¡Ay, Dios mío! Fabricio Alvarado echó humo ayer, pa' ponerle presión a don Rodri. El líder de Nueva República salió con la artillería pesada, señalando al gobierno por un batallón de problemas en educación, seguridad y hasta en los hospitales. Pero, ojo, él mismo aclaró que no van a entrarle al juego político, dijo, porque eso afectaría las elecciones que vienen.
La bronca viene desde hace tiempo, ¿eh? Alvarado siempre ha sido duro con Chaves, criticando sus decisiones y cuestionando su estilo de gobernar. Han tenido roces por lo tocante a los valores conservadores, por las políticas económicas, por casi todo, vaya. Ahora, con esto del levantamiento de la inmunidad, la cosa se puso aún más caliente. Parecía que iban a meterle empeño, pero cambiaron de parecer, diay.
Lo que dejó boquiabierto a muchos fue que Alvarado, precisamente él, que tantas veces habló de defender la Constitución y el debido proceso, ahora diga que no quiere levantar la inmunidad. Argumenta que Chaves debe rendir cuentas ante la justicia sí o sí, pero ya cuando termine su período. Un poco contradictorio, ¿verdad, mae?
Pero ahí no paró el discurso. Alvarado lanzó fuertes críticas a la gestión de Chaves, acusándolo de tibieza en la defensa de los valores tradicionales y de ignorar los problemas urgentes del país. Dejó caer que la criminalidad sigue aumentando, las escuelas están hechas polvo, los pacientes esperan meses por una cita médica y las playas... bueno, ni hablemos de las playas. ¡Qué despiche!
Y hablando de números, la jugada política es interesante. Necesitan 38 votos en el Congreso para levantar la inmunidad de Chaves. Hasta el lunes pasado, tenían alrededor de 33, con el PLN, el Frente Amplio, el PUSC y algunos diputados independientes apoyando la medida. Pero todavía hay seis diputados indecisos, y esos seis pueden decidir si Chaves enfrenta o no un juicio político. El PUSC está bastante dividido, eso es seguro.
La Fiscalía lleva tiempo investigando a Chaves por una sospechosa contratación de unos 400 mil dólares a una productora llamada RMC La Productora S.A., también conocida como Nocaut. Al parecer, el empresario Christian Bulgarelli entregó unos 32 mil dólares a Federico Cruz, quien es amiguísimo de Chaves y su asesor personal. Se presume que incluso el mismísimo presidente estuvo involucrado en la trama, junto al exministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez. ¡Qué torta!
Esta movida, claro, ha generado controversia en todos lados. Algunos dicen que Alvarado está siendo hipócrita, que está protegiendo a Chaves porque necesita su apoyo para ganar las próximas elecciones. Otros creen que tiene razón al decir que no se debe politizar la justicia y que Chaves debe esperar a terminar su mandato para enfrentar las acusaciones. Ya saben cómo andan las cosas en Costa Rica… entre cuchillos y agendas políticas.
En fin, la cosa está servida, y parece que este drama judicial va a durar un buen rato. ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Es correcto que Alvarado rechace levantar la inmunidad a Chaves, aunque critique su gestión? ¿Le dará tiempo el Presidente a resolver los problemas del país antes de que termine su período o ya nos vamos al traste?
La bronca viene desde hace tiempo, ¿eh? Alvarado siempre ha sido duro con Chaves, criticando sus decisiones y cuestionando su estilo de gobernar. Han tenido roces por lo tocante a los valores conservadores, por las políticas económicas, por casi todo, vaya. Ahora, con esto del levantamiento de la inmunidad, la cosa se puso aún más caliente. Parecía que iban a meterle empeño, pero cambiaron de parecer, diay.
Lo que dejó boquiabierto a muchos fue que Alvarado, precisamente él, que tantas veces habló de defender la Constitución y el debido proceso, ahora diga que no quiere levantar la inmunidad. Argumenta que Chaves debe rendir cuentas ante la justicia sí o sí, pero ya cuando termine su período. Un poco contradictorio, ¿verdad, mae?
Pero ahí no paró el discurso. Alvarado lanzó fuertes críticas a la gestión de Chaves, acusándolo de tibieza en la defensa de los valores tradicionales y de ignorar los problemas urgentes del país. Dejó caer que la criminalidad sigue aumentando, las escuelas están hechas polvo, los pacientes esperan meses por una cita médica y las playas... bueno, ni hablemos de las playas. ¡Qué despiche!
Y hablando de números, la jugada política es interesante. Necesitan 38 votos en el Congreso para levantar la inmunidad de Chaves. Hasta el lunes pasado, tenían alrededor de 33, con el PLN, el Frente Amplio, el PUSC y algunos diputados independientes apoyando la medida. Pero todavía hay seis diputados indecisos, y esos seis pueden decidir si Chaves enfrenta o no un juicio político. El PUSC está bastante dividido, eso es seguro.
La Fiscalía lleva tiempo investigando a Chaves por una sospechosa contratación de unos 400 mil dólares a una productora llamada RMC La Productora S.A., también conocida como Nocaut. Al parecer, el empresario Christian Bulgarelli entregó unos 32 mil dólares a Federico Cruz, quien es amiguísimo de Chaves y su asesor personal. Se presume que incluso el mismísimo presidente estuvo involucrado en la trama, junto al exministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez. ¡Qué torta!
Esta movida, claro, ha generado controversia en todos lados. Algunos dicen que Alvarado está siendo hipócrita, que está protegiendo a Chaves porque necesita su apoyo para ganar las próximas elecciones. Otros creen que tiene razón al decir que no se debe politizar la justicia y que Chaves debe esperar a terminar su mandato para enfrentar las acusaciones. Ya saben cómo andan las cosas en Costa Rica… entre cuchillos y agendas políticas.
En fin, la cosa está servida, y parece que este drama judicial va a durar un buen rato. ¿Ustedes qué opinan, compas? ¿Es correcto que Alvarado rechace levantar la inmunidad a Chaves, aunque critique su gestión? ¿Le dará tiempo el Presidente a resolver los problemas del país antes de que termine su período o ya nos vamos al traste?
