabajadores, veremos nuestro aporte subir de 4,17% a 4,33%. Y ojo, que esto es solo el primer paso. Porque resulta que la gente del seguro social también le anda dando vueltas a otras cosas, como por ejemplo, qué pasa con los trabajadores independientes, quienes también van a ver aumentado su aporte, ¡pero ni les cuento!
De hecho, la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ya aprobó un buen aumento para los trabajadores independientes. Sus aportes subirán de 11,36% a 11,66%, basándose en cuánta plata están ganando. Esto demuestra que la Caja está intentando buscarle la vuelta al problema desde diferentes ángulos. La verdad es que la situación del IVM es como un brete bien complicado, con muchos hilos que tirar y decisiones difíciles que tomar.
Pero la cosa no termina ahí, señores y señoras. Parece que la Gerencia de Pensiones de la CCSS está cocinando una propuesta de reforma más grande aún, que esperan presentar a la Junta Directiva en abril del próximo año. Esta reforma podría cambiar la manera en cómo se distribuyen las cuotas, es decir, quién paga qué, y hasta el monto de las pensiones que recibimos cuando nos jubilamos. Jaime Barrantes, el gerente de Pensiones, dice que buscan rebalancear el sistema y hacer que funcione mejor.
Una de las cosas que más preocupa es el posible colapso del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROPC), ese esquema donde algunos pueden invertir su plata pa’ tener una pensión más jugosa. El Gobierno ha propuesto algunas leyes que podrían permitir retirar todo el dinero de ese régimen, ¡imagínense el daño que eso causaría al IVM! Barrantes advierte que, si el ROPC desapareciera, tendríamos que aumentar las pensiones actuales entre un 16% y un 20% para compensar. ¡Eso sí sería un sopón!
Lo bueno es que, al parecer, la reforma que están armando no tocará la edad de jubilación, porque ya hicieron unos cambios hace poco tiempo en eso. Pero sí están analizando opciones pa’ ajustar las cuotas y los montos de las pensiones, buscando un equilibrio que permita sostener el sistema a largo plazo. La idea es que no se vaya todo al traste, ¿eh? Que podamos seguir teniendo una seguridad económica cuando lleguemos a la tercera edad. Al final del día, es nuestra tranquilidad la que está en juego.
Ahora sí, me pregunto... Con todos estos ajustes y posibles reformas en el horizonte, ¿creen que realmente serán suficientes para garantizar la sostenibilidad del IVM a largo plazo, o necesitamos replantearnos el sistema de pensiones desde cero? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! ¿Qué medidas creen que serían más efectivas para asegurar un futuro digno para todos los jubilados?
Todo este rollo se remonta al lejano 2019, cuando aprobaron unas leyes pa’ echarle leña al fuego del IVM. Digamos que vieron venir la tormenta y trataron de poner parches, pero ahora esos parches necesitan ser agrandados. El incremento en las cotizaciones será de 0,32 puntos porcentuales –pa' que les quede claro, no es tantísimo, pero tampoco es poco– repartido equitativamente entre patrones (los jefes) y trabajadores. El Estado también tendrá que meterle mano, aportando un 0,18% extra para sumar un total de 0,5% de puntos porcentuales. Así que no es que solo nosotros nos estamos sacrificando, los que mandan también tendrán que poner el hombro.
En números reales, eso significa que la contribución de los patrones pasará de 5,42% a 5,58% del salario, mientras que nosotros, los trabajadores, veremos nuestro aporte subir de 4,17% a 4,33%. Y ojo, que esto es solo el primer paso. Porque resulta que la gente del seguro social también le anda dando vueltas a otras cosas, como por ejemplo, qué pasa con los trabajadores independientes, quienes también van a ver aumentado su aporte, ¡pero ni les cuento!
De hecho, la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ya aprobó un buen aumento para los trabajadores independientes. Sus aportes subirán de 11,36% a 11,66%, basándose en cuánta plata están ganando. Esto demuestra que la Caja está intentando buscarle la vuelta al problema desde diferentes ángulos. La verdad es que la situación del IVM es como un brete bien complicado, con muchos hilos que tirar y decisiones difíciles que tomar.
Pero la cosa no termina ahí, señores y señoras. Parece que la Gerencia de Pensiones de la CCSS está cocinando una propuesta de reforma más grande aún, que esperan presentar a la Junta Directiva en abril del próximo año. Esta reforma podría cambiar la manera en cómo se distribuyen las cuotas, es decir, quién paga qué, y hasta el monto de las pensiones que recibimos cuando nos jubilamos. Jaime Barrantes, el gerente de Pensiones, dice que buscan rebalancear el sistema y hacer que funcione mejor.
Una de las cosas que más preocupa es el posible colapso del Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROPC), ese esquema donde algunos pueden invertir su plata pa’ tener una pensión más jugosa. El Gobierno ha propuesto algunas leyes que podrían permitir retirar todo el dinero de ese régimen, ¡imagínense el daño que eso causaría al IVM! Barrantes advierte que, si el ROPC desapareciera, tendríamos que aumentar las pensiones actuales entre un 16% y un 20% para compensar. ¡Eso sí sería un sopón!
Lo bueno es que, al parecer, la reforma que están armando no tocará la edad de jubilación, porque ya hicieron unos cambios hace poco tiempo en eso. Pero sí están analizando opciones pa’ ajustar las cuotas y los montos de las pensiones, buscando un equilibrio que permita sostener el sistema a largo plazo. La idea es que no se vaya todo al traste, ¿eh? Que podamos seguir teniendo una seguridad económica cuando lleguemos a la tercera edad. Al final del día, es nuestra tranquilidad la que está en juego.
Ahora sí, me pregunto... Con todos estos ajustes y posibles reformas en el horizonte, ¿creen que realmente serán suficientes para garantizar la sostenibilidad del IVM a largo plazo, o necesitamos replantearnos el sistema de pensiones desde cero? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! ¿Qué medidas creen que serían más efectivas para asegurar un futuro digno para todos los jubilados?