¡Ay, Dios mío! La Selección Costarricense está en una encrucijada que nos tiene a todos mordiéndose las uñas. Después de la paliza sufrida en Haití, la esperanza de ver a nuestra tricolor brillando en el Mundial de 2026 está más fina que el cabello de Doña Ivone. Parece que la cosa está pegadísima, y no precisamente por la buena razón.
La realidad es dura: necesitamos ganar a Honduras este martes, y no cualquier victoria, una que nos dé esos puntitos necesarios para mantener viva la llama. Si logramos darle una sopapita a los hondureños, llegaríamos a nueve puntos, dejándolos prácticamente fuera de la contienda. Pero… ahí está el “pero” que siempre aparece, ¿verdad?
Porque después de la victoria (esperemos), tenemos que ponerle toda la fe a los resultados del Haití contra Nicaragua. Si los haitianos se llevan la victoria, digamos adiós al boleto directo. En cambio, si Nicaragua logra empatar, entonces sí, por diferencia de goles, podríamos festejarnos. Un escenario tan apretado que hasta un espanto podría ayudarnos.
Pero, ¿qué pasa si terminamos segundos, con esos mismos nueve puntos? Ahí las cosas se complican aún más. Necesitamos que tanto Surinam como Panamá pierdan sus últimos juegos. ¡Imagínate la carga que sería! Ambos equipos tienen nueve puntos, pero Surinam va adelante por la diferencia de goles (+5 contra +2 de Panamá). Nosotros andamos con +2, así que si ganamos y Panamá tropieza, la puerta se abre… aunque la competencia esté más caliente que gallina asada en diciembre.
Y hablando de caldo de pollo, resulta que El Salvador, nuestro rival de Honduras, ya está eliminado y encima viene de recibir una humillación por parte de Surinam. Esto significa que podrían venir relajados, pero nosotros no podemos confiar ni un poquito. Cada segundo importa, cada jugada puede marcar la diferencia. No podemos permitirnos ningún despiste.
En el otro grupo, la cosa pinta igual de movida. Jamaica y Curazao se enfrentan en Kingston definiendo quién agarra el pase directo. Curazao lidera con once puntos, Jamaica con diez. Una victoria para Curazao los lleva directamente al mundial; Jamaica tendría que conformarse con buscarlo por el camino del repechaje. Lo malo es que si Honduras y Haití ganan sus respectivos partidos, hasta Curazao corre peligro, ¡vaya tela!
Para colmo, el cuerpo técnico tendrá que apañárselas sin Alonso Martínez y Carlos Mora, quienes sufrieron lesiones. Dos bajas importantes que golpean duro justo cuando más se necesitan. Esto demuestra que el brete nunca termina, siempre hay obstáculos que superar. Todos los partidos de la fecha se jugarán a las siete de la noche, así que alrededor de las nueve sabremos si la tricolor podrá gritar “¡Vamos, Ticos!”
Con tantos escenarios posibles, ¿cree usted que Costa Rica realmente tiene posibilidades de clasificar al Mundial de 2026, ya sea directamente o por el repechaje? ¿Deberíamos enfocarnos en jugar bien y esperar lo mejor, o empezar a prepararnos mentalmente para otra decepción futbolística?
La realidad es dura: necesitamos ganar a Honduras este martes, y no cualquier victoria, una que nos dé esos puntitos necesarios para mantener viva la llama. Si logramos darle una sopapita a los hondureños, llegaríamos a nueve puntos, dejándolos prácticamente fuera de la contienda. Pero… ahí está el “pero” que siempre aparece, ¿verdad?
Porque después de la victoria (esperemos), tenemos que ponerle toda la fe a los resultados del Haití contra Nicaragua. Si los haitianos se llevan la victoria, digamos adiós al boleto directo. En cambio, si Nicaragua logra empatar, entonces sí, por diferencia de goles, podríamos festejarnos. Un escenario tan apretado que hasta un espanto podría ayudarnos.
Pero, ¿qué pasa si terminamos segundos, con esos mismos nueve puntos? Ahí las cosas se complican aún más. Necesitamos que tanto Surinam como Panamá pierdan sus últimos juegos. ¡Imagínate la carga que sería! Ambos equipos tienen nueve puntos, pero Surinam va adelante por la diferencia de goles (+5 contra +2 de Panamá). Nosotros andamos con +2, así que si ganamos y Panamá tropieza, la puerta se abre… aunque la competencia esté más caliente que gallina asada en diciembre.
Y hablando de caldo de pollo, resulta que El Salvador, nuestro rival de Honduras, ya está eliminado y encima viene de recibir una humillación por parte de Surinam. Esto significa que podrían venir relajados, pero nosotros no podemos confiar ni un poquito. Cada segundo importa, cada jugada puede marcar la diferencia. No podemos permitirnos ningún despiste.
En el otro grupo, la cosa pinta igual de movida. Jamaica y Curazao se enfrentan en Kingston definiendo quién agarra el pase directo. Curazao lidera con once puntos, Jamaica con diez. Una victoria para Curazao los lleva directamente al mundial; Jamaica tendría que conformarse con buscarlo por el camino del repechaje. Lo malo es que si Honduras y Haití ganan sus respectivos partidos, hasta Curazao corre peligro, ¡vaya tela!
Para colmo, el cuerpo técnico tendrá que apañárselas sin Alonso Martínez y Carlos Mora, quienes sufrieron lesiones. Dos bajas importantes que golpean duro justo cuando más se necesitan. Esto demuestra que el brete nunca termina, siempre hay obstáculos que superar. Todos los partidos de la fecha se jugarán a las siete de la noche, así que alrededor de las nueve sabremos si la tricolor podrá gritar “¡Vamos, Ticos!”
Con tantos escenarios posibles, ¿cree usted que Costa Rica realmente tiene posibilidades de clasificar al Mundial de 2026, ya sea directamente o por el repechaje? ¿Deberíamos enfocarnos en jugar bien y esperar lo mejor, o empezar a prepararnos mentalmente para otra decepción futbolística?
