Bueno, pues llegó la bronca, mi gente. Francisco Calvo, nuestro defensor de cabecera, soltó unas verdades que nos golpearon directo en el estómago. Después de otro partido donde la Selección dejó mucho que desear, Calvo admitió a medias, con esa cara de “ya me valió”, que hemos estado regalando oportunidades a nuestros rivales. No es que le eché flores al equipo, sino que reconoció, con toda la sinceridad del mundo, que estamos jugando a darle facilidades a los otros.
La realidad es dura: la defensa sigue siendo un colador y la poca suerte que tenemos se va por la ventana en cada descuido. Contra Haití rescatamos un empate de milagro, sí, pero eso no borra el hecho de que perdimos puntos ahí mismo. Y contra Nicaragua… uy, ni hablar. Se vio venir que ese partido era pa’ ganarlo fácil, pero entre parpadeos, otra vez perdimos la concentración y dejamos escapar la victoria. En fin, qué chinamanada, ¿no?
Calvo no anduvo con rodeos. Le dijo al público lo que muchos pensábamos: que hemos cometido errores costosos, errores que cuestan caro en estas eliminatorias mundialistas. Ya no hay margen para regalar nada, dice él, y tiene razón. Cada partido es una batalla campal, una lucha por la supervivencia y nosotros llegamos medio laxos a veces. Ese es el problema, pura y simple. Tenemos talento, sí señor, pero la actitud deja bastante que desear.
"Tenemos que mejorar en los detalles, mantener la cabeza fría y dejar de pensar tanto", enfatizó Calvo durante una entrevista reciente. Suene a cliché, lo sé, pero alguien tenía que decirlo. La verdad es que el tipo lleva años aguantando palitos y críticas, y aún así sigue ahí, defendiendo la camiseta con honor, aunque a veces nos haga sufrir. De verdad, ese mae es terco, ¡qué carga!
Pero, miren, acá no quiero ponerle la cruz al equipo entero. Sabemos que tienen capacidad para levantar cabeza. Pero necesitamos cambiar la mentalidad, sacudirnos la pereza y empezar a jugar con huevos. Que se olviden de las excusas y se pongan a trabajar duro, porque el tiempo se les acaba. Las próximas fechas serán cruciales para definir si vamos o no a Qatar. Y yo, personalmente, no pienso ver a Costa Rica dando vueltas en casa mientras los demás se divierten en Medio Oriente.
Y hablando de Qatar, hay que recordar que la competencia es feroz. Países como México, Estados Unidos y Canadá están jugando muy bien, y no nos van a regalar nada. Necesitamos estar listos para batallar, para sudar la camiseta y para darlo todo en cada partido. Dejar atrás los egos y pensar en el bien común, en representar a nuestro país con orgullo. Eso es lo que realmente importa.
Ahora, la gran pregunta es: ¿Será suficiente con las declaraciones de Calvo para despertar al equipo? ¿Podrán corregir sus errores y demostrar que merecen estar en el Mundial? La respuesta la veremos en los próximos partidos. Pero una cosa es segura: si siguen jugando así, será difícil clasificar. ¡Qué sal nos espera si no nos ponemos las pilas, diay!
Entonces, mi gente, diganme ustedes: ¿Creen que la autocrítica de Calvo servirá para motivar a la selección y revertir la situación, o ya estamos demasiado hundidos para remontar? ¿Deberíamos buscar nuevas caras en el equipo o apostar por los mismos jugadores con una estrategia diferente? ¡Den sus opiniones en los comentarios!
La realidad es dura: la defensa sigue siendo un colador y la poca suerte que tenemos se va por la ventana en cada descuido. Contra Haití rescatamos un empate de milagro, sí, pero eso no borra el hecho de que perdimos puntos ahí mismo. Y contra Nicaragua… uy, ni hablar. Se vio venir que ese partido era pa’ ganarlo fácil, pero entre parpadeos, otra vez perdimos la concentración y dejamos escapar la victoria. En fin, qué chinamanada, ¿no?
Calvo no anduvo con rodeos. Le dijo al público lo que muchos pensábamos: que hemos cometido errores costosos, errores que cuestan caro en estas eliminatorias mundialistas. Ya no hay margen para regalar nada, dice él, y tiene razón. Cada partido es una batalla campal, una lucha por la supervivencia y nosotros llegamos medio laxos a veces. Ese es el problema, pura y simple. Tenemos talento, sí señor, pero la actitud deja bastante que desear.
"Tenemos que mejorar en los detalles, mantener la cabeza fría y dejar de pensar tanto", enfatizó Calvo durante una entrevista reciente. Suene a cliché, lo sé, pero alguien tenía que decirlo. La verdad es que el tipo lleva años aguantando palitos y críticas, y aún así sigue ahí, defendiendo la camiseta con honor, aunque a veces nos haga sufrir. De verdad, ese mae es terco, ¡qué carga!
Pero, miren, acá no quiero ponerle la cruz al equipo entero. Sabemos que tienen capacidad para levantar cabeza. Pero necesitamos cambiar la mentalidad, sacudirnos la pereza y empezar a jugar con huevos. Que se olviden de las excusas y se pongan a trabajar duro, porque el tiempo se les acaba. Las próximas fechas serán cruciales para definir si vamos o no a Qatar. Y yo, personalmente, no pienso ver a Costa Rica dando vueltas en casa mientras los demás se divierten en Medio Oriente.
Y hablando de Qatar, hay que recordar que la competencia es feroz. Países como México, Estados Unidos y Canadá están jugando muy bien, y no nos van a regalar nada. Necesitamos estar listos para batallar, para sudar la camiseta y para darlo todo en cada partido. Dejar atrás los egos y pensar en el bien común, en representar a nuestro país con orgullo. Eso es lo que realmente importa.
Ahora, la gran pregunta es: ¿Será suficiente con las declaraciones de Calvo para despertar al equipo? ¿Podrán corregir sus errores y demostrar que merecen estar en el Mundial? La respuesta la veremos en los próximos partidos. Pero una cosa es segura: si siguen jugando así, será difícil clasificar. ¡Qué sal nos espera si no nos ponemos las pilas, diay!
Entonces, mi gente, diganme ustedes: ¿Creen que la autocrítica de Calvo servirá para motivar a la selección y revertir la situación, o ya estamos demasiado hundidos para remontar? ¿Deberíamos buscar nuevas caras en el equipo o apostar por los mismos jugadores con una estrategia diferente? ¡Den sus opiniones en los comentarios!
