¡Pura crema! El ambiente en el Plenario Legislativo estaba que ardía ayer, porque varios diputados, entre ellos Jonathan Acuña, le metieron con todo al Presidente Chaves por su negrita para convocar el proyecto 25.240, el que permite pagar las licencias a quienes cuidan a familiares enfermos o niños con enfermedades graves. Parece que el bardo se armó más grande que el Parque Metropolitano.
Todo esto viene por el tema de esos ¢2.700 millones que ya estaban aprobados en el Tercer Presupuesto Extraordinario 2025. La idea era aumentar las licencias de cuidado de 600 a 1.200, pero resulta que el FODESAF ya gastó todo lo que tenía disponible. Así que, para poder sacar adelante este brete, necesitan reformarle la ley, y ahí es donde entra el problema: el Presidente se niega a poner el proyecto en la agenda legislativa, y eso a la oposición les hirvió la sangre, imagínate.
Y ojo, que ni siquiera la Contraloría General de la República (CGR) anda de acuerdo con el Presidente. Ellos dicen que si no se modifica la ley, corren riesgos de que les retiren los fondos, justo cuando más se necesitan. Esto puso a los diputados en un rolazo tremendo, y no dudaron en expresar su indignación durante la sesión del lunes. Desde el PUSC hasta el Frente Amplio, todos al unísono criticando la actitud del gobierno.
Jonathan Acuña, conocido por su labia directa, soltó unas verdades que resonaron en todo el país: ‘¡Asco dan!’ –exclamó visiblemente molesto–. Criticó al Presidente por priorizar su ego y su afán de tener la razón antes que ayudar a las familias que se quedaron sin ingresos. Dijo textualmente que el Presidente parece más interesado en atacar a la Contraloría y a la oposición que en resolver problemas reales. ¡Uf, se le calentó la cabeza!
Por otro lado, Vanessa Castro, del PUSC, intentó bajarle un poco el tono a la discusión, llamando al diálogo y a la empatía. Ella resaltó que el tema de las licencias es humano y debería tratarse desde esa perspectiva, dejando atrás las diferencias políticas. “Me parece que es un tema humano que trasciende cualquier posición partidaria”, dijo, buscando unir fuerzas para encontrar una solución. Como dice el dicho, 'la unión hace la fuerza'.
Montserrat Ruiz, legisladora liberacionista, también se sumó a las críticas y no escatimó en palabras para denunciar la falta de acción del gobierno. Relató la historia de padres desesperados que acudieron a Casa Presidencial en busca de ayuda y se encontraron con una patada en la puerta. Según Ruiz, el Presidente les mintió en la cara y trató de burlarse de ellos. ¡Qué barbaridad! Un verdadero despiste para esas familias.
Pero lo más curioso es que incluso los ministros del propio Presidente terminaron admitiendo que sí necesitaban la reforma legal. Andrés Romero, el Ministro de Trabajo, tuvo que reconocer ante la Comisión de Asuntos Hacendarios que, efectivamente, era indispensable modificar la ley para poder transferir los fondos adicionales. ¡Imagínate el papelón! Resulta que el Presidente había afirmado públicamente que el proyecto no era necesario, pero su propio ministro le contradijo. ¡Qué movida!
Con todo este panorama, la pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará el Presidente Chaves para aferrarse a su postura? ¿Priorizará finalmente el bienestar de las familias afectadas o seguirá poniendo trabas burocráticas y políticos baratos por encima de todo? Vaya, pues… ¡A debatir se ha dicho! ¿Crees que el Presidente está actuando correctamente o está haciendo un favorcito a nadie?
Todo esto viene por el tema de esos ¢2.700 millones que ya estaban aprobados en el Tercer Presupuesto Extraordinario 2025. La idea era aumentar las licencias de cuidado de 600 a 1.200, pero resulta que el FODESAF ya gastó todo lo que tenía disponible. Así que, para poder sacar adelante este brete, necesitan reformarle la ley, y ahí es donde entra el problema: el Presidente se niega a poner el proyecto en la agenda legislativa, y eso a la oposición les hirvió la sangre, imagínate.
Y ojo, que ni siquiera la Contraloría General de la República (CGR) anda de acuerdo con el Presidente. Ellos dicen que si no se modifica la ley, corren riesgos de que les retiren los fondos, justo cuando más se necesitan. Esto puso a los diputados en un rolazo tremendo, y no dudaron en expresar su indignación durante la sesión del lunes. Desde el PUSC hasta el Frente Amplio, todos al unísono criticando la actitud del gobierno.
Jonathan Acuña, conocido por su labia directa, soltó unas verdades que resonaron en todo el país: ‘¡Asco dan!’ –exclamó visiblemente molesto–. Criticó al Presidente por priorizar su ego y su afán de tener la razón antes que ayudar a las familias que se quedaron sin ingresos. Dijo textualmente que el Presidente parece más interesado en atacar a la Contraloría y a la oposición que en resolver problemas reales. ¡Uf, se le calentó la cabeza!
Por otro lado, Vanessa Castro, del PUSC, intentó bajarle un poco el tono a la discusión, llamando al diálogo y a la empatía. Ella resaltó que el tema de las licencias es humano y debería tratarse desde esa perspectiva, dejando atrás las diferencias políticas. “Me parece que es un tema humano que trasciende cualquier posición partidaria”, dijo, buscando unir fuerzas para encontrar una solución. Como dice el dicho, 'la unión hace la fuerza'.
Montserrat Ruiz, legisladora liberacionista, también se sumó a las críticas y no escatimó en palabras para denunciar la falta de acción del gobierno. Relató la historia de padres desesperados que acudieron a Casa Presidencial en busca de ayuda y se encontraron con una patada en la puerta. Según Ruiz, el Presidente les mintió en la cara y trató de burlarse de ellos. ¡Qué barbaridad! Un verdadero despiste para esas familias.
Pero lo más curioso es que incluso los ministros del propio Presidente terminaron admitiendo que sí necesitaban la reforma legal. Andrés Romero, el Ministro de Trabajo, tuvo que reconocer ante la Comisión de Asuntos Hacendarios que, efectivamente, era indispensable modificar la ley para poder transferir los fondos adicionales. ¡Imagínate el papelón! Resulta que el Presidente había afirmado públicamente que el proyecto no era necesario, pero su propio ministro le contradijo. ¡Qué movida!
Con todo este panorama, la pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará el Presidente Chaves para aferrarse a su postura? ¿Priorizará finalmente el bienestar de las familias afectadas o seguirá poniendo trabas burocráticas y políticos baratos por encima de todo? Vaya, pues… ¡A debatir se ha dicho! ¿Crees que el Presidente está actuando correctamente o está haciendo un favorcito a nadie?
