¡Ay, Dios mío! Qué barbaridad, gente. Resulta que el Juzgado Penal de Pococí le metió el hielo a la investigación por las amenazas que estaban haciendo a Geiner Zamora, el pobre tipo que luego sí le dieron plomazo. ¿Cómo que archivaron la denuncia? ¡Un agarrón tremendo!
Para los que andan despistados, Geiner era el subjefe del OIJ en Guápiles y lo mataron allá por enero pasado. Según la onda, el que lo mandó matar era Alejandro Arias Monge, alias ‘Diablo’, un cabecilla de una banda de corrección que Geiner estaba investigando con ganas. Parece que el mae tenía envidia porque Geiner iba a destaparle todos sus churris.
El caso, que lleva un número larguísimo, 20-001868-0066-PE, se abrió justo después de que Geiner denunciara las amenazas. La Corte Suprema de Justicia, a través de un email bien formal, nos dice que el juzgado lo archivó con “Desestimación en ese Despacho” el 21 de julio del 2023. ¡Más de un año guardadito eso! ¿Quién le anda tapando la bola a quién?
Intentamos hablar con la Fiscalía para ver qué pasó ahí, cómo terminaron las cosas, pero al cierre de esta nota todavía no nos dan respuesta. Eso me huele raro, muy raro. Uno se queda pensando si alguien más all arriba quería que esto se olvidara. Menos mal que CR Hoy está echándole ganas para sacar la verdad a relucir, porque sino, se hubiera ido todo al traste.
Y ni hablar de que Geiner y su familia tuvieron que vivir escondidos casi un año, bajo protección del Ministerio Público. Imagínate el susto constante, tener que cambiar de lugar seguido, andar con la mosca detrás de la oreja. ¡Una torta que han tenido que pasar esos pobres!
Lo más preocupante es que parece que la amenaza no paró ahí. A finales del 2024 hubo otra alerta de amenazas contra policías judiciales en Guápiles, pero Geiner no lo movieron de allí. Y mira nomás, casi un mes después, ¡boom!, le pegaron el balazo. ¿Será que alguien sabía que iba a pasar y nadie hizo nada?
Pero esperen que hay más. Investigaciones apuntan a que datos privados y sensibles de Geiner y su familia, y de otros agentes del OIJ, aparecieron en un celular que encontraron en la escena de un homicidio. ¡Qué diay! Al parecer, estos datos los filtró una empleada de la municipalidad de Sarapiquí, a quien pusieron unas esposas por unos meses. Esto se va poniendo cada vez más complicado, ¿verdad?
Ahora, la esposa de Geiner, Susana Lazo, asegura que hay errores gordos en la investigación, y que por eso muchos de los sospechosos siguen sueltos. ¡Uff, qué sal! Uno no sabe qué pensar. Me pregunto, ¿podría haber una red de complicidades mucho más profunda de lo que imaginamos? ¿Creen que se está haciendo justicia o estamos ante un caso de impunidad rampante?
Para los que andan despistados, Geiner era el subjefe del OIJ en Guápiles y lo mataron allá por enero pasado. Según la onda, el que lo mandó matar era Alejandro Arias Monge, alias ‘Diablo’, un cabecilla de una banda de corrección que Geiner estaba investigando con ganas. Parece que el mae tenía envidia porque Geiner iba a destaparle todos sus churris.
El caso, que lleva un número larguísimo, 20-001868-0066-PE, se abrió justo después de que Geiner denunciara las amenazas. La Corte Suprema de Justicia, a través de un email bien formal, nos dice que el juzgado lo archivó con “Desestimación en ese Despacho” el 21 de julio del 2023. ¡Más de un año guardadito eso! ¿Quién le anda tapando la bola a quién?
Intentamos hablar con la Fiscalía para ver qué pasó ahí, cómo terminaron las cosas, pero al cierre de esta nota todavía no nos dan respuesta. Eso me huele raro, muy raro. Uno se queda pensando si alguien más all arriba quería que esto se olvidara. Menos mal que CR Hoy está echándole ganas para sacar la verdad a relucir, porque sino, se hubiera ido todo al traste.
Y ni hablar de que Geiner y su familia tuvieron que vivir escondidos casi un año, bajo protección del Ministerio Público. Imagínate el susto constante, tener que cambiar de lugar seguido, andar con la mosca detrás de la oreja. ¡Una torta que han tenido que pasar esos pobres!
Lo más preocupante es que parece que la amenaza no paró ahí. A finales del 2024 hubo otra alerta de amenazas contra policías judiciales en Guápiles, pero Geiner no lo movieron de allí. Y mira nomás, casi un mes después, ¡boom!, le pegaron el balazo. ¿Será que alguien sabía que iba a pasar y nadie hizo nada?
Pero esperen que hay más. Investigaciones apuntan a que datos privados y sensibles de Geiner y su familia, y de otros agentes del OIJ, aparecieron en un celular que encontraron en la escena de un homicidio. ¡Qué diay! Al parecer, estos datos los filtró una empleada de la municipalidad de Sarapiquí, a quien pusieron unas esposas por unos meses. Esto se va poniendo cada vez más complicado, ¿verdad?
Ahora, la esposa de Geiner, Susana Lazo, asegura que hay errores gordos en la investigación, y que por eso muchos de los sospechosos siguen sueltos. ¡Uff, qué sal! Uno no sabe qué pensar. Me pregunto, ¿podría haber una red de complicidades mucho más profunda de lo que imaginamos? ¿Creen que se está haciendo justicia o estamos ante un caso de impunidad rampante?
