¡Pero qué vaina, raza! Aquí seguimos viendo cómo este país se nos va al traste poco a poco. El Presidente Chaves, sí, el mismo que juraba estar arriba del mundo, ahora anda admitiendo –con cara de pocos amigos– que ha estado teniendo “conversaciones” con representantes de Tradeco. ¿Conversaciones? ¡Más bien tratos turbios, mae! La cosa pinta fea, muy fea.
Para los que andan despistados, Tradeco es una empresa constructora que, precisamente, está bajo lupa por presuntas conexiones con el narcotráfico. Dicen que les han llovido contratos públicos a mansalva, aunque sus proyectos sean más confusos que un laberinto chino. Ya saben, esas cosas que pasan cuando hay intereses detrás que no huelen precisamente a rosas. Imagínense, el Presidente sentándose a platicar con gente así... ¡Un cuadro!
Recordemos que hace apenas unos meses, la Comisión Contra la Corrupción estaba haciendo olas con una investigación exhaustiva sobre Tradeco. Hablaban de sobornos, influyentismo y hasta lavado de dinero. Pero parece que alguien, ahí arriba, le ha tomado la sopa fría a la justicia. De repente, las investigaciones pierden fuerza, los testimonios se esfuman y aparece el Presidente diciendo que simplemente estaban “explorando opciones”. ¡Anda ya!
Las redes sociales, obviamente, están explotando. Desde temprano amanecimos con memes burlándose de la situación y críticas durísimas hacia el gobierno. Muchos piden la renuncia inmediata de Chaves, mientras que otros aseguran que esto es solo la punta del iceberg. La verdad, nadie sabe qué tan profundo llega la mugre, pero la sospecha generalizada es que bastante oscura está la jugada.
Lo que más me preocupa, honestamente, es la impunidad que se respira en este país. Parece que algunos personajes pueden hacer lo que quieran y nunca pagan por sus acciones. Uno se cansa de ver cómo se burla del ciudadano común. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar esta novela interminable?
Ahora, algunos defensores del Presidente argumentan que él solo estaba buscando “buenas ofertas” para el país. ¡Ja, ja, ja! ¿Buenas ofertas con gente vinculada al narcotráfico? Eso no es bueno, eso es peligroso. Además, si realmente estuviera interesado en sacar adelante al país, buscaría transparencia y legalidad, no andar haciendo acuerdos secretos con empresas cuestionables.
¿Y qué pasa con la fracción legislativa oficialista? Han permanecido peligrosamente callados ante este escándalo. Algunos murmuran que tienen miedo de levantar la voz y perder sus preciados privilegios. Otros, quizás, están cómplices de esta trama y prefieren hacerse los dormidos. En fin, la clase política, en general, sigue dando muestras de su poca vergüenza ajena.
En fin, la cosa está que arde. La confianza en las instituciones se desploma a diario y la incertidumbre se apodera de todos nosotros. Así que, díganme, mi gente: ¿creen que el Presidente debería renunciar, o esperan que este caso termine como tantos otros, archivado en un cajón olvidado? ¡Demos nuestro punto de vista y veamos qué sale de este brete!
Para los que andan despistados, Tradeco es una empresa constructora que, precisamente, está bajo lupa por presuntas conexiones con el narcotráfico. Dicen que les han llovido contratos públicos a mansalva, aunque sus proyectos sean más confusos que un laberinto chino. Ya saben, esas cosas que pasan cuando hay intereses detrás que no huelen precisamente a rosas. Imagínense, el Presidente sentándose a platicar con gente así... ¡Un cuadro!
Recordemos que hace apenas unos meses, la Comisión Contra la Corrupción estaba haciendo olas con una investigación exhaustiva sobre Tradeco. Hablaban de sobornos, influyentismo y hasta lavado de dinero. Pero parece que alguien, ahí arriba, le ha tomado la sopa fría a la justicia. De repente, las investigaciones pierden fuerza, los testimonios se esfuman y aparece el Presidente diciendo que simplemente estaban “explorando opciones”. ¡Anda ya!
Las redes sociales, obviamente, están explotando. Desde temprano amanecimos con memes burlándose de la situación y críticas durísimas hacia el gobierno. Muchos piden la renuncia inmediata de Chaves, mientras que otros aseguran que esto es solo la punta del iceberg. La verdad, nadie sabe qué tan profundo llega la mugre, pero la sospecha generalizada es que bastante oscura está la jugada.
Lo que más me preocupa, honestamente, es la impunidad que se respira en este país. Parece que algunos personajes pueden hacer lo que quieran y nunca pagan por sus acciones. Uno se cansa de ver cómo se burla del ciudadano común. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar esta novela interminable?
Ahora, algunos defensores del Presidente argumentan que él solo estaba buscando “buenas ofertas” para el país. ¡Ja, ja, ja! ¿Buenas ofertas con gente vinculada al narcotráfico? Eso no es bueno, eso es peligroso. Además, si realmente estuviera interesado en sacar adelante al país, buscaría transparencia y legalidad, no andar haciendo acuerdos secretos con empresas cuestionables.
¿Y qué pasa con la fracción legislativa oficialista? Han permanecido peligrosamente callados ante este escándalo. Algunos murmuran que tienen miedo de levantar la voz y perder sus preciados privilegios. Otros, quizás, están cómplices de esta trama y prefieren hacerse los dormidos. En fin, la clase política, en general, sigue dando muestras de su poca vergüenza ajena.
En fin, la cosa está que arde. La confianza en las instituciones se desploma a diario y la incertidumbre se apodera de todos nosotros. Así que, díganme, mi gente: ¿creen que el Presidente debería renunciar, o esperan que este caso termine como tantos otros, archivado en un cajón olvidado? ¡Demos nuestro punto de vista y veamos qué sale de este brete!