Bueno, pues ahí andamos, chamacos. El Fondo Monetario Internacional, esos señores trajeados que siempre tienen una opinión sobre cómo debemos manejar nuestro brete, decidieron que las cosas no van tan horribles como pensábamos. Parece que el batacazo de los aranceles de Trump no nos cayó como una torta en la cabeza, sino más bien como una suave llovizna. Elevan la previsión de crecimiento global a un 3,2% pa’ este año. ¡Qué chiva!, alguien dirá, pero yo me pregunto si realmente eso significa algo bueno pa’ nosotros, los tigueritos.
Resulta que, según el FMI, el sector privado se movió rápido pa' adaptarse a los aranceles. Supuestamente, la gente y las empresas encontraron formas creativas de sortear la pega. Además, dicen que otras cosas, como la inteligencia artificial y algunas decisiones económicas en Europa y China, le dieron un empujón a la economía mundial. Pero ojo, porque Gourinchas, el jeffe de los economistas del FMI, también nos recuerda que todavía hay chinchorros y que la cosa puede cambiar rapidito, especialmente con Trump amenazando con más aranceles. Ya saben, “todo es muy fluido”, como él dice, y eso no suena precisamente tranquilizador, diay.
Pa’ entenderlo mejor, imagínate que estás vendiendo raspao en la calle y de repente te empiezan a poner impuestos a los vasos desechables. Lo lógico sería que dejases de vender raspao, pero tú eres maé y empiezas a usar hojas de plátano. Eso es lo que hizo el sector privado, según parece. Se adaptó. Pero, ¿cuál es el costo de esa adaptación? ¿Estamos perdiendo oportunidades reales de desarrollo a largo plazo solo para evitar peleas comerciales?
Ahora, hablando de números, el FMI dice que la economía estadounidense va a crecer un 2% este año, y en China esperan que se desacelere a un 4,8%. Aquí en Latinoamérica, seguimos igual, en el 2,4%. México anda decentemente con un 1%, y Brasil con un 2,4%. Nosotros, ¿qué? Sigue siendo lo mismo. Vamos tirando, sobreviviendo, como siempre. Ni pa’ arriba ni pa’ abajo, así como dicen por ahí. Es como andar en bicicleta estática, sudando la gota gorda, pero sin llegar a ningún lado.
Y hablando de inflación, ahí sí tenemos un problema serio. Dicen que se va a mantener alta, tanto este año como el que viene. Imagínate, con el precio de la gasolina ya casi tocándole el techo, y los alimentos subiendo día con día. Pues claro que el FMI está preocupado. Pero ¿qué pueden hacer ellos? Darle más lana al gobierno para que la tire en proyectos que nadie entiende? Ya hemos visto eso muchas veces, y termina siendo una torta, pura pérdida de dinero.
En otros lados, Alemania parece que se está recuperando de una recesión y Francia, bueno, allá siempre hay problemas políticos. En cambio, España anda sorprendentemente bien, creciendo a un ritmo considerable. Y Rusia, con toda la guerra en Ucrania, está dando tumbos. Es un panorama complicado, una maraña de intereses y conflictos que afectan a todos, directo o indirectamente. Uno se queda pensando si alguna vez vamos a salir de este ciclo interminable de crisis y soluciones temporales.
Claro, algunos dirán que deberíamos estar contentos de que el FMI esté diciendo cosas positivas. Pero yo soy escéptica, diay. Me da la impresión de que están tratando de convencernos de que estamos mejor de lo que realmente estamos. Como cuando te dicen que la comida de la casa es rica, cuando en realidad sabe a zapato viejo. Hay que tomar estas proyecciones con pinzas, analizar la información con cuidado y no dejarnos engañar por los números bonitos.
Así que, mi queridos foreros, díganme: ¿Les creen a los economistas del FMI? ¿O creen que nos están tomando el pelo? ¿Y qué podemos hacer nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, para mejorar nuestra situación económica y no depender tanto de las opiniones de los señores trajeados? ¿Realmente estamos mejorando, o solo estamos sobreviviendo a costa de un endeudamiento cada vez mayor?
Resulta que, según el FMI, el sector privado se movió rápido pa' adaptarse a los aranceles. Supuestamente, la gente y las empresas encontraron formas creativas de sortear la pega. Además, dicen que otras cosas, como la inteligencia artificial y algunas decisiones económicas en Europa y China, le dieron un empujón a la economía mundial. Pero ojo, porque Gourinchas, el jeffe de los economistas del FMI, también nos recuerda que todavía hay chinchorros y que la cosa puede cambiar rapidito, especialmente con Trump amenazando con más aranceles. Ya saben, “todo es muy fluido”, como él dice, y eso no suena precisamente tranquilizador, diay.
Pa’ entenderlo mejor, imagínate que estás vendiendo raspao en la calle y de repente te empiezan a poner impuestos a los vasos desechables. Lo lógico sería que dejases de vender raspao, pero tú eres maé y empiezas a usar hojas de plátano. Eso es lo que hizo el sector privado, según parece. Se adaptó. Pero, ¿cuál es el costo de esa adaptación? ¿Estamos perdiendo oportunidades reales de desarrollo a largo plazo solo para evitar peleas comerciales?
Ahora, hablando de números, el FMI dice que la economía estadounidense va a crecer un 2% este año, y en China esperan que se desacelere a un 4,8%. Aquí en Latinoamérica, seguimos igual, en el 2,4%. México anda decentemente con un 1%, y Brasil con un 2,4%. Nosotros, ¿qué? Sigue siendo lo mismo. Vamos tirando, sobreviviendo, como siempre. Ni pa’ arriba ni pa’ abajo, así como dicen por ahí. Es como andar en bicicleta estática, sudando la gota gorda, pero sin llegar a ningún lado.
Y hablando de inflación, ahí sí tenemos un problema serio. Dicen que se va a mantener alta, tanto este año como el que viene. Imagínate, con el precio de la gasolina ya casi tocándole el techo, y los alimentos subiendo día con día. Pues claro que el FMI está preocupado. Pero ¿qué pueden hacer ellos? Darle más lana al gobierno para que la tire en proyectos que nadie entiende? Ya hemos visto eso muchas veces, y termina siendo una torta, pura pérdida de dinero.
En otros lados, Alemania parece que se está recuperando de una recesión y Francia, bueno, allá siempre hay problemas políticos. En cambio, España anda sorprendentemente bien, creciendo a un ritmo considerable. Y Rusia, con toda la guerra en Ucrania, está dando tumbos. Es un panorama complicado, una maraña de intereses y conflictos que afectan a todos, directo o indirectamente. Uno se queda pensando si alguna vez vamos a salir de este ciclo interminable de crisis y soluciones temporales.
Claro, algunos dirán que deberíamos estar contentos de que el FMI esté diciendo cosas positivas. Pero yo soy escéptica, diay. Me da la impresión de que están tratando de convencernos de que estamos mejor de lo que realmente estamos. Como cuando te dicen que la comida de la casa es rica, cuando en realidad sabe a zapato viejo. Hay que tomar estas proyecciones con pinzas, analizar la información con cuidado y no dejarnos engañar por los números bonitos.
Así que, mi queridos foreros, díganme: ¿Les creen a los economistas del FMI? ¿O creen que nos están tomando el pelo? ¿Y qué podemos hacer nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, para mejorar nuestra situación económica y no depender tanto de las opiniones de los señores trajeados? ¿Realmente estamos mejorando, o solo estamos sobreviviendo a costa de un endeudamiento cada vez mayor?