¡Ay, Dios mío! Después de tanto especular, salió la bomba: Luis Javier Paradela, el Cubano que nos hizo vibrar en la Cueva, regresa al Saprissa. Pero ojo, que esto no es pa' tirar confeti, porque viene con unas condiciones que dan qué pensar. Erick Lonnis, el profe Lonnis, lo dejó clarito: la cosa no es tan sencilla como parece.
Recordemos cómo llegó Paradela al Saprissa, con la promesa de revitalizar el ataque morado. Su entrega en la cancha era brutal, corrías como si te persiguieran y le metías hasta donde daba el muslo. Pero luego, ¡boom!, la rodilla dijo “ya no puedo más”. Un ligamento cruzado roto lo mandó directo al quirófano, y así, las oportunidades en el Universitatea de Craiova se fueron esfumando como humo.
El pobre man se pasó casi toda la temporada sentado, viendo cómo sus compañeros sudaban la camiseta mientras él luchaba por recuperarse. Sus estadísticas en Rumania son tristísimas: apenas unos cuantos minutos en la Superliga, unos pocos más en la Copa… ¡cero! Ni siquiera tuvo la oportunidad de demostrar que todavía tenía el toque mágico. Esto da pena, vamos.
Y ahí entra la advertencia de Lonnis. El hombre, con toda la honestidad del mundo, nos puso los pies en la tierra: “Físicamente puede estar bien, pero mentalmente el cerebro tarda un poco más en adaptarse”. ¡Qué reflexión! Imagínate el golpe psicológico que recibe un jugador después de una lesión así. El miedo a volver a lesionarte, la inseguridad…
Lonnis también destacó que los jugadores necesitan más tiempo del que indica el médico para retomar su nivel óptimo. Eso significa que no podemos esperar ver al Paradela campeón de un día, capaz de regatear a tres defensas y meterla entera al ángulo. Va a requerir paciencia, apoyo y un plan de trabajo muy bien estructurado.
Pero, ¿qué gana el Saprissa con este regreso? Pues, aunque esté oxidado, Paradela sigue siendo un arma ofensiva valiosa. Conoce la casa, sabe lo que es jugar en la Cueva y tiene el DNA morado corriendo por las venas. Si logra superar esos bloqueos mentales, puede aportar mucho al equipo en el Clausura 2026. Podría darle un aire fresco al ataque, crear espacios y hacer goles importantes.
Algunos dicen que es un riesgo traerlo de vuelta, que debería haberle dado espacio a otros jóvenes talentos. Pero yo creo que es una apuesta interesante. Paradela tiene la experiencia y la calidad necesarias para liderar el ataque saprissista. Además, su presencia en la cancha siempre genera expectativa entre la afición. El mae siempre le pone huevo.
Así que, la pelota está en el techo de Paradela. ¿Será capaz de superar sus demonios internos y volver a brillar en la Cueva? ¿O será otra historia triste de un talento desperdiciado por las lesiones? ¿Ustedes creen que el técnico debería darle confianza desde el principio o esperar a que recupere la forma física y mental completa? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!
Recordemos cómo llegó Paradela al Saprissa, con la promesa de revitalizar el ataque morado. Su entrega en la cancha era brutal, corrías como si te persiguieran y le metías hasta donde daba el muslo. Pero luego, ¡boom!, la rodilla dijo “ya no puedo más”. Un ligamento cruzado roto lo mandó directo al quirófano, y así, las oportunidades en el Universitatea de Craiova se fueron esfumando como humo.
El pobre man se pasó casi toda la temporada sentado, viendo cómo sus compañeros sudaban la camiseta mientras él luchaba por recuperarse. Sus estadísticas en Rumania son tristísimas: apenas unos cuantos minutos en la Superliga, unos pocos más en la Copa… ¡cero! Ni siquiera tuvo la oportunidad de demostrar que todavía tenía el toque mágico. Esto da pena, vamos.
Y ahí entra la advertencia de Lonnis. El hombre, con toda la honestidad del mundo, nos puso los pies en la tierra: “Físicamente puede estar bien, pero mentalmente el cerebro tarda un poco más en adaptarse”. ¡Qué reflexión! Imagínate el golpe psicológico que recibe un jugador después de una lesión así. El miedo a volver a lesionarte, la inseguridad…
Lonnis también destacó que los jugadores necesitan más tiempo del que indica el médico para retomar su nivel óptimo. Eso significa que no podemos esperar ver al Paradela campeón de un día, capaz de regatear a tres defensas y meterla entera al ángulo. Va a requerir paciencia, apoyo y un plan de trabajo muy bien estructurado.
Pero, ¿qué gana el Saprissa con este regreso? Pues, aunque esté oxidado, Paradela sigue siendo un arma ofensiva valiosa. Conoce la casa, sabe lo que es jugar en la Cueva y tiene el DNA morado corriendo por las venas. Si logra superar esos bloqueos mentales, puede aportar mucho al equipo en el Clausura 2026. Podría darle un aire fresco al ataque, crear espacios y hacer goles importantes.
Algunos dicen que es un riesgo traerlo de vuelta, que debería haberle dado espacio a otros jóvenes talentos. Pero yo creo que es una apuesta interesante. Paradela tiene la experiencia y la calidad necesarias para liderar el ataque saprissista. Además, su presencia en la cancha siempre genera expectativa entre la afición. El mae siempre le pone huevo.
Así que, la pelota está en el techo de Paradela. ¿Será capaz de superar sus demonios internos y volver a brillar en la Cueva? ¿O será otra historia triste de un talento desperdiciado por las lesiones? ¿Ustedes creen que el técnico debería darle confianza desde el principio o esperar a que recupere la forma física y mental completa? ¡Déjenme sus opiniones en el foro!